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La Paz De Aristofanes


Enviado por   •  1 de Julio de 2013  •  6.130 Palabras (25 Páginas)  •  474 Visitas

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RESUMEN: el siguiente artículo presenta la relación establecida entre dioses y hombres dentro de la sociedad Antigüedad Clásica. Será basado principalmente en la comedia de Aristófanes ‘‘La paz’’, obras referentes a la época estudiada y en acontecimientos de nuestra propia realidad que serán utilizados como ejemplos y que luego ayudarán a demostrar cómo esta relación se ha ido desvirtuando con el pasar del tiempo. De esta manera podremos llegar conocer la estrecha dependencia que existía entre divinidades y mortales y cómo ésta ha cambiado a través del tiempo.

ABSTRACT: The following article presents the relation established between gods and men inside of the Classical Antiquity. It will be based principally on Aristophanes' comedy "La Paz", works relating to the studied epoch and on events of our own reality that will be used as examples and that will help soon to demonstrate how this relation has been spoiling as time goes by. This way we will be able to come to know the narrow relation that existed between the divinities and his mortal ones and how this has changed across the time.

PALABRAS CLAVES: dioses / mortales/ cambio/ religiosidad/ conveniencia

Gods / mortals / change / Religiousness / convenience

INTRODUCCIÓN

El siguiente trabajo pretende exponer la relación y la crítica establecida entre dioses y mortales en la Antigüedad y demostrar cómo esto se refleja actualmente en el trato entre las autoridades religiosas católicas y la humanidad. La inquietud ante el tema nace principalmente por la obligación de deber hacer el trabajo, pero en el transcurso del desarrollo de la investigación, se fue gestando un gusto y un gran interés por lograr establecer una respuesta ante nuestra interrogante ya que siempre se nos cuenta que la relación entre dioses y hombres fue por convención pero no se dice nunca un ejemplo de esto, nunca se nos presenta algo que lo logre confirmar. Es por esto que el punto al que le brindamos más énfasis fue a la conexión que tiene nuestro tema con la situación actual, ya que básicamente la religiosidad hoy en día, al menos en lo países desarrollados o sub desarrollados como el nuestro, es mínima. Además, para desarrollar más claramente aún, veremos en la exposición de los temas presentados en los capítulos II Y III, cómo nuestro tema ocurre en la Antigüedad basándonos principalmente en las fuentes analizadas, en las que las citas servirán de apoyo y pero principalmente como ejemplos que evidencien el carácter de la relación que pretendemos dar a conocer. Sobre estas realizaremos breves resúmenes que nos sitúen dentro de un contexto y nos permitan que el acceso a las respuestas sean más claras. Es por eso que deseamos establecer un contraste en la religiosidad y su importancia dependiendo de la época de donde la miremos. Para esto, nos basaremos principalmente en la comedia de Aristófanes ‘‘la paz’’ ya que su contenido, a pesar de hablar más ampliamente de la guerra, ofrece el reflejo de lo importante que pueden ser los dioses en aquel entonces en las decisiones y el actuar de todos los hombres. Luego serán tomadas las fuentes de La Iliada de Homero y Edipo Rey de Sófocles, ambas de la propia Antigüedad, para abarcar más ampliamente el tema remontado únicamente a la propia época. Finalmente tomaremos algunos de los acontecimientos de nuestro presente que tengan alguna relación a la representación de la religiosidad, principalmente la institución católica, para poder así establecer un contraste entre nuestro argumento y nuestro presente y para, finalmente, esclarecer cómo la relación entre la divinidad y la humanidad ha cambiado.

CAPÍTULO I: PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Al momento de hablar de Antigüedad vemos siempre cómo todo lo que acontece está ligado a los dioses: la guerra, la desdicha, la gloria, el honor, la pobreza, el triunfo; todo sucede como una consecuencia de las decisiones que los dioses toman. Pero, ¿por qué ocurren? Al momento del acontecer ¿los dioses toman sus decisiones con ciertos motivos o por simple gusto? ¿Qué relación tienen los hombres al momento de este acontecer? Ese es el mayor asunto. Es por eso que tomamos estas dudas como principal motivo para desarrollar nuestro trabajo y poder resolver las dudas que guían nuestra investigación.

