León-Portilla Miguel “Un sentido náhuatl de la vida”

Paola Fernanda Ponce Mercado                                                                   31/ enero / 18

León-Portilla Miguel “Un sentido náhuatl de la vida”

En este texto se muestra la forma de concebir la existencia desde el punto de vista náhuatl, que llego a las generaciones actuales a través de sus poemas y su arte.

 En sus poemas se puede ver su apreciación por todo lo hermoso que rodea al ser humano, principalmente la naturaleza y el valor que le dan a la vida, cargado de una gran reflexión. Se nota su preocupación por la inestable existencia y la muerte, lo que es una gran fuente de meditación para ellos. Todas esas interrogantes hicieron que comenzaran a concebir la vida como si fuera un sueño, donde todo tiene un fin del que no se puede escapar, pero también dio pie a que se empeñaran en encontrar la manera de superar la muerte, lo cual los llevó a realizar sacrificios humanos creyendo así que podían acercarse a los dioses. Aunque había también quienes diferían de esto y veían la vida como algo pasajero que tiene que disfrutarse; veían la vida como una oportunidad para gozar, luchar y buscar solución a los problemas.

La búsqueda de la verdad era constante para ellos, se esforzaban en tener fundamento de su existencia. Esto los llevo a obtener una “teoría del conocimiento”. Fue Tecayehuatzin quien se acercó a tener una respuesta por la expresión de la flor y el canto, (poesía y arte) que para él era la única manera de decir palabras verdaderas en la tierra.

Esto los llevo a una nueva concepción del hombre, el mundo y Dios. Por fin se le da un sentido a la existencia del hombre, con el argumento de que un hombre puede hacerse verdadero si es capaz de “producir canto y flores”, de esta manera podría acercarse a todos los enigmas, incluyendo a Dios. Esto daba un consuelo a los hombres para superar la angustia de los constantes cambios que se producían en el mundo y la muerte, así como también ayudaba a darle sentido a la vida.

Se habla también en la forma de organización política y social, la cultura, educación  y religión que ellos tenían, existiendo distintas tendencias y actitudes, dentro de las cuales existían dos tipos de vida distintos: La idea de la flor y el canto y las ideas místico-guerreras de Tlacaélel. Y se ha visto que las ideas con las que se educaban a los niños en los centros de educación se inclinaban más a la idea de la flor y el canto.  Había

Paola Fernanda Ponce Mercado                                                                  

quienes habían recibido la educación de ser guerreros y realizar sacrificios humanos para agradar al Dios del sol, sin embargo, era muy fuerte la tendencia del Dios de la cercanía y proximidad, que no exigía sacrificios. Se puede decir que existía una ambivalencia hacia estas creencias, aunque sean contradictorias entre sí, lo cual no es del todo raro, ya que esto se ha presentado varias veces en otros momentos de la historia.

Por una parte, los que seguían al Dios del sol, aspiraban a poseer poder, mientras los que se inclinaban por la flor y el canto buscaban su autoafirmación existencial, ambas cosas son vitales para el ser humano. Cualquiera que fuera la elección de estos ideales para el pueblo náhuatl, acrecentaba su sabiduría y les proporcionaba un equilibrio muy significativo, manteniendo una amistad que une a individuos distintos.

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