La Conquista Proceso De Exploracion Y Ocupacion Del Territorio Venezolano
paolabarreto1229 de Noviembre de 2012
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Historia de Venezuela. El contacto con los europeos, conquista y colonización (página 2)
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Las diferentes provincias que en 1777 habrían de centralizarse en la Capitanía General de Venezuela, se fueron creando en el siguiente orden:
Margarita: creada en 1525 por el rey Carlos V, comprendía los territorios de las islas de Margarita y Cubagua. Su capital fue La Asunción. Fue otorgada a Marcelo Villalobos.
Caracas o Venezuela: fue creada en 1528 en otorgamiento a los Welser. Su territorio abarcaba desde Maracapa (zona de Unare) hasta Cabo de la Vela, en la Península de La Guajira. Su capital fue Coro. Más tarde Caracas fue la capital definitiva.
Trinidad: creada como Provincia en 1529, fue otorgada a Antonio Sedeño, su capital fue San José de Oruña.
Nueva Andalucía o Cumaná: fue establecida en 1568. Comprendía los territorios que hoy ocupan los Estados Anzoátegui, Monagas y Sucre. El otorgamiento fue hecho por Felipe II a Diego Fernández de Serpa. Con el tiempo se le conoció como Provincia de Cumaná y su capital fue Cumaná.
Guayana: fue otorgada en 1568 por Felipe II a Gonzalo Jiménez de Quezada, llegó a comprender el territorio ubicado al sur del río Orinoco.
Maracaibo: se inició con el nombre de Provincia de Mérida de la Grita. Fue creada en 1622 y otorgada por Felipe II a Francisco de Cáceres. Comprendía los territorios que hoy ocupan los Estados Zulia, Trujillo, Mérida, Táchira, Barinas y Apure.
Por Real Cédula de Carlos III, del 8 de setiembre de 1777, se hace una unificación de estas Provincias con el nombre de Capitanía General de Venezuela, agregándolas en lo gubernativo y militar bajo la autoridad del Gobernador y Capitán General de la Provincia de Caracas.
La consolidación del territorio y su centralización en Caracas continúan con la creación, en 1786, de la Real Audiencia de Caracas, tribunal encargado del control permanente de funcionarios y de las instituciones, y en 1793, del Real Consulado, responsable de acrecentar y fomentar la economía regional.
En la esfera religiosa, la creación de los obispados de Mérida – Maracaibo en 1777 y el de Guayana en 1790, marca un paso importante, en la integración religiosa, que culmina con la elevación de la diócesis de Caracas a arzobispado en 1803.
El Capitán General fue la más alta autoridad colonial en Venezuela. Ejercía el gobierno como representante del rey, actuaba como juez de primera instancia en lo civil y criminal. Presidía el Cabildo y ejercía importantes funciones en la organización de la Iglesia y en la inspección del cobro de impuestos. Duraba siete años en sus funciones.
Cuando se creó la Audiencia, en 1786, el Capitán General pasó a ser Presidente de este alto tribunal, con lo cual compartía ciertas funciones de gobierno. Estaba controlado por dos instituciones coloniales características:
Las Visitas: eran practicadas en cualquier momento por funcionarios enviados por el Rey con el objeto de informarse de la marcha del gobierno
Los Juicios de Residencia: procesos judiciales a los cuales quedaban sometidos al concluir su gobierno, donde se ventilaban las quejas y abusos en que hubieren incurrido los funcionarios durante su gobierno.
A partir de 1777 la Capitanía General sufrió alteraciones en su división político – territorial. Se crearon nuevas Provincias y otras fueron ocupadas. Siete de ellas se sumaron al movimiento independentista y concurrieron al Primer Congreso en 1810. Para ese momento, el territorio que formaba la Capitanía General de Venezuela, pasó a ser el de la República de Venezuela en virtud del uti possidetis juris .
Todas las colonias experimentaron procesos básicamente idénticos difiriendo únicamente en el momento o el grado de transformación de cada una. Por lo tanto, puede considerarse que el colonialismo del Caribe y de otros lugares consta al menos de tres fases: implantación (o asentamiento), madurez y transición.