Es por eso que ante estas dudas y para el óptimo desarrollo, recurrimos a las obras de la época en donde, primeramente, nos encontramos con Aristófanes, un comediógrafo poco amigo de las propuestas sofistas, que en sus sátiras nos ofrece un reflejo de su presente. En su obra La Paz, que fue la que mayormente llamó nuestra atención, se nos presenta a Trigeo, un campesino ateniense, que hace reclamo de la constante guerra en la que vive y sube al cielo para rescatar a la paz. Vale destacar que aquella obra está contextualizada en la guerra del Peloponeso y es probablemente esa la razón por la que esta y la mayoría de sus obras tienen como temática central el tema de la guerra. A través de la lectura pudimos establecer esencialmente la relación que nace entre los mortales y los dioses y sacar ciertas conclusiones; una de las más importantes que logramos implantar es cómo se establece a lo largo de la obra la sensación de temor porque a su vez, los hombres están en la constante tensión por no saber qué les podrá deparar el actuar de los dioses y no tan claramente demostrado pero igualmente importante, en donde los dioses temen que sus actos y palabras sean desvaloradas, perdiendo así su condición superior, pero no su estado inmortal. Esa situación de aprensión que se gesta nos lleva a distinguir las actitudes de los humanos frente a estas imágenes poderosas que moldean sus vidas, nos dan apoyo para comprender cuáles son sus motivaciones y cómo, paulatinamente, se va estableciendo aquella relación de reciprocidad. Es por eso, que como base de este artículo y como hipótesis, proponemos que la relación entre dioses y hombres es de mutua conveniencia y necesidad porque el uno sin el otro no logra mantener un completo equilibrio dentro de su existencia y no adquiere sentido dentro la propia sociedad. Además, pretendemos demostrar como esto varía en importancia dependiendo de la época en la que nos centremos y que pronto podrá ser demostrado precisamente en el capítulo IV. Teniendo ya nuestros objetivos definidos, podemos establecer como metodología de nuestro trabajo el uso principal de fuentes de la propia Antigüedad para lograr abordar el tema desde su punto de origen. Las fuentes respectivas son La Paz de Aristófanes, mayormente analizada en el capítulo II y la Iliada de Homero y Edipo Rey de Sófocles que nos servirán de apoyo y respaldo para contextualizar el tema a la propia Antigüedad. Luego de esto recurriremos al uso de acontecimientos actuales que nos ayudarán a establecer finalmente un contraste entre esta relación a nivel antiguo y actual que nos permitirán ver cómo el tiempo y el cambio que presenta la actitud de las personas ha sido un factor influyente en la importancia de la imagen divina dentro de la sociedad.

CAPITULO II: ANÁLISIS DE LA PAZ DE ARISTÓFANES VINCULADA A LA RELACIÓN ESTABLECIDA ENTRE DIOSES Y MORTALES

A través del análisis de la obra pudimos percibir ciertos factores que nos llevan a concluir sobre los aspectos de la vida y la relación entre ambos personajes. Es por esto que para la óptima comprensión de este capítulo, debemos exclusivamente realizar un estudio intenso y un breve resumen en el cual vayamos dando cuenta de la relación que pretendemos dar a conocer; aquí se presenta.

Trigeo es un viejo granjero que se encuentra agobiado por la constante guerra en la que vive, por eso, sube al cielo montado en su escarabajo para hablar con Zeus y pedirle el retorno de la paz. Pero cuando llega al Olimpo, ve que todos sus pobladores se han ido menos Hermes, y que el Olimpo ha quedado en manos de la guerra, llamado Pólemo, y su esclavo Tumulto. Es aquí cuando Trigeo y Hermes hablan y se expone la razón por la cual los dioses dejan su hogar. ‘‘Trigeo: ¿y por qué se mudaron los dioses? / Hermes: furiosos con los griegos. Y luego aquí, donde ellos estaban, instalaron a Pólemo, dejándole que hiciera con vosotros absolutamente lo que le diera la gana y ellos se mudaron arriba del todo para no ver más cómo os hacéis la guerra y no enterarse de vuestras súplicas / Trigeo: ¿y por qué han hecho eso? Dímelo / Hermes: porque habéis preferido hacer la guerra cuando ellos muchas veces os daban ocasión para la paz’’ . ¿Cuál es la razón por la que dejan a Pólemo a cargo del Olimpo? ¿Por qué están tan furiosos los dioses con los mortales? Necesitamos contextualizar la obra y entender así el porqué de su furia. Durante la escritura de la obra, está ocurriendo en Grecia la guerra del Peloponeso y es por eso que las situaciones bélicas en sí son un tema tan central a la largo de la sátira. Estos sucesos ocurren principalmente por las diferencias que se presentan entre las ciudades estado de la Grecia Antigua, es decir, el origen de la guerra es netamente humano. Es por esto que podríamos considerar a la obra como una analogía entre lo que ocurre dentro de la realidad del autor y el intento de demostrar su perspectiva de esto en su obra para generar conciencia ante tal problema. Esta es la razón por la cual los dioses dejan el Olimpo a cargo del dios de la guerra, ya que la molestia que les provoca la poca conciencia de los hombres en la tierra, se refleja aquí como un acto de indiferencia, en donde le otorgan el poder a Pólemo, el secuestrador de la paz, de hacer con los humanos lo que se le dé la gana.

