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La pregunta principal: ¿cuál es la influencia de la teoría marxista de la sociedad moderna


Enviado por   •  1 de Marzo de 2015  •  Trabajos  •  3.195 Palabras (13 Páginas)  •  401 Visitas

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Pregunta central: ¿en qué consiste la influencia de la teoría marxista en la sociedad actual?

Como teoría de la sociedad, el marxismo nos parece la menos imperfecta entre las que conocemos. Como ideología, ha cumplido en gran medida su propósito esencial de transformar positivamente el mundo en que vivimos. Primero, es evidente su aporte fundamental en el surgimiento del campo socialista mundial en sus diversas expresiones tanto en el socialismo real, la socialdemocracia y el Estado del bienestar que acogen los modelos liberales europeos.

Están por supuesto, las experiencias de los países llamados del "tercer mundo" y en el continente americano en particular el caso de Cuba que desde una perspectiva nacionalista asumió el socialismo como alternativa. Segundo, ha contribuido notoriamente a dar conciencia y objetivos comunes o convergentes a los movimientos sociales progresistas en el seno del sistema capitalista mundial. Tercero, a contribuido a la remodelación del propio capitalismo, como fruto de esos movimientos. Que sepamos, ninguna otra escuela de pensamiento social ha logrado desatar tanta fuerza social transformadora.

El "socialismo existente" y el ideal marxista: se discute hoy en día, con creciente intensidad, si los resultados alcanzados por el "socialismo existente" tienen algo que ver con los fundadores del marxismo. Se puede adelantar desde ya que las limitaciones y aberraciones constatadas, particularmente, en la ex-república soviética, contribuyen no poco a frenar y esterilizar la evolución del movimiento socialista a escala mundial. Mas no estimo que tan negativos fenómenos se puedan achacar a formulaciones esenciales de la concepción marxista. Sin duda, creo, el marxismo tiene aún mucho campo para seguir presionando hacia genuinos cambios progresistas pero para hacerlo acertadamente, debe partir a mi juicio, de reconocer que el surgimiento del campo socialista, con todo y lo que ha sido y es hasta hoy, constituye el cambio sociopolítico fundamental ocurrido en el recién despedido siglo XX.

Más aún, la crisis de Europa que se debate entre el liberalismo y el estado del bienestar junto al surgimiento de los movimientos antiglobalizadores por un lado, el fracaso del neoliberalismo en los países de Europa del Este y el surgimiento de China como un Estado poderoso con políticas regulatorias que acepta el mercado, son indicios de que el socialismo como proyecto está presente y si se acepta que nos encontramos en la pre-historia del socialismo puesto que ningún país puede declararse con propiedad plenamente socialista, la intención de la crítica es contribuir a la metamorfosis de las formaciones protosocialistas en función de impulsar el ideal socialista.

El capital se muestra hoy más débil a escala mundial, más por las contradicciones y penurias que genera que por el núcleo de socialismo incompleto y defectuoso. Por eso la actual crisis capitalista no puede resolverse a pesar de recurrir a la represión y guerras para aplastar las insurgencias populares. El marxismo ha dotado de una teoría y de una guía para la acción, convergentes a diversos movimientos progresistas y populares en el seno del sistema capitalista que les ha permitido alcanzar considerables avances en la organización y en el mejoramiento de las condiciones de vida de amplios sectores de la población trabajadora, de los movimientos indígenas y los nuevos movimientos sociales, el feminismo, contra el racismo, por la libertad sexual y por los derechos ambientales y ecológicos, que a su vez contribuyen a una reelaboración y contribución al marxismo. Pero además, la conciencia mundial que inspira a los movimientos ligados a la segunda como a la tercera internacional es una herencia también de la visión marxista. Al mismo tiempo, tales luchas y resultados han contribuido a desarrollar el marxismo como cuerpo teórico y como plataforma de movilización.

Planteamiento

Antecedentes

La historia del marxismo no puede considerarse concluida, porque el marxismo es una estructura de pensamiento todavía viva y porque su continuidad ha sido sustancialmente ininterrumpida desde los tiempos de Marx y Engels.

El objeto de esta Historia no es un único marxismo específico, un «verdadero» marxismo contrapuesto a otros marxismos falsos o desviacionistas. Como principio, en ella se incluyen todas las estructuras de pensamiento que se declaran derivadas de Marx o influidas por sus escritos. Empero ello no implica una posición agnóstica respecto a lo que es marxista o lo que no lo es, y menos aún respecto a lo que el mismo Marx quería realmente decir o a las interpretaciones más o menos correctas de su pensamiento por los marxistas posteriores. De todos modos, pertenecen a la historia del marxismo incluso aquellas interpretaciones cuya incorrección fuera demostrable. El criterio, para sustentar tal tesis, es el de que el marxismo posee una unicidad que le confieren tanto el coherente cuerpo teórico elaborado por Marx, y los problemas prácticos que esperaba resolver por medio de tal cuerpo –por ejemplo, los de la revolución y la transición a la sociedad socialista–, como la continuidad histórica de los principales grupos organizados de marxistas, todos los cuales pueden «colocarse», por así decirlo, en un árbol genealógico cuyo tronco estaría representado por las organizaciones socialdemócratas de los últimos años de la vida de Engels. Empero se trata de una «unidad en la diversidad», que no se basa en un acuerdo teórico y político, sino en objetivos comunes –como «el socialismo»– y sobre todo en la adhesión común, en línea de principio, a un cuerpo doctrinario derivado de los, escritos de Marx y Engels, con independencia de los añadidos o modificaciones aportadas a los mismos. De hecho, ni hoy ni en el pasado hay un solo marxismo, sino muchos marxismos inmersos, como es sabido, en ásperas polémicas internas en las que unos llegan a negarles a los otros el derecho a declararse tales. Por ello, no se pretende decidir sobre la validez de sus respectivas pretensiones, a no ser en un sentido exclusivamente técnico o concreto.

En consecuencia, una historia colectiva del marxismo deberá elaborarse por autores con opiniones distintas respecto a las facetas teóricas del análisis marxista o a sus consecuencias políticas. Sin embargo, por diversos motivos, es difícil que autores cuyas opiniones se sitúen en extremos muy opuestos puedan participar en tal proyecto. Así es improbable que quien rechaza la teoría o los objetivos de Marx –o considera al marxismo

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