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LOS NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN LOS AÑOS SESENTA EN EL MUNDO OCCIDENTAL.


Enviado por   •  22 de Abril de 2015  •  2.926 Palabras (12 Páginas)  •  528 Visitas

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LOS NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN LOS AÑOS SESENTA EN EL MUNDO OCCIDENTAL.

1. Población

Desde finales de la segunda guerra mundial hasta el inicio de la década de los setenta, Europa puede calificarse demográficamente como el continente de la movilidad

En efecto, nunca hasta entonces sus habitantes manifestaron mayor capacidad de desplazamiento. Los movimientos migratorios durante el decenio 1960-70 fueron esenciales en la configuración del espacio social europeo de nuestros días.

La población de Europa continuó creciendo desde el final de la segunda guerra mundial ; sin embargo, la tasa de crecimiento fue inferior a la de los restantes continentes. Al comenzar el siglo XX la población europea, cifrada en 300 millones, excluida Rusia, representaba el 18 % de la población mundial, en tanto que en 1970 su peso supuso tan sólo el 12 %. En la década de los años 60, la tasa de crecimiento medio anual de la población europea es de tan sólo el 0,8 %, mientras que África en el mismo decenio registra el 2,5 % y América Latina el 2,7 %.

La tendencia general de la población europea es hacia un crecimiento bajo. Sin embargo, las tasas de crecimiento son dispares, ya que las mayores tasas de crecimiento en el decenio de los sesenta aparecen en las regiones industriales de los países avanzados y subdesarrollados. Por el contrario, en la mayor parte de los países nórdicos y en las regiones de economía agraria dominante se dan fuertes pérdidas.

Europa sigue siendo un continente de elevada densidad . En 1970, su densidad media (120 hab/km2) era cuatro veces superior a la del mundo. Sin embargo, la disparidad es notoria entre las regiones altamente industrializadas y las de economía agraria. Por otra partem, en esta década continúa el proceso concentrador de la población en grandes ciudades, de tal modo que en 1970 más de la mitad de los efectivos demográficos viven en ciudades.

De este modo, en Europa se van configurando las condiciones necesarias para que se produzcan movimientos migratorios internacionales de trabajadores en gran escala en el marco del continente europeo; durante el decenio 1960-70 , el flujo se produce entre los países mediterráneos y los países industriales de Europa del noroeste.

El gran factor que explica estos movimientos son las razones económicas, y especialmente la búsqueda de empleo, tanto por parte de los emigrantes rurales que se dirigen a las ciudades, como de los emigrantes internacionales.

Desde 1950 y como consecuencia del cisma político, en el continente europeo se desarrollan dos campos de flujos migratorios a ambos lados del llamado telón de acero. Por una parte, los países del este, en donde los movimientos migratorios internacionales de trabajadores se producen a menor escala, como reflejo de un menor desarrollo económico que el de Europa occidental. En Europa occidental se determinan unos países de acogida (Suecia, Suiza, Francia, Alemania occidental y Bélgica) y unos países de emigración (Finlandia, Irlanda, Portugal, España e Italia).

En definitiva, estos movimientos migratorios de carácter económico se producen entre países de economía agraria dominante, de fuerte crecimiento natural y escasa industrialización, a países industrializados con escaso crecimiento demográfico.

2. Economía

En los años sesenta alcanza plena madurez el ciclo de crecimiento y progreso de las economías occidentales, que se extiende desde la segunda postguerra mundial hasta el inicio de la crisis de 1973. Es el período más largo de la historia del mundo, en el que se da un aumento de la producción, del comercio, de los intercambios de todo tipo y de elevación del nivel de vida de las poblaciones de los más diversos países.

Evidentemente, los frutos de este proceso de crecimiento no se distribuyen por igual entre los distintos países, ni entre los grupos sociales de cada uno de ellos. Es más, con el acceso a la independencia de amplias zonas bajo dominio colonial, la reivindicación de estas nuevas naciones, cada vez más perceptible , crea una conciencia de desigualdad y la necesidad perentoria de una justicia internacional.

Los años sesenta representan la culminación y el agotamiento de las posibilidades del ciclo económico . Durante ellos se explotan en todas sus posibilidades los frutos de la segunda revolución industrial, iniciada en el primer decenio del siglo XX, al tiempo que a escala científica y de industrias militares de punta se generan las inversiones tecnológicas precisas para dar respuesta , con la tercera revolución industrial, a la crisis que, desde 1973, ha dado fin a este ciclo de crecimiento económico de postguerra.

En los países más avanzados, los años sesenta son, además de un período de optimismo, de autocrítica y búsqueda de nuevas vías. Las economías occidentales , que creen haber encauzado de forma definitiva sus problemas económicos, se plantean nuevas preguntas sobre la calidad de vida, las relaciones sociales , el acceso de la juventud a la vida pública, la incorporación de la mujer a la plenitud de la vida civil, la erradicación de las bolsas de pobreza,etc.

Desde los años sesenta se ha hecho clásica la distinción entre desarrollo económico y crecimiento. por crecimiento económico se entiende el incremento del Producto Nacional Bruto o, quizás con mayor precisión, el incremento del producto por habitante.En cambio, el desarrollo económico es un proceso más complejo que implica unas transformaciones amplias que afectan a la organización social, las mentalidades y las costumbres, el cambio estructural, tanto en la economía como en la sociedad, y todo un proceso de modernización.

La amarga experiencia de la depresión mundial de los años 30 acabó con la fe en la política económica liberal. La búsqueda de políticas alternativas llevó a la sistematización de un nuevo modelo explicativo del funcionamiento de la economía desarrollado por J.Keynes.

Se asistía al nacimiento de lo que hoy llamamos macroeconomía , como instrumento más adecuado para la conducción de la política económica por los gobiernos nacionales. La insistencia d Keynes de que el funcionamiento de la oferta y la demanda en la economía nacional no aseguraba la utilización y el pleno empleo de los recursos disponibles, y la consiguiente necesidad de efectuar una auténtica gestión de la demanda agregada por parte de las autoridades económicas para la consecución del pleno empleo va a dar lugar a una intervención del estado en la economía , la participación creciente del sector público

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