La Guerra De Sucesión

La Guerra de Sucesión española

ANTECEDENTES.

La sociedad española:

Antes del reinado de Carlos II, es decir, entre 1598 y 1602, se produce en España un retroceso demográfico. Una de las causas más importantes fue la peste milanesa, algo que pudo reflejarse en la sociedad española durante el reinado de Carlos II, durante la llamada “crisis española del XVII” que luego se irá superando.

En relación con la agricultura y la ganadería, podemos decir que en el siglo XVII experimenta signos de recuperación. Por ejemplo en Galicia y en el País Vasco se produce una difusión del maíz.

Pero aunque había un crecimiento en la agricultura, la tierra seguía teniendo problemas, ya que se seguía con el antiguo método de roturara el suelo con el arado, dejándolo luego en barbecho durante tres o cuatro años, entonces no se preguntaban los verdaderos motivos de la esterilidad de la tierra y se atribuía todo a la falta de agua.

También había problemas con el pago del diezmo, ya que más de la mitad de la cosecha era para los diezmos y rentas señoriales. Pero el lastre mayor de la productividad en España fue más social que tecnológica.

En 1699 la cosecha será deficiente.

En el S. XVII la decadencia había sido un hecho consumado e irremediable que se expresa en todos los escritos de la época y que cambiará de tonalidad en la segunda mitad del siglo. Pedro Portocarrero, patriarca de las Indias, escribió en un libro aparecido en 1700 sobre el desorden de las finanzas y el peso de los tributos que aumentan en el momento recayendo mayor peso en los pobres. La documentación escrita del momento se podría decir que es escasa, quedando poca constancia de las decisiones tomadas en reuniones privadas con motivo de la pobreza económica.

La sucesión de Felipe IV y su perfil político:

Felipe IV era el rey de España pero a su muerte en 1665, a la edad de 62 años, nombra como sucesor a su hijo Carlos II, pero éste al tener tan sólo cuatro años no puede gobernar, por lo que lo hace su madre Doña Mariana de Austria, mediante una regencia con cinco miembros.

Carlos II desde su infancia dio signos de enfermo y retrasado debido a la consanguineidad de su linaje. Sufrió diversas enfermedades a lo largo de su vida, por ejemplo, no podía masticar bien y le daban trastornos gastrointestinales.

Carlos nunca reinó en sentido completo. Durante su mandato no asistió a reuniones de sus Consejos, la documentación oficial tenía una copia de su firma, no la auténtica. Es posible que a lo largo de su mandato no llegara a tomar ninguna decisión, esto hace que la monarquía no tuviera una cabeza firme y cayera en el caos.

Carlos II a la muerte de su padre y la posición de sus herederos

El matrimonio de Felipe IV con Doña Mariana, dio además a una hija llamada Margarita (protagonista central del cuadro de las Meninas). Ésta se casó con su tío Leopoldo I y se fue con él a vivir a Viena, por lo que Mariana queda sola y viuda con Carlos II que se encontraba enfermo.

Por otro lado, aparece la figura de Juan José de Austria, que es un hijo bastardo de Felipe IV y de su amante la actriz María Calderón. Se crió con tutores, que lo criaron muy bien culturalmente. Fue reconocido como hijo del rey en 1642. Fue investido caballero de la orden eclesiástica de San Juan con el título de Pior de la orden de Castilla. Nombrado en España comandante jefe de los ejércitos contra Portugal entre los años 1661 y 1664. Hacia él Felipe IV niega la legitimidad, aunque fuera el candidato más evidente para ejercer el cargo de jefe de estado, quedando así excluido de la junta del Gobierno. Don Juan se convierte en un foco de oposición contra Carlos II ya que no le faltaban condiciones para ser él el jefe. A su muerte en 1679 se quedan dos bandos enfrentados en la corte, uno es representado por el duque de Medinaceli, partidario de Juan José, y otro encabezado por el Condestable de Castilla, a favor de la reina madre. La pugna se resolvió a favor de Medinaceli que asumió el gobierno en 1680, pero lo abandona en 1685 y lo sustituye Oropesa, que sigue la misma política económica de su antecesor.

En el siglo XVII Francia fue el eje internacional en el ámbito de la política pero sin mucho apoyo durante el reinado de Luis XIV. La guerra du sucesión en España a escala interna suponía la liquidación de la hegemonía francesa.

En España el gran problema de estos años era el de la sucesión. Se quería que Carlos II casara con la hija del emperador Leopoldo para seguir la tradición endogámica de los Austria, pero era muy joven y al final se casó con María Luisa de Orleans, sobrina de Luis XIV, por lo que es un punto de apoyo para los franceses. Ésta era estéril y muere en 1689.

El segundo matrimonio de Carlos II con Mariana de Neoburgo, dio nuevas esperanzas a la monarquía, ya que la nueva reina había sido elegida por la extraordinaria fecundidad de las mujeres de su familia.

El paso de los años, sin que Mariana diera a luz a ningún heredero acelero la actividad diplomática internacional, mientras que en la corte española, los aristócratas comenzaban a tomar partido por los diferentes aspirantes al trono: por parte de Francia estaba Felipe de Borbón, duque de Anjou, y nieto de Luis XIV y María Teresa de Austria, hija del primer matrimonio de Felipe IV con Isabel de Borbón.

Holanda e Inglaterra no veían con buenos ojos a estos candidatos. Por otro lado también estaba el archiduque Carlos, de Viena.

En 1696 Carlos II aconsejado por su madre designó como heredero, en caso de no tener descendencia, a José Fernando de Baviera, que era hijo de la infanta Margarita, pero tres años después este muere (algunos dicen que fue envenenado por Luis XIV). Por este motivo la casa de Austria decidió enviar a Madrid al Conde Ferdinand von Harrach para la creación del partido alemán, que pudiera influir sobre sus decisiones y conseguir así, que reconociera al archiduque Carlos como heredero. Este contará también con el apoyo de Mariana de Neoburgo. En 1695, se produce la llegada de un contingente de tropas del imperio a Barcelona.

En 1696, muere Mariana de Austria. En este mismo año Carlos II siguiendo las peticiones de su difunta madre y desoyendo las de su esposa, firmaba un testamento en el que declaraba

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