La Revolución Mexicana

La revolución mexicana.

Críticos, oposicionistas y precursores

Críticos: Los diferentes problemas enfrentados al final por el gobierno porfirista generaron críticas y movimientos opositores entre diversas clases sociales y grupos políticos.

Los primeros en manifestarse fueron ciertos sectores católicos, influidos por las renovadas ideas material social sostenidas por el Vaticano desde 1891, cuando León XIII proclamó la encíclica Rerum Novarum, que pretendía ofrecer una solución cristiana a los conflictos sociales. A pesar del acercamiento entre el gobierno y la iglesia, se censuraba moderadamente a Díaz por conservar los principios liberales anticlericales de la Constitución de 1857, por el alto número de masones existentes entre sus colaboradores, por el apoyo otorgado a los protestantes y por la decisión gubernamental de que la filosofía positivista, abiertamente anticatólica, dominara parte de la educación pública nacional. A estos reclamos se sumó la crítica sociopolítica, luego de que la encíclica Rerum Novarum fuera adoptada por los católicos mexicanos para su entorno rural. Aunque defendía la propiedad privada como un derecho natural, comenzó a criticarse la injusticia que dominaba la estructura de la propiedad agraria, así como las inhumanas condiciones laborales imperantes de la mayoría de las haciendas mexicanas.

Precursores: El Partido Liberal Mexicano (PLM) de los hermanos Ricardo y Jesús Flores Magón. Francisco I. Madero fue quién lanzó el Plan de San Luis, incitando a la rebelión armada para derrocar a Díaz.

Los personajes más importantes durante la Revolución, fueron Emiliano Zapata, con el Plan de Ayala (programa de repartición de tierras a los indígenas), Francisco Villa, jefe de la División del Norte y Venustiano Carranza, quién se adjudicó los logros revolucionarios al promulgar la Constitución de 1917.

Oposicionistas: obviamente los que se oponían a este movimiento eran los beneficiados del gobierno de Porfirio Díaz. (Los extranjeros y hacendados).

De la oposición a la lucha armada.

Plan de San Luis de Potosí: Este acuerdo prometía revisar los abusos que había cometido el gobierno anterior con los terrenos de las personas y devolverlos a quienes se los habían arrebatado, fue realizado por Francisco Madero ya que se estaba consumando un nuevo fraude electoral, este fue encarcelado y Díaz quedo libre. Los antirreelecionista realizaron protestas y de esta manera se puso en libertad a Madero.

Francisco M. huyo a Texas y dio a conocer este plan para que el pueblo mexicano tome las armas y se defienda para terminar con la dictadura y la oligarquía.

En la alianza nacional antirreelecionista se mostró la influencia del liberalismo y la desradicalización de la oposición. Estos se plantearon la vuelta al régimen constitucional y la necesidad de reformar la ley electoral y dar libertad de prensa y enseñanza, mejorar las condiciones de trabajo de los obreros nacionalizar al personal ferroviario, proteger al indígena, fomentar las grandes y pequeñas industrias y afianzar las relaciones con los países latinoamericanos con el objetivo de lograr la unión de repúblicas centroamericanas.

El anacrónico liberalismo

Al quedar como presidente interino, Francisco León de la Barra tuvo dos principales tareas, la primera era el desarme para garantizar la pacificación del país y la otra era convocar a unas nuevas elecciones.

Varios grupos aceptaron una gratificación como pago por sus servicio, con lo que se volvieron rurales, otros, como los zapatistas y los orozquistas, se negaron a bajar las armas, y con ello a cesar la inconformidad de acuerdo a sus demandas. Los zapatistas exigían que se les devolvieran las tierras usurpadas por los hacendados. Se rebelaron contra el gobierno federal

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