La Guerra Es La Salud Del Estado

El capitalismo norteamericano necesitaba una rivalidad internacional, señala el autor, y las guerras constantes era el camino ideal para incursionar en este proceso. Con la relación y el intercambio de materiales bélicos entre Estados Unidos e Inglaterra, poco tiempo le fue necesario al gobierno americano para que notara el gran potencial que tenía la guerra como negocio y sustentabilidad, porque ahora la prosperidad de Estados Unidos estaba vinculada directamente a la guerra de Inglaterra y con el estallido de la primera guerra los intereses de predominar en el mercado bélico aumentaron, para Alemania no era incierto el hecho de que Estados Unidos abastecía de armamento a Inglaterra, y sentía la necesidad de intervenir, hecho que sucedió con el intento de depuración de las aguas internacionales con el objetivo de intentar detener el abastecimiento a sus enemigos europeos; con el hundimiento del Lusitania por parte de un submarino alemán, pierden la vida 124 estadunidenses, y con la aseveración de Estados Unidos de que el cargamento era inocente, no pierde la oportunidad e incursiona al conflicto bélico (esto tras el telegrama interceptado dirigido al gobierno mexicano, que en sesiones anteriores analizábamos).

Aprovechado la creciente idea de patriotismo que prosperaba en todos los países en Europa, el gobierno en turno, comienza una gran campaña en pro de la guerra, pero las ideas socialistas dentro de la nación se encontraban en aumento, y muchos eran los opositores de la guerra; esto venía acompañado por los antecedente de meses atrás del desplazamiento de las tropas, y aunque si bien señala Howard Zinn, la desinformación que se trataba de propagar, eran enormes las cifras de bajas que se sufrían en el campo de batalla.

Tras afirmaciones distintos actores políticos del Gobierno, se le dio seguimiento a la campaña en pro de la guerra que se había impulsado, dando la idea de patriotismo y lealtad a su país, creado un ideal de responsabilidad hacia la juventud, y la necesidad de enlistarse para la guerra. Estos procesos fueron acompañados de políticas que no solo incentivaban el ideal de servicio, sino que lo hacían una práctica obligatoria de todo ciudadano americano, lo anterior desencadeno un descontento en los opositores a la práctica de la guerra y en los socialistas norteamericanos, esto desencadeno un movimiento de información informal y protestas en contra de la guerra a lo largo del territorio estadounidense.

Después del ingreso de Estados Unidos a la guerra, el congreso tiene la necesidad de suprimir los movimientos que proliferan en su territorio, y en junio de 1917 aprueba la ley de espionaje, que prácticamente, intentaba eliminar a aquellos que promovieran el descontento a la guerra, la insubordinación o la deslealtad. La ley no fue suficiente para mitigar el movimiento de varios socialistas en contra, que continuaron con actividades con argumentación de la libertad de

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