Al continuar la conversación y frente a la intriga que siente Trigeo por no saber que le deparará el accionar de los Dioses ya idos, le pregunta a Hermes, que le responde ‘‘sólo sé una cosa, que ha metido dentro ayer tarde un mortero gigantesco donde se propone machacar en él a las ciudades’’ . Es decir, Aristófanes quiere darnos a entender que la guerra terminará por acabar a todas las ciudades si es que los humanos no son capaces de solucionar sus problemas con palabras y sin violencia pero no está considerando un factor fundamental: la imagen divina. ¿Será posible evitar la guerra que se nos presenta en la Paz si los humanos lo solucionaran por si mismos con el diálogo y el raciocinio? ¿Qué lugar toman los dioses ante estos conflictos? Es aquí cuando debemos volver a contextualizar. Ante los momentos bélicos, las ciudades en general siempre tenían un dios que utilizaban como protector. Le rendían culto y erguían grandes monumentos para ellos. Estos dioses invocados cumplían la función de proteger a los héroes de las ciudades y darles fuerza para luchar y, en algunos casos, ayudarles ellos mismos al momento de las batallas. Una de las principales diosas que cumplen con estas características es Atenea, a quien podemos ver presente en muchas obras escritas protegiendo a héroes ciudadanos y estos, a cambio de sus buenos actos, construyen hermosos y enormes edificaciones y estatuas, tales como el Partenón de Atenas. Además, Atenea es también mencionada en esta sátira, al momento en el que Pólemo manda a Tumulto a buscar el mortero, el cual había sido perdido por los ciudadanos de Atenas. Es aquí cuando Trigeo la menciona ‘‘Trigeo: ha hecho bien, señora soberana Atenea, aquel al perderse y lo ha hecho en momento oportuno para la ciudad’’ .

Con el transcurso de la historia, vemos que Pólemo está en la búsqueda del mortero y esto sirve para hacer tiempo y para conseguir la ayuda del coro que pronto auxiliará a Trigeo en el rescate de la paz. Al momento en que Hermes ve a Trigeo junto al coro intentando desenterrar a la Paz, le amenaza con denunciarlo a Zeus, pero Trigeo, para evitar esto, le propone a Hermes: ‘‘Trigeo: Por ello, querido Hermes, ayúdanos con ardor y saca a ésta fuera con nosotros. Y celebraremos en tu honor las grandes Panateneas y todas las demás fiestas de los dioses. Los misterios, las Dipolias, las Adonias, para Hermes; y otras ciudades terminadas sus desgracias harán sacrificios en todas partes en honor a Hermes preservador’’ . Vemos nuevamente, la relación que se establece entre ambos, esta relación conveniente en donde no se da sin recibir algo a cambio. En este caso, ocurre ante la amenaza de ser delatados por Hermes pero, a la vez, se hace con la intención de buscar en él la protección necesaria que requieren para poder salvar a la Paz, ocultando este acto de los ojos de Zeus, su padre.

