La Amistad
hyiosn9 de Febrero de 2013
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Introducción
Los sabios y poetas de todos los tiempos han exaltado siempre la amistad. Además del amor y el cariño, se necesita la amistad. Para los filósofos griegos, expresa virtud, es un regalo de los dioses. Aristóteles menciona tres tipos de amistad: por interés, por placer y por el bien; pero sólo la que surge del bien merece llamarse amistad. Para Cicerón y Séneca, la amistad implica armonía, buena voluntad y afecto, «querer y rechazar lo mismo».2
«La amistad moderna se distingue por el elevado grado de autonomía que se atribuye a una persona, en la medida que tiene en sus manos la relación tanto para iniciarla como para romperla».3
[editar]Demostración de la amistad
La amistad se demuestra en la preocupación por el amigo, interesándose por su bienestar, por sus problemas y logros. Por esto procura reunirse, comunicarse o convivir con él. Un amigo es el que está en todo momento, el que te levanta cuando estás decaído. El que te escucha, aconseja, cuida y te valora. Es en la turbación donde la amistad se pone a prueba. Cicerón comenta: «Sólo en el peligro se conoce al verdadero amigo».4
[editar]Religión y amistad
Medalla alemana que conmemora la amistad entre Jonatán y David, siglo XVI-XVII.
Los evangelios canónicos refieren cómo Jesús dio a la amistad de Dios con los hombres un rostro de carne. Los Evangelios sinópticos refieren la preferencia de Jesús de Nazaret por un círculo constituido por tres apóstoles dilectos: Simón Pedro, Santiago el Mayor (llamado en algunas traducciones Jacobo) y Juan el Apóstol, quienes lo acompañaron en ocasiones especiales: en la resurrección de la hija de Jairo (Lucas 8:49-60), cuando subió a la montaña para transfigurarse (Marcos 9:2-10), y cuando, en la víspera de su Pasión, se retiró al monte de Getsemaní a orar en agonía por los padecimientos y muerte que se avecinaban (Marcos 14:32-34).
Por su parte, el Evangelio de Juan enfatiza la amistad que Jesús de Nazaret guardaba por Lázaro de Betania (Juan 11:1-44). En ese mismo Evangelio, Jesús dice a sus discípulos en la Última Cena: «Nadie tiene mayor amor que éste, el dar su vida por sus amigos» (Juan 15:13).5 Algunos Padres de la Iglesia como Ireneo de Lyon y escritores como Orígenes identificaron en el Evangelio de Juan la figura del «discípulo al que Jesús amaba» con Juan el Apóstol, razón por la cual se le atribuye a Juan el patronazgo sobre la amistad.
[editar]Iconología
La amistad era una divinidad alegórica entre los griegos y romanos. Las estatuas que la erigieron los primeros iban con un ropaje abrochado, la cabeza desnuda y el pecho descubierto hasta el corazón, en cuya dirección estaba la mano derecha; abrazando con la izquierda un olmo seco, alrededor del cual crecía una vid cargada de uvas.
Los romanos la representaban bajo el emblema de una hermosa joven vestida sencillamente con un ropaje blanco, la mitad del cuerpo descubierto, coronada de mirto entretegido de flores de granado y sobre la frente estas palabras: Invierno y Verano. En la franja de su túnica se leían estas otras: La Muerte y La Vida. Mostraba con la mano derecha su costado, abierto hasta el corazón con esta inscripción: De cerca y de lejos. Pintaban también a la amistad con los pies desnudos, significando con esto que no hay incomodidad por grande que sea que no venza un verdadero amigo en beneficio de otro amigo. Puede simbolizarse también la amistad heroica por medio de Teseo y de Pirito dándose la mano y jurándose unión eterna. La estatua de la amistad del P. Pablo Olivieri en Roma es una mujer desnuda, con la mano sobre su pecho abierto con una especie de incisión que manifiesta la sinceridad. No es cosa rara verla con dos corazones encadenados en la mano y coronada la frente de flores de granado, cuyo color de fuego, que no sufre
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