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La lanza y el caballo: Chinacos, jinetes de la República.


Enviado por   •  6 de Junio de 2014  •  Tesis  •  4.469 Palabras (18 Páginas)  •  299 Visitas

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La lanza y el caballo: Chinacos, jinetes de la República.

Introducción.

La Segunda Intervención Francesa es un tema que sigue cautivando a muchas personas, debido a todos los aspectos que representa, puesto que por un lado se encuentran los hechos de armas, como lo es la batalla del 5 de Mayo, así mismo, representa un punto diferente frente a otras intervenciones extranjera, como lo fue la Guerra de los Pasteles o la Guerra contra Estados Unidos, esta última con resultados desastrosos para la nación mexicana donde debido a la división y la nula existencia de un sentimiento nacionalista, permito el rápido avance norteamericano en México. En lo referente a la Intervención Francesa de 1862, ya hay un cambio significativo, donde el apoyo de la población a los defensores de la Republica es aún mayor, no queriendo decir que los franceses no recibieran ningún tipo de apoyo, puesto que sus principales refuerzos en suelo mexicano provenían del partido conservador.

Esto motivo a escritores de bandos (liberal o conservador) hicieran uso de los medios impresos gracias a la fácil difusión entre la mayor parte del pueblo. Los escritores de tendencia liberal se caracterizaron por el uso de distintivos propios del pueblo, en un intento por lograr la unidad en contra del invasor, para esto, no solo exaltaron al ejército profesional en esta lucha, sino también en busca de una aprobación, tomaron la imagen de los chinacos, jinetes del campo, para que el pueblo se sintiera identificado por medio de estos personajes, donde eran presentados como nobles, pero a la vez aguerridos en la lucha.

El mayor referente de los chinacos, al menos en el centro del país, es Nicolás Romero, que encarna todos esos ideales que los liberales presentan en sus artículos en el periódico La Chinaca, impresión que les sirve para difundir no solo el parte de guerra, sino también para presentar la figura de los mismos chinacos como defensores de la República, como una forma de crear una conciencia nacional en el pueblo por medio de figuras de fácil asimilación y con las que se sintieran identificadas.

El origen humilde de Romero fue hábilmente usada por los liberales, quienes mediante sus escritos lo representan como el héroe mexicano, salido del pueblo, que tiene una gran diferenciación con los militares de carrera, no queriendo decir que estos últimos no fueran importantes dentro de la lucha armada, sino que había una especie de complementación. Por un lado, los militares se batían con el enemigo en campo abierto, mientras que los chinacos, por ser de extracción más popular, se caracterizaron por los ataque guerrilleros que lentamente mermaban las fuerzas invasoras.

Bajo esta visión, el chinaco se transformó en la imagen del mexicano combatiente, hábil en la lucha y en torno a él, el sentimiento de nacionalismo y unidad se fortalece, sobresaliendo la figura de Romero, que durante los tres primeros años de la Intervención participa de manera destacada en la lucha, donde también hay un cambio en la forma en que los grupos guerrilleros se ven, transformándose de grupos con tintes forajidos a miembros del ejército republicano.

A la muerte de Romero, este sigue cumpliendo con una función dentro del imaginario público, adquiriendo los tintes propios de un héroe: su origen humilde, su valentía y nobleza y su fin a manos de tropas imperialistas, convirtiéndose de igual manera, en un mártir que murió en defensa de la patria.

- Los guerrilleros de la Republica.

La intervención Francesa fue un periodo destacando dentro de la Historia de México, ya que represento el punto más álgido en las luchas entre liberales y conservadores, grupos políticos que deseaban instaurar su programa político. Dentro de este contexto, se caracterizó por la creación de un sentimiento nacional en la mayor parte del territorio, donde debido a las constantes luchas entre grupos políticos, no se había logrado consolidar.

En el imaginario publico destaca la batalla del 5 de Mayo como el mayor referente a este conflicto y en como las fuerzas nacionales combatieron a las tropas imperiales hasta su expulsión, dando inicio a la llamada República Restaurada. Dentro de este conflicto sobresale la figura de Benito Juárez a la cabeza del gobierno mexicano, así como la de sus principales generales. Sin embargo, también hacen acto de presencia militares, sean o no de carrera, que de una u otra forma defendieron de manera local su territorio, como es el caso de Nicolás Romero, quien tuvo una gran actividad guerrillera en la zona del centro del país, a tal grado que se convirtió en el referente del “chinaco” en contra del Imperio y en como su figura fue ensalzada por los liberales como símbolo del nacionalismo.

- La Intervención Francesa.

Dentro de la Historiografía Mexicana, la temporalidad que abarca la Segunda Intervención Francesa abarca desde 1862 hasta 1867, con el fusilamiento y final del imperio de Maximiliano. Planificada a manera de imponer un gobierno afín a su imperio, Napoleón III apoyo el envió de tropas a México utilizando como pretexto la suspensión de pagos por parte del gobierno de Benito Juárez. Para tal fin, las tropas francesas se unieron a españoles e ingleses, desembarcando en el puerto de Veracruz en enero de 1862.

El gobierno mexicano inicio las negociaciones con el fin de evitar una nueva intervención, y como resultado de este esfuerzo, se logró la firma de los Tratados de La Soledad, en donde se comprometían a pagar la deuda sustraída a los tres gobiernos. Los representantes de España primero, y después de Inglaterra, aceptaron las condiciones y se prepararon para retirar a sus tropas, no así las fuerzas francesas, quienes siguiendo las órdenes de su emperador, comenzaron el viaje a la capital.

El primer enfrentamiento de importancia contra las tropas mexicanas fue en Puebla, el 5 mayo, dando como resultado su derrota y posterior repliegue en espera de nuevos refuerzos. Con la llegada de estos, al año siguiente sitiaron la ciudad de Puebla y tras casi dos meses de combates, cayó en mayo de 1863, lo que permitió al ejército francés el camino libre a la Ciudad de México. El gobierno de Juárez, ante la posibilidad de caer prisionero, abandono la ciudad e inicio lo que se conocería como el gobierno itinerante.

La entrada a Ciudad de México comenzó con la segunda fase de la Intervención Francesa, el establecimiento de una monarquía, bajo el amparo de Napoleón III. Los planes para la instauración de este tipo de gobierno comenzaron desde principio de la década, con personajes de filiación conservadora, tales como Juan Nepomuceno Almonte y José María Gutiérrez de Estrada, entre otros; quienes al mando de una comisión viajaron a Europa con la finalidad de atraer la atención de Napoleón,

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