Luego de todo el esfuerzo realizado por Trigeo y el coro, la Paz es finalmente liberada y también lo son sus compañeras Fiesta y Cosecha. Es aquí cuando Trigeo menciona: ‘‘escuche el pueblo: que los labradores se vayan al campo cogiendo lo aperos de labranza, cuanto antes, sin lanza, ni espada ni jabalina, porque aquí está ya todo lleno de paz podrida, que todos se vayan al trabajo, al campo, tras cantar el peán’’ . La ofrenda ha sido recompensada: las ciudades se reconcilian y la tranquilidad es restituida pero la paz se encuentra enojada por el trato que los griegos le dieron al no responder a ninguno de sus tratados. Explicándolo de otra forma, fue probablemente Irene, la diosa de la paz, la que realmente fue rescatada gracias al esfuerzo y la unión del pueblo, contando también con la protección que les brindó Hermes. Pero ¿y si no hubiese ningún pueblo? ¿Hubiese sido enterrada la paz? ¿Habría ocurrido todo lo acontecido? No tiene sentido la historia sin la presencia de los mortales ya que los dioses claramente no tendrían un motivo de subsistencia si ellos no estuviesen. Probablemente la existencia de los dioses en el mundo sería completamente irrelevante.

Luego del rescate y de la felicidad que esto provocaba entre todos los rescatistas, vino una recompensar para Trigeo: ‘‘Hermes: Bien, en esas condiciones toma por mujer a Cosecha, aquí la tienes; vive con ella en el campo y ten… racimos’’ . Nuevamente vemos la actitud de mutua conveniencia y de recompensa, donde luego de que Hermes haya protegido a Trigeo y al coro al no delatarlos ante Zeus por sus actos, y luego de que este haya sido venerado por sus acciones logrando su felicidad, recompensa a Trigeo por esto, regalándole una esposa que le ame y cumpla sus satisfacciones. Festival es devuelta al consejo que era el encargado de administrarla y Trigeo baja a su establo con su prometida Cosecha. En seguida se despide de Hermes, como si se tratara de dos buenos amigos. Luego de toda la victoria del momento, se realiza una gran celebración donde se pretende sacrificar un cordero a modo de celebración para la Paz pero al final no se ejecuta, ya que la sangre y el sacrificio no son de su agrado. Finalmente, llegan los fabricantes de armas a reclamarle a Trigeo por quitarles su trabajo; éste se burla diciendo que usará sus armas como utensilios comunes, ya que el uso de estas es ahora innecesario pues la paz ha sido finalmente restablecida.

CAPÍTULO III:, LA RELACION ENTRE DIOSES Y HOMBRES DESDE LA ANTIGÜEDAD

Si bien en este capítulo seguiremos hablando de la relación establecida entre dioses y hombres, las fuentes a utilizar cambiarán para lograr tener así un abanico de relatos que estén relacionadas con el tema en investigación. Es por esto que utilizaremos dos fuentes de la época para ratificar nuestra tesis que nos servirán como fuentes de apoyo, las cuales son “La Ilíada” de Homero y “Edipo Rey” de Sófocles. Lo que buscamos en estas obras es lograr distinguir cómo interactúan los hombres con estos personajes inmortales. Para poder entender mejor estas obras literarias, primero debemos conocer el contexto histórico en el que surgieron y luego saber a grandes rasgos de qué se tratan estas obras.

Empezando, la obra homérica surge entre los siglos VIII y VII a. C. la cual, en un principio, fue cantada por el mismo Homero. Desde un principio se creyó que este libro era un hecho real; con el paso del tiempo se pensó que era sólo un mito pero es en 1870 que el alemán Heinrich Schliemann descubre lo que fue la antigua Troya, dándole veracidad. Retomando el libro, veremos que la obra trata de una guerra entre aqueos y troyanos motivados por el rapto de Helena, la esposa del rey de Esparta, Menelao. El personaje que realiza el rapto era el príncipe de Troya, Paris, que pronto deberá pedir ayuda a otras polis ya que su enemigo, para recuperar a su esposa, decide atacar su ciudad. La obra gira principalmente en torno a Aquiles, uno de los más grandes guerreros espartanos de la Antigua Grecia, y en la presentación de dioses, demostrando el rol que cumplen en la vida de los ciudadanos, lo que será desarrollado en el transcurso del trabajo.

La segunda fuente que contextualizaremos es la tragedia Edipo Rey escrita por Sófocles. Fue una obra escrita en el siglo presentada en el teatro, logrando que con esta surgiera en el público y los futuros lectores el estado de catarsis, es decir, el momento en la cual una persona se puede purificar mental, espiritual y emocionalmente. Para poder alcanzar ese estado, Sófocles trata de provocar en el espectador una sensación de compasión hacia los personajes que se ven involucrados en la obra. Resumiendo a grandes rasgos, la obra nos cuenta del rey de Tebas, Edipo, cuya ciudad se ve amenazada por una gran peste. Como intento de solucionar este problema, el rey acude al oráculo de Delfos, el que le confiesa que la única solución del mal resolver cómo murió el antiguo rey Layo. Dentro de esta búsqueda por la verdad, descubre que él es el culpable de la muerte de Layo, quien era en realidad su verdadero padre, por eso Edipo, sin soportar el peso de la verdad, se suicida.

