Los Maestros De Las Primeras Letras

Los Maestros y la Vida Escolar:

Los maestros en su diario vivir luchaban constantemente contra sufrimientos y carencias que se presentaban en el aula. En su sentir expresaban el largo y tedioso camino que recorrían para que el alumno aprendiera sus primeras letras y enseñanzas.

Los constantes problemas que enfrentaban eran:

- Ingreso poco remunerado (no cubria sus necesidades básicas; alimento, vivienda, comida y salud)

- Falta de reconocimiento a su labor por parte del Estado

- La falta de respeto por parte de los niños y sus padres soportando comentarios negativos hacia sus capacidades, habilidades y no poderse desempeñar en otra actividad.

- La profesión de maestro era considerada de un menor status social.

- La falta de infraestructura, espacios y materiales adecuados para desarrollar su función educativa.

Aun en la difícil situación que se encontraban, los maestros estaban interesados en cumplir la misión que el Estado les había encomendado, servir a la corona española transmitiendo sus conocimientos era para ellos prioridad ya que tenían la creencia de que de la educación dependía “la felicidad o la ruina de la república”.

Los maestros en su gran mayoría atendían a niños de escasos recursos, los niños de clase alta recibían educación en sus casas y algunos asistían a escuelas como la de Belén, el Hospicio y la Lancasteriana.

En ese entonces 2/3 partes de los niños en edad escolar asistían a escuelas gratuitas y un 24% de estos eran sostenidos por el trabajos de sus mamás.

Las aulas eran adaptadas para cubrir las necesidades pedagógicas en habitaciones de casas, conventos y capillas sufriendo constantemente del servicio sanitario inadecuado y problemas con la luz y las inclemencias del tiempo en especial el frio.

Los niños recibían en la “Amiga” sus primeras enseñanzas por parte de una anciana quien utilizaba un silabario y el método individual para enseñarlos primeramente a deletrear, cuando el niño completaba el proceso se decía que había terminado la cartilla y se le reconocía celebrando su esfuerzo en la Amiga. Después estudiaban el catecismo, el cual era introducido por medio de preguntas cantadas mismas que ellos contestaban a coro con la misma tonada. Todo se aprendía a través de la memorización.

Las clases iniciaban a las 8 de la mañana aunque había niños que por diversas circunstancias llegaban después de la hora establecida. Lo primero que hacían sus maestros era revisar que llegaran limpios, cara, manos, ropa y zapatos.

Los alumnos primeramente aprendían a leer se les destinaba a un cuarto de lectura ahí podrían permanecer meses o años, hasta que aprendían la habilidad, posteriormente los pasaban a la cuarto de escritura.

Las materias que recibían eran lectura, escritura, aritmética y catecismo, para impartirlas los maestros se basaban en los libros como el Catecismo de Ripalda, el Catecismo Histórico de Abad, Catecismo de los Padres de las escuelas Plas, Fábulas de Feliz María Samaniego y el Compendio Matemático.

La pereza y la desobediencia se castigan de varias formas. La disciplina era rígida y los niños recibían castigos muy severos, lo cual llamaba la atención por la crueldad de los castigos y la postura inamovible del maestro ante cualquier acontecimiento de falta de disciplina que se presentara.

...