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La Historia De Baja California


Enviado por   •  21 de Agosto de 2011  •  3.846 Palabras (16 Páginas)  •  1.084 Visitas

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Ubicación

Paralelo 32° latitud norte

Longitud: 1260km

Longitud de B.C.S: 73.475

Ancho: 90km

La Baja California

Una de las consideraciones primordiales al acercarnos al pasado de Baja California es la de que su historia, hasta fines del siglo XIX es una historia peninsular, compartiendo de manera importante la historia de nuestro estado vecino, la Baja California Sur. Realizada la anterior advertencia nos remontaremos en el tiempo trazando antes un esbozo del territorio conocido como la península de Baja California.

La Península de Baja California es un brazo de tierra que tiene un área de 143,600 km2, sin incluir las islas que bordean los aproximadamente 3000 Km. de costa. Estas islas agregan otros 1500 Km. al territorio peninsular. Se encuentra bañada por las aguas del Océano Pacífico (al oeste y al sur) y separada de el resto del territorio mexicano en el noreste por el Río Colorado y después por el Golfo de California o Mar de Cortés. Hablamos de una península rugosa de 1200 Km. de largo y entre 45 y 250 Km. de ancho. En muchas partes está marcada por pendientes escarpadas y en general las vertientes de desagüe y acantilados se orientan hacia el Golfo. Por el lado occidental, el terreno desciende de forma progresiva en amplias planicies costeras.

El espinazo montañoso que divide la península es discontinuo, y su altitud variable. El eje de estas formaciones es de norte a sur, aunque en la región del Cabo corre norte y sur e incluso tiene duras pendientes hacía el oeste. Los desiertos yacen bajo estas montañas en ambas costas. No existen cursos de agua de considerable caudal dentro de la península, debido principalmente a lo abrupto del terreno; el agua superficial es escasa, existen algunos riachuelos permanentes en el noroeste y algunos manantiales temporales que forman oasis en el centro y sur de la península.

Cuatro cadenas montañosas y otras de menor importancia se extienden a lo largo de la península, dominando el panorama peninsular la Sierra de San Pedro Mártir, cuya cumbre es superior a los 2800 m., teniendo como punto más alto la Providencia o Picacho del Diablo con una elevación de 3096 m. formada por un bloque granítico, rocas metamórficas, sedimentos recientes y material volcánico. La Sierra de Juárez que se encuentra en el extremo norte de Baja California, tiene una altura de alrededor de 1500 m. y es relativamente plana en la cima. Formada de bloques graníticos se eleva abruptamente del desierto del Colorado. Al igual que la de San Pedro Mártir es una continuación de las cadenas peninsulares y transversas del Sur de California.

La línea costera que bordea la península se caracteriza por poseer bahías, puertos, cayos, esteros y playas. Alrededor de la península hay 35 islas, sin contar islotes, la mayoría del lado del golfo. Del lado del Pacífico se encuentra la Isla de Guadalupe que es oceánica, pero el resto están cercanas a la costa y comparten sus características geológicas y biológicas.

Primeros Pobladores

Después de que los primeros pobladores de América cruzaron el estrecho de Behring hace decenas de miles de años, se originaron migraciones hacia el sur del continente, buscando lugares más propicios para la vida. Algunos de estos grupos se asentaron en el territorio que hoy corresponde a México.

Aunque no se cuenta con una fecha precisa de la llegada de los primeros grupos humanos a la península californiana, los vestigios arqueológicos y los estudios etnohistóricos existentes indican que los primeros habitantes llegaron al menos hacia el 10 000 a. C. La diversidad de fauna y vegetación eran distintas, pero un lento cambio climático ocasionado por el fin de un período glacial, torno árida la mayor parte del territorio.

El antropólogo Paul Kirchoff planteó hace más de cuatro décadas la hipótesis de que los diferentes grupos que llegaron a estas tierras provenientes del norte del continente americano, fueron quedando atrapados en la península a medida que iban avanzando, debido por una parte, a las condiciones climáticas y del territorio, y por otra, a la presión ejercida por los grupos del norte sobre los del sur, de tal forma que les fue imposible salir o regresar, tal como si hubiesen caído en una bolsa, lo cual no niega la posible existencia de corredores de desplazamiento.

La población indígena que habitaba la península logró desarrollar técnicas eficaces de subsistencia durante varios miles de años previos al contacto con los europeos, basadas en un conocimiento profundo de su entorno. Para obtener el alimento necesario valiéndose de la flora y fauna que los rodeaba, fue necesario recurrir al uso de ciertas herramientas y técnicas para procesar lo recolectado, la caza y la pesca. La densidad de la población variaba de acuerdo a los recursos disponibles; siendo la población aborigen estimada al momento del contacto hispano-indígena entre 40,000 y 50,000 habitantes en todo el territorio peninsular.

Al momento del contacto, los aborígenes de Baja California, llamados californios por los europeos, eran sociedades cazadoras recolectoras y se organizaban en unidades sociales básicas conocidas como bandas o "rancherías", conformadas por no más de 250 individuos unidos por lazos de parentesco.

Muchos de los relatos de la época colonial nos hablan de las distintas culturas o "naciones" que se desarrollaron en este territorio, basados en la lengua que hablaban. Esta clasificación que descansa en la filiación lingüística, divide el territorio peninsular californiano en 4 áreas principales: La pericú, la guaycura, la cochimí o yumana peninsular, y la yumana; cada una conformada por diferentes variedades dialectales, probablemente debidas a la dispersión territorial de la población.

Primeras Exploraciones

La California lleva en su nombre el peso de rumores y leyendas, los europeos del siglo XVI que veían hacia el norte del Caribe y la Nueva España, avizoraban tierras enigmáticas, soñaban con encontrar las siete ciudades del oro y su capital Cibola, popularizadas por la Crónica del rey Don Rodrigo y la destrucción de España.

Muchos fueron los proyectos en este afán de avanzar hacia esas tierras que inflamaban la imaginación y exacerbaban la codicia y que se extendían desde el norte de México hasta la península del Labrador envueltas nombres fantásticos como California, Quivira, Cibola, Tibuex, Nuevo México o La Florida. Tomada de la literatura caballeresca, California aparece en la novela de Garcí Ordoñez de Montalvo, Las Sergas

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