Retomando el tema podremos ver que a lo largo de ambas obras hay dos tipos de relaciones que desarrollan: en los cantos de homero existe una relación directa entre los dioses y los humanos que se expone claramente en el canto primero: “Aquiles, afligido, no sabía si desnudar la espada y matar al Atrida o dominar la cólera. En tal incertidumbre bajó del cielo Atenea, inquieta por ambos guerreros, y tiró suavemente de los cabellos de Aquiles para mostrarse solamente a él; Aquiles la reconoció al punto” . En este fragmento de la obra se puede percibir la cercanía que existe entre lo divino y lo humano. En otro canto se presenta el afecto que le tienen los dioses a los mortales, ejemplificado en la acción compasiva que tuvo Afrodita al salvarle la vida a Paris: “Y Menelao habría alcanzado el triunfo si Afrodita no acudiera a romper la correa. Todavía acomete contra Paris, decidido a matarlos; pero Afrodita emplea un poder de diosa; rodea al protegido con una bruma y lo hace desaparecer, elevándole a su cámara” . Dentro del canto vigésimo podemos encontrar otro ejemplo de aquella actitud protectora que adoptan los dioses hacia los humanos que son conocidos también como sus hombres preferidos. En este canto los inmortales se dividen en dos bandos: “Zeus ordenó a Temis convocarse una asamblea en su morada. Con excepción del Océano, ninguno faltó;(…) Tampoco fue sordo al llamado de Temis el dios que hace temblar la tierra; llegó desde el mar y quiso informarse acerca de los designios que Zeus tenía. -¿Por qué has convocado esta asamblea? ¿Te preocupan los troyanos y los aqueos? Parece no tardará en encenderse nuevamente la guerra entre ellos. A esto respondió Zeus: veo que has comprendido mi propósito. Aunque el destino de esos hombres es perderse, no dejan de interesarme. Ahora voy a distraerme viéndolos luchar desde estos lugares del Olimpo, en tanto vosotros iréis a los troyanos o a los aqueos para ayudar a los unos o a los otros (…) Los dioses encaminaron sus pasos hacia el campo de batalla, en dos opuestas direcciones (…)” .

Si bien somos capaces de distinguir en esta relación una gran cercanía, no debemos pensar que esto es así con todos los hombres ya que en el libro de Homero sólo se nos presenta a los personajes importantes, personas que son fundamentales y destacadas dentro de la sociedad, como son los reyes, los grandes soldados y los videntes. Otra forma de relacionarse con las divinidades es a través de las instituciones o personas que le representan; es el caso de Edipo rey, en la cual el protagonista no tiene relación con los dioses directamente pero si mantiene un fuerte vínculo con el sacerdote de su ciudad, el cual se encarga de ver los tributos a que se realizan a las deidades, interpreta las profecías de los oráculos y son, en simples palabras, el punto que logra conectar a los dioses que habitan el cielo con los mortales que habitan la tierra. La historia que presenta Sófocles es muy interesante de por sí ya está ampliamente relacionada con el destino.

Aunque en ambas obras los dioses siempre aparecen como personajes secundarios, siempre se presentan bajo la misma acción: manipulando las acciones de todos los mortales para que hagan lo que sea de su consentimiento. Esto se encuentra muy presente en los canto de Homero, por ejemplo, en el canto segundo titulado sueños de Agamenón, en donde el dios supremo Zeus se introduce en los sueños del mortal Agamenón, con el fin de convencerlo de que llevara sus tropas a la guerra; la intensión que existe detrás de la acción realizada por Zeus es darle castigo por el daño que le provocó a Aquiles. Es por eso que a través de este capítulo podemos sacar a método de conclusión que los dioses siempre utilizan al hombre para lograr ciertas venganzas y acciones de su propia conveniencia pero que a la vez, son los propios hombres los que aceptan estos actos con el fin de conseguir algo a cambio tal como hace aquí Aquiles al acudir a Tetis, su madre diosa, para que ella le diera fuerza y le brindara apoyo para vengarse de Agamenón luego de que éste le arrebatara a su prisionera Criseida.

