Literatura 3 ESO

En este texto encontramos un modo de expresión concreto (el soliloquio en primera persona) y un tema de reflexión también suficientemente centrado (la soledad), con alguna referencia al hilo argumental de la novela.

Nosotros, lectores de La verdad sobre el caso Savolta, sabemos que el motivo que coordina la progresión del relato son los recuerdos del protagonista, Javier Miranda; que, de diversas formas (entre ellas, la primera persona) traen a su memoria acontecimientos del pasado.

El tono del texto y el contenido de las reflexiones nos permiten afirmar que es él, efectivamente, el que habla en el fragmento que comentamos.

2. LOCALIZACIÓN.

En el fragmento aparecen algunos datos que nos pueden ayudar a una localización aproximada del pasaje. Así, el autorreproche que se formula el personaje (“debí despreciar…”, l. 3), la mención “de la muerte de Pajarito de Soto” (l. 4-5) y la alusión a que éste debió ser en realidad un asesinato (“provocaron directa o indirectamente”, l. 3-4), así como las referencias a los autores (“los halagos de quienes provocaron…, l. 3-4). Todo esto nos permite pensar en que la recuperación de los recuerdos del protagonista está ya avanzada y que han salido a relucir ya detalles importantes de la historia.

Con todo, no está de más insistir en que el carácter no lineal de la novela, su estructura caleidoscópica y fragmentada, no permiten situar el texto en un momento concreto (lo mismo sucedía con La Colmena, de Cela).

3. TIPO DE TEXTO.

La presencia de la primera persona narrativa, un yo que actúa de personaje protagonista y testigo de unos hechos, el relato de unos acontecimientos sucedidos en una época concreta, la autorreflexión que realiza un personaje, la aparición de formas verbales (pretérito imperfecto, pretérito perfecto simple, presente de indicativo), el uso de estructuras oracionales adverbiales, etc., nos sitúan ante un texto narrativo.

4. TEMA. RESUMEN.

El tema general del fragmento es la soledad de uno de los personajes de esta novela. El personaje, a través de un soliloquio (reflexión en voz alta y a solas), retrocede a una época donde sus circunstancias personales le permitieron ser testigo de unos hechos que se vincularon al asesinato de Pajarito de Soto.

Pero ¿qué se desprende de este soliloquio?. Sencillamente, el desamparo, la amargura, que llevan a la justificación de envilecimiento, de la pérdida de la propia dignidad. Esto carga el texto de una marcada dimensión existencial (una de las predominantes en la novela), dimensión que aquí se sobrepone a los aspectos más puramente narrativos o de otro tipo (de denuncia social, por ejemplo).

5. ESTRUCTURA.

Tres son las partes que se pueden distinguir en el texto:

• Primera parte (l. 1-2): interrogación propia del discurso. Su estructura es la lógica de una interrogación retórica, que actúa como apelación al lector para atraer su atención.

Hay que señalar el papel que esta clase de fórmulas introductorias (“¿Habrá quién quiera…?”, l.1), tienen como elemento de unión entre distintas partes del relato.

Un latiguillo coloquial (“Ya sé, ya sé”, l.1), sirve de transición a la segunda parte del texto.

• Segunda parte (l.2-17): la descripción de la soledad del hombre en medio de la gran ciudad. Con una prosa literaria, el personaje compone un largo párrafo en el que la justificación (“el precio de la dignidad”, l. 5-6), sirve para ir mostrando los rasgos morales de la soledad y algunos detalles de la vida cotidiana que alcanzan valor simbólico.

• Tercera parte (l. 17-19): “Se vende por un plato de lentejas adobado…” (l.17-18), frase con la que se cierra el texto y que supone, un poco,

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