La peste negra, sus efectos económicos y sociales en Europa

Iker Mauricio Rios Salcedo

Europa Medieval

Ensayo

La peste negra, sus efectos económicos y sociales en Europa

La muerte o peste negra se puede definir como una cepa combinada de las plagas bubónica, neumónica y septicémica. Esta devastó el mundo occidental de 1347-1351 principalmente, matando a un poco más del 50 por ciento de la población europea y provocando un acelerado cambio en los ámbitos políticos, económicos, sociales y culturales de la Europa medieval. La población quedó asombrada, desconcertada y aterrorizada con lo que estaba aconteciendo, ya que una plaga jamás había causado tal desastre en la historia de la humanidad.

El origen de la peste negra se dio en Asia y se esparció por Europa a través de las rutas comerciales. Las ratas que dispersarían la enfermedad por medio de sus huéspedes, las pulgas, portadoras del bacilo que causaba tan terrible mal. Dichas ratas viajaban en los barcos, al momento de llegar a tierra firme las ratas se trasladaban a lugares donde encontraban alimento como graneros, molinos, casas donde almacenaban o transformaban los granos. De  esta forma llegaban a los humanos los cuales eran inoculados por las pulgas con el parásito mortal.

En aproximadamente  30 días las personas infectadas morían, “las manifestaciones de la enfermedad se daban en ingles, axilas o cuello, inflamando los nódulos del sistema linfático, acompañado de supuraciones, fiebres altas que provocaban escalofríos y delirio. Al ganglio linfático inflamado se le llamaba bubón dando origen al nombre de “peste bubónica”. La peste septicémica era en la cual el contagio se pasaba a la sangre provocando visibles manchas oscuras en la piel y por esta característica se le conoce como “peste negra”. La otra variante, la peste neumónica afectaba el aparato respiratorio provocando tos expectorante que daba lugar al contagio a través del aire. Tanto la peste septicémica como la neumónica no dejaban sobrevivientes”. (http://www.nationalgeographic.com.es/la-peste-negra-la-epidemia-mas-mortifera_6280)

Este desastre afecto a todos los aspectos de la vida de la Europa medieval. La disminución de la población y la reducción laboral apresuraron los cambios que eran inherentes en una economía rural, la sustitución de salarios por un trabajo efectuado se aceleró, así como la estratificación social se volvió menos rígida. Las artes también adquirieron una influencia ya que el morbo de lo que estaba sucediendo se expresó a través de la psicología de los artistas de esos tiempos. Y no podemos dejar de mencionar que la religión también se vio afectada, la falta de personal educado entre el clero redujo gravemente el vigor intelectual de la iglesia.

En menos de cuatro años la plaga talló un camino de muerte desde a través de Asia, Italia, Francia, el Norte de África, España y Normandía, abriéndose camino sobre los Alpes pasando a Suiza, y continuando rumbo al este adentrándose a Hungría. Después de un pequeño respiro, la plaga reanudo su camino, esta vez cruzando el canal de la mancha hacia Inglaterra, Escocia e Irlanda. Y eventualmente llegando a los países del norte: Noruega, Suecia, Dinamarca, Islandia e incluso Groenlandia. La plaga llegó a prácticamente todo el mundo conocido.

Tanta muerte no puede tener otro resultado más que el desgarre de las estructuras económicas y sociales, la escases plebeyos y mano de obra incrementaron los salarios considerablemente y ante esto el valor de la tierra se desplomó. Por primera vez en la historia los nobles propietarios de las tierras se vieron en desventaja ya que los siervos y plebeyos tuvieron el poder de negociar a su favor. Las grandes catedrales y los castillos, muchos de ellos permanecieron inconclusos por años ante la falta de arquitectos, albañiles y artesanos. Y el gobierno sin oficiales suficientes fracasó en su intento por poner orden en un estado de caos total de los habitantes.

Otro aspecto en el cual la iglesia se vio perjudicada, fue en la pérdida del sentido moral y justicia, y la nueva actitud ante la iglesia que emergió de la población. Al no encontrar una razón divina por la cual estaban padeciendo lo más cercano a una pesadilla, se empezó a formar un ímpetu de insatisfacción hacia la iglesia que generó movimientos reformistas que eventualmente fracturarían la unión de la Iglesia Católica.

Y es a mediados del siglo XIV cuando Europa ya pasaba por una etapa bastante desfavorable, con dificultades económicas y en cuanto a expansión se refiere estaba llegando a sus límites en todas sus fronteras y con conflictos sobre reclamo de tierras tanto en los bosques como en los pantanos. La llegada de los otomanos  y años antes de los mongoles interrumpieron las rutas comerciales dejando a ciertas regiones de Europa al borde de la depresión económica.

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