Ejemplos de esto sobran en la Ilíada ya que en ella es posible ver más de cerca cómo es la personalidad y la moralidad de los dioses. Para nosotras el poder llegar a comprender las acciones de los dioses griegos fue bastante difícil, ya que ambas hemos sido criadas en un ambiente respectivamente religioso en donde el dios católico es el modelo que debe regir en nuestras vidas ya que, a través de la biblia, somos capaces de reconocer en él lo que son las buenas acciones a nivel moral, ético y de justicia. Por otro lado, en los libros que estamos utilizando como apoyo a la investigación, los dioses son percibidos como entidades de poca moral, en donde no se necesita seguir ciertas reglas para actuar correctamente. Para abarcar más en esto debemos analizar la imagen de Zeus y la relación que el entabla con su esposa, la diosa Hera. Este matrimonio estaba particularmente afectado por las constantes infidelidades realizadas por parte del dios, lo que es un modo explicativo de mostrar el hecho de que estos fuesen tan vengativos. Esto a nosotras, que somos parte de una sociedad completamente diferente, nos parece extraño y hasta extremo pero para ellos, que son parte de la Antigüedad y de una sociedad mucho menos afectada por los tabúes, era algo plenamente normal. Luego de poder ver en los dioses una actitud vagamente correcta, y de hecho, bastante parecida a le dos humanos, podemos establecer que la única causa real que les da la distinción de divinidad es su capacidad inmortal, cosa que era sumamente importante para la sociedad griega pues la trascendencia en el tiempo, el hecho de poder permanecer en la historia a pesar estar ya muerto, te da honor, uno de los valores más deseados y apreciados de la Antigüedad; es por eso que probablemente Aquiles decide acudir a la guerra, pues, al ser considerado uno de mejores guerreros espartanos y lograr alcanzar la victoria, le otorgaría instantáneamente un puesto dentro de la historia de Grecia.

Volviendo a las fuentes estudiadas en este capítulo, debemos reconocer que hubo algo que en principio no fuimos capaces de percibir pero que sí logramos encontrar con una segunda lectura y que llamó mucho nuestra atención: los reyes al momento de determinar las acciones que asegurarían el bienestar de la sociedad, tomaban en cuenta la palabra de los dioses, pero ¿cómo podían ser transmitidas las palabras de estos importantes personajes? Exclusivamente a través de las visiones del oráculo. En el caso de Edipo, en el inicio de la obra se da una situación que demuestra muy bien esta dependencia e importancia acerca de lo que piensan los dioses: “Mi búsqueda me ha llevado al único remedio que puede hallar para nuestra enfermedad y he actuado con prontitud. He enviado al hijo de Meneceo, Creonte, mi cuñado, al profético oráculo de Apolo para que se informara sobre lo que debo hacer o decir para salvar a Tebas. Y al contar los días que han pasado, me pregunto en que estará, puesto que se ha demorado más de lo esperado. Pero cuando llegue, en ese mismo momento me convertiré en un villano si no hago lo que el dios haya indicado” . Algo similar podemos encontrar en la Ilíada cuando, ante la preocupación de ser derrotados en la guerra, se le consulta a un adivino: ‘‘¡Atrida! Vamos a ser rechazados y deberemos volver a nuestra patria, si es que nos salvamos de la muerte; la guerra y la peste se unen para rendirnos. Consultemos a un adivino y sepamos el motivo del enojo de Apolo: si es por no haber cumplido algún voto o por no haberle ofrecido sacrificios” . En ambos casos podemos claramente dilucidar cómo se establece la relación de los dioses con los humanos presente en la importancia que tienen sus palabras al momento de tomar decisiones a nivel social y ciudadano.