Implantación
El periodo de implantación comenzó con el primer viaje de Colón a América en 1492 y finalizó en algún momento a mediados del siglo XVII. Durante esta fase, los españoles exploraron la región, conquistaron los territorios que encontraban a su paso y sometieron a la población nativa americana existente. También comenzaron a extraer enormes cantidades de oro y plata en su mayoría de las minas de Sudamérica. Los ingleses, franceses y holandeses pronto siguieron a los españoles en esta región en un intento por evitar que los españoles acumularan demasiada riqueza con demasiada rapidez.
En esa época Europa funcionaba con una economía mercantil. Uno de los principales principios del mercantilismo era que el lingote (oro o plata en forma de barra) representaba la medida de la riqueza y que sólo existía una cantidad fija del mismo en el mundo. Si la monarquía española poseía la totalidad de los metales preciosos producidos en América, los demás estados europeos ya no podrían competir.
Los primeros intentos por evitar que España se apoderase del total de las existencias de lingotes procedentes de los indígenas y de sus minas condujo a los europeos del norte a establecer la piratería. Los piratas intentaban capturar la riqueza que los españoles enviaban de vuelta a Europa en una flota anual o convoy. Si los piratas podían utilizar las islas del Caribe como base para lanzar los ataques sobre la flota española que transportaba los tesoros, evitarían que la corona española acumulase una cantidad excesiva de metales preciosos. A finales del siglo XVI y principios del siglo XVII muchas de las islas se convirtieron en bases desde donde los piratas atacaban los navíos españoles que volvían a Europa.
Los indígenas americanos que habían sobrevivido a las enfermedades dieron la bienvenida a los ataques de los piratas contra los españoles que habían traído al hemisferio la enfermedad y la destrucción. Además, los ataques de los piratas estaban aprobados extraoficialmente por las monarquías rivales de España, ya que de lo que se apoderaban los piratas al menos no iba a manos de los españoles. Los gobernantes del norte de Europa pensaban que, en última instancia, los piratas actuarían como consumidores y gastarían su botín, el cual finalmente acabaría llegando a las arcas europeas en una u otra forma.
España protestaba a través de los canales diplomáticos europeos contra los constantes ataques de los piratas, pero sus quejas caían en saco roto. Las demás monarquías respondían que el Caribe se encontraba más allá de la línea, es decir, que las leyes y los tratados europeos no eran de aplicación en esta región.
Los propios piratas llevaban unas vidas peculiares y a veces mantenían unas prácticas sociales únicas. Algunos de ellos habían sido marineros al servicio de algún Estado europeo, mientras que otros simplemente pertenecían a las clases sociales y económicas más bajas y consideraban la piratería como una forma de mejorar sus condiciones materiales.
Los piratas a lo ancho del Atlántico, incluida la región caribeña, compartían su riqueza de forma casi equitativa entre los miembros de su tripulación. Lógicamente el capitán y el primer oficial siempre recibían una parte mayor del botín, pero el resto era dividido a partes iguales entre el resto de la tripulación. Además, los piratas a menudo se compensaban entre sí cuando uno de ellos perdía una pierna u otra parte del cuerpo. Una vida aventurera esquilmando los navíos españoles suponía una cierta libertad y una mayor movilidad económica.
A medida que España se fue comportando de forma más agresiva para combatir la piratería, los europeos del norte comenzaron a establecer bases más estables en las islas del Caribe. Grupos de hombres (en aquella época las mujeres europeas eran desconocidas en la mayor parte del hemisferio occidental) comenzaron a cultivar alimentos y productos agrícolas en cantidad suficiente como para aprovisionar los barcos que surcaban la región. A finales del siglo XVI se producía tabaco y algodón en cantidad suficiente como para enviar a Europa lo que no se consumía en América.
A medida que la demanda de estos productos iba creciendo, surgían modos más eficientes de producción, y a medida que los beneficios iban aumentando, llegaban más colonos europeos a la región con la idea, la mayoría de ellos, de hacer fortuna rápidamente y volver a Europa. Aunque los indígenas americanos hacía tiempo que se habían retirado a un par de enclaves remotos, los colonos europeos no conseguían encontrar esta región especialmente atractiva; tanto su clima cálido y húmedo como la exótica flora y fauna eran curiosidades que debían soportarse sólo el tiempo estrictamente necesario.
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