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La Interculturalidad


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2014  •  1.592 Palabras (7 Páginas)  •  289 Visitas

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La interculturalidad es resultante de un proceso social de construcción simbólica, en el cual se expresa la conciencia, la voluntad, la creatividad, los imaginarios sociales, las representaciones, las esperanzas, los sueños y las utopías de diversos actores, que en un determinado momento de la historia, buscan la construcción de un nuevo sentido de la existencia, para establecer una interacción simbólica con otras identidades diferenciadas, en la perspectiva de un modelo de vida que haga posible respetar, tolerar y convivir con la diferencia y la libertad necesaria para que cada uno pueda construir sus propios proyectos de presente y de futuro.

Construir una sociedad intercultural implica romper la visión homogeneizante, universalista del poder que niega la diversidad y la diferencia de otras culturas a las que solo mira en condición de culturas dominadas, "primitivas", "aborígenes", atrasadas y sin posibilidad de un futuro propio, puesto que la única esperanza para su "desarrollo" y su "modernización", es imponerles su asimilación a la cultura dominante, a costa de la pérdida de su propia identidad, o de su liquidación como culturas diferentes.

La interculturalidad solo será posible cuando diferentes culturas se encuentren en igualdad de condiciones para el intercambio de recursos materiales y simbólicos de su propia cultura, con la de los "otros", para que se interrelacionen en condiciones de apertura plena para que puedan reconocerse y ser reconocidas como distintas, para que aprendan entre ellas, para que estén abiertas a una mutua y enriquecedora influencia, para que se crucen, se sincreticen, se hibriden, se influyan y negocien sus propios y diferentes significados y resemanticen sentidos, para que se complementen mutuamente, pero sobre todo, para que establezcan interacciones simbólicas, que permitan que dialécticamente se re¬vitalicen y se reafirmen plenamente en su especificidad y en su diferencia, pero sin que medie en esa interacción, condiciones de discriminación o de dominio.

Para construir una verdadera sociedad intercultural se hace necesario abrimos a la vivencia de la dialéctica de la alteridad, pues la base es el diálogo en igualdad de condiciones con todas las "otredades" sociales y culturales de todos los actores sociales diversos, los mismos que deberían tener también igualdad de oportunidades y de poder para su desarrollo autónomo, para que se respeten sus derechos y para que puedan cumplir sus deberes y obligaciones, respetando siempre su especificidad cultural y su diferencia.

El proceso de construcción de la interculturalidad empieza por la autoafirmación de nuestras propias identidades, que se forman destacando tanto lo propio como las diferencias, el lograr saber qué es lo que somos y que es lo que nos diferencia de los otros, para a partir de allí poder entrar en una relación en la que debemos vivir la dialéctica de la alteridad como condición insustituible de la interculturalidad, que hace posible el encuentro, la negociación y el diálogo con los otros, pero en condiciones de igualdad y de respeto.

Este proceso reafirma un rasgo fundamental de la vida humana y la relación social, su carácter esencialmente dialógico. El ser humano es un ser eminentemente dialógico, allí y en la dialéctica de la alteridad es en donde construye plenamente su humanidad, con la capacidad de comprender y tejer sus propias representaciones simbólicas, sus significantes, significados, significaciones y sentidos, y definir por tanto su propia especificidad, identidad y diferencia, la misma que solo tendrá significación real, en la interacción, en el encuentro dialogal, y a veces en la confrontación y lucha con las distintas representaciones simbólicas significantes y sentidos de los "otros", pero de todas maneras siempre dependerá de sus relaciones dialógicas con esos "otros". Lo dialógico y la alteridad, son un rasgo vital de la existencia humana, al punto que los proyectos capaces de transformar la vida requieren de ser soñados, vividos, compartidos, y de una lucha que solo puede hacerse en comunión, con amor y con ternura con los "otros".

El encuentro dialogal, la alteridad con el "otro", nos conduce al conocimiento y re-conocimiento del "otro", a saber que este existe y es diferente, como paso necesario para avanzar hacia su valoración y respeto en su propia diferencia y especificidad, pues para respetar al otro y su diferencia, hay que conocerlo y re-conocerlo, ya que difícilmente se puede respetar a quien se ignora, a quien no se lo conoce y re-conoce como diferente.

La interculturalidad se sustenta en un principio de igualdad, pero, para su construcción, no es suficiente solamente el conocimiento y re-conocimiento del otro, sino fundamentalmente, la valoración que de este otro y su diferencia podemos hacer. Es a partir de la valoración mutua como llegamos a otro momento importante: el respeto del otro, pero respetar al otro en su diferencia, es también una construcción social de sentido,

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