Prácticamente durante todo el capítulo III nos hemos dedicado a hablar más de la Ilíada que de la obra de Sófocles, Edipo rey. Esto ocurre básicamente por la descripción minuciosa que se dedica a hacer el poeta griego Homero. En un principio es complicado encontrar alguna acción que destaque de otras, pero cuando se realiza una segunda o hasta una tercera lectura se logran encontrar diferentes casos que describen vagamente como son sus vidas diarias. A partir de esto, podemos encontrar una similitud entre los dioses y los hombres cuando se ven enfrentados a una situación de discusión o conflicto. En una cita utilizada anteriormente se puede percibir que los dioses se juntan para discutir sobre la guerra de Troya, “Zeus ordenó a Temis convocase una asamblea en su morada. Con excepción del Océano, ninguno faltó;(…) Tampoco fue sordo al llamado de Temis el dios que hace temblar la tierra; llegó desde el mar y quiso informarse acerca de los designios que Zeus tenía” y en el caso de los hombres, en el canto segundo de la obra se realiza una asamblea convocada por el rey Agamenón, en donde se cuenta que éste tuvo un sueño en donde el mismo Zeus le mandaba a decir que debía atacar a Troya. Es por eso que se reúnen los distintos reyes, videntes, etcétera con el fin de presentar sus distintas opiniones y perspectivas acerca de si hay que obedecer a lo que el sueño indica o no. Todos los que asisten a la asamblea hacen comentarios al respecto: “ya se acerca la hora del amanecer cuando el rey ordena a los heraldos convocar a los aqueos. Reunidos, se celebra junto al navío de Néstor, el consejo y Agamenón les entera el mensaje y comunica el deseo de probar a los aqueos (…) convocadas por los heraldos, afluyen las tropas. Nueve de esos heraldos tratan a gritos de imponer orden y silencio para que pueda oírse a los reyes. Callados todos, el poderoso Agamenón, apoyándose en el centro hecho por Hefesto, se dirige a los argivos estas palabras (…)” . En las citas anteriormente mencionadas podemos ver cómo los dioses también se conforman y se unen de una forma muy humana. Si bien en ambos casos se quería escuchar las opiniones de los demás, siempre tienen que contar con la presencia de una persona que tiene el poder máximo, que al fin y al cabo, toma en cuenta lo que el resto opina pero es él quien toma el consenso final.

Concluyendo este capítulo, podemos determinar finalmente que en la relación que se entabla entre los hombres y los dioses se da innatamente una mutua necesidad, puesto que los humanos necesitan que los dioses los ayuden y les hagan favores y los inmortales, a su vez, necesitan que le briden tributo, es por eso que los dioses tienen siempre a protegidos humanos, a algunos favoritos, y los humanos tienden siempre a creer más en un dios en particular. Finalmente, debemos mencionar que es muy importante para nosotras destacar que a través de estas dos obras se facilita la investigación sobre esta relación, ya que ambas fuentes hablan explícitamente de lo que pretendemos dar a conocer y sirven como ejemplos para apoyar nuestra hipótesis. Esto ocurre porque los dos textos tienen como eje encontrar el sentido de los dioses y el comportamiento que tienen frente a los humanos. Es así como finalmente logramos percibir todos los aspectos que se establecen dentro de su relación, tales como el aprecio, la venganza, la manipulación y además definir cuáles son similitudes que se desarrollaban entre los hombres y los dioses de la Antigüedad.

CAPITULO IV: LA IMPORTANCIA DE LA RELIGIOSIDAD DENTRO DEL ACONTECER ACTUAL

Después de haber abordado el tema religiosos ligado a los hombres y los dioses en la Antigüedad, debemos abarcar cómo se ve esto reflejado en la actualidad. Para esto, hemos debido buscar dentro de los medios de comunicación entrevistas, críticas u opiniones de los personajes que hoy en día son los representantes de la religiosidad: Sacerdotes, arzobispos y el papado. Luego de la investigación, tuvimos que buscar los puntos de mayor contingencia a nivel nacional y poder así relacionarlos con nuestro tema. Y a pesar de que encontramos variadas problemáticas, entre ellas un tema muy en boga que es la pedofilia dentro de la institución católica cristiana, quisimos ir por la línea que nos fuese más familiar y es por eso que relacionamos el tema a la educación chilena.

Luego de indagar en los medios, notamos que ante muchos temas de gran contingencia, las autoridades católicas emiten opiniones que nunca son dadas a la luz pública. Es probable que esto ocurra porque desde el siglo XIX, luego de la cuestión del Sacristán, el estado se desligó de la iglesia católica provocando que esta perdiera valor ante la sociedad, es decir, esta desvalorización que se provoca ante la opinión religiosa no es un tema tan actual como se cree, sino que es un algo que se viene arrastrando y acrecentando desde más de un siglo.

Respecto a la educación en un nivel más Global, el papa Benedicto XVI para la jornada mundial por la paz, envió un mensaje a todos los responsables de la educación, diciendo que ‘‘su misión era la aventura más fascinante y difícil de la vida y que para educar a los jóvenes en la justicia y la paz, se precisa una educación que persiga una formación integral, en la verdad y la libertad y que no podrá alcanzarse si se aleja de Dios’’ . Las palabras pronunciadas nunca fueron publicadas en los medios de comunicación nacional y probablemente, si lo hubiesen sido, serían tomadas como un mensaje innecesario o como punto de controversias. Esto ocurre porque a lo largo del tiempo, la iglesia ha sido más cuestionada, cosa que no ocurría con frecuencia en la antigüedad.

Situándonos en el pasado, principalmente en los años posteriores a su llegada a América, el sistema de evangelización se impuso a todos los indígenas sin ningún cuestionamiento ya que esto pretendía quitar el pecado de aquellos ‘‘hombre sin alma’’ y llevarlos por el camino de Dios. Pero luego de este sometimiento y con el transcurso de los años y el mayor acceso a la información y las tecnologías, dio como resultado que este sistema se pusiera en cuestión, perdiendo así su credibilidad como institución religiosa llegando incluso a generalizar a todos los representantes religiosos como pedófilos o inmorales.

Esto además conlleva que esta falta de compromiso con la iglesia católica por parte de la sociedad se deba a la poca cercanía y empatía que se siente con la moralidad perfecta de que Dios refleja. La sociedad actualmente vive algo similar a un destape, ya que dentro de su formación, los ciudadanos ya no sienten el temor de dar a conocer su pensamiento y sus creencias respecto a las cosas, provocando así una menor credibilidad para la institución. En Grecia ocurre todo lo contrario; los ciudadanos se sentían tan reflejados y apreciados por los dioses que obedecían todas las reglas que se les impusieran con el fin de mantenerse cerca de ellos y esto claramente está desvirtuado en la actualidad.

Retomando el tema de la educación a nivel nacional, tomamos las palabras del Sacerdote Tomás Scherz Take, quien es parte de la vicaría de la iglesia de Santiago quien expresó su opinión frente al tema de la educación superior en el país: ‘‘Hay que admitir que la pobreza se supera con la educación. Desde una perspectiva estrictamente económica alguno podría exponer que no ha sido otra la "inversión" de la gran mayoría de los jóvenes que son la primera generación de estudiantes en sus familias. Tener un cartón, especialmente en las profesiones universitarias y técnicas profesionales, ha significado una reivindicación socio-económica, pese a la pesada carga económica nacida en torno al financiamiento de la educación superior’’ . Probablemente la mayoría de las personas del país concuerde con lo que él piensa, pero la condición de sacerdote que él tiene le quita el valor y lo hace invisible a la sociedad. Es por esto que, concluyendo el tema, podemos afirmar que en la actualidad la presencia religiosa ya no es valorada como solía ser siglos atrás ya que el comportamiento y el actuar de las personas es ahora mucho más prejuicioso y crítico.

CONCLUSIÓN

Luego de haber investigado sobre nuestro tema, indagado dentro de las fuentes pertenecientes a la época y contrastado con los temas de mayor contingencia en la actualidad, podemos concluir que nuestra hipótesis estaba en lo correcto. Podemos constatar que los dioses en la Grecia Antigua son vistos como poderosas divinidades inmortales que merecen honor pues sus actos son siempre trascendentales en la vida de los hombres, haciendo que estos sean merecedores de respeto, alabanza y grandes monumentos. Pero esto en la actualidad ha cambiado ya que el mayor acceso a la información y el descontento y la poca confianza que se tiene por la institución que hoy en día representa la religiosidad, hace que la relación entre ambos, es decir, Dioses y hombres, no sea lo mismo que en la Antigüedad. Además, los Dioses solían ser la representación de la cultura y todo podía ser explica a través de ellos, cosa que claramente hoy no ocurre. Esto nos enseña que parte del legado que nos deja la Antigüedad actualmente se encuentra desvirtuado y que el poder de la creencia que tenían nuestros antepasados ha disminuido considerablemente. Lo único que nos queda por hacer como futuras historiadoras es profundizar en el conocimiento de esta área y poder así resolver las preguntas que circulan dentro de nuestra disciplina.

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