Los acontecimientos de 1994, especialmente el levantamiento zapatista y el asesinato de Luis Donaldo Colosio

El año 1994 fue el año que cimbró a la Clase Política y definió el rumbo del País por lo menos en los próximos 30 años. Iniciando con el levantamiento Zapatista el 1 de Enero en Chiapas, el EZLN sale a la luz pública con banderas de reivindicación social innegables y que en el ámbito internacional marcó un límite en la historia moderna de México, poniendo por delante los derechos y la libre autodeterminación de los pueblos indígenas. Pusieron al Régimen contra la pared y por primera vez el Salinato se ve en riesgo de perder el poder político y social en el País.

Posteriormente arranca campaña el candidato oficial del sistema, Luis Donaldo Colosio, que para muchos arrancó mal, desorganizado y siempre en segundo plano ante las noticias primordiales, que por mucho era el conflicto armado en el sur del País. Para añadirle más incertidumbre a su campaña y al clima político, el Presidente Salinas, nombra al contendiente de Colosio como el Comisionado para la Paz en Chiapas, el ex regente Manuel Camacho Solís, dándole así un vuelco espectacular a las reglas antiguas del sistema, dónde el candidato perdedor debía alinearse con el ganador y mostrar simpatía; pues lejos de hacerlo así, Camacho se abstuvo de felicitar a Colosio y una vez como Comisionado atraer todos los reflectores nacionales e internacionales para sí mismo y no al candidato oficial.

Fue inédito ver cómo el candidato cuasi-Presidente de la República tenía que hacer malabares para llamar la atención de los medios de comunicación y también prender a la propia militancia priista que estaba desconcertada y confundida ante los recientes acontecimientos. Salinas, de manera perversa, siguió inflando a Camacho para hacerle creer que resolviendo de manera rápida el conflicto él sería el candidato sustituto, haciendo a un lado a Colosio y su campaña gris. Colosio al darse cuenta de esto sienta a Camacho y lo hace declinar de manera pública el martes 22 de marzo, dándole un reconocimiento y un vigor que no tenía ya la campaña colosista. Ese fue el último día de felicidad de Luis Donaldo.

El miércoles 23 de marzo a las 17:12 p.m. horario de Tijuana, acabaron con la vida de Colosio. En este clima tan enrarecido con la guerrilla, el fantasma del candidato sustituto, las buenas campañas de Diego Fernández de Cevallos y de Cuauhtémoc Cárdenas. Ahora el problema era la fuga de capitales ante el anuncio de la muerte sorpresiva del candidato oficial.

Las autoridades de inmediato culpan al asesino solitario Mario Aburto, un joven michoacano asentado en Tijuana, obrero, con aspiraciones políticas y sociales "que según las versiones oficiales nada más quería llamar la atención de la prensa hiriendo el pie del candidato".

Posteriormente se hablaba de la tesis del complot o la acción concertada entre varios sujetos, también se dio a conocer que lo hirieron en dos ocasiones, y que en la autopsia se llega a la conclusión que el disparo a la cabeza fue cal. 38 y en el abdomen del lado izquierdo inferior el impacto fue de cal. 22. No se realizó ninguna investigación científica, no acordonaron el lugar de los hechos, ni siquiera recuperaron los casquillos, y se da a conocer un video grabado por agentes Federales desde una azotea (de manera muy extraña) y después se filtra que son nueve los videos, mismos que no se han dado a conocer y que posiblemente muestran quien realizó el segundo disparo. Para esto han inculpado y exonerado a varios de los que posiblemente sí participaron en una acción concertada para darle muerte a Colosio.

Contradictoriamente, el régimen que lo honra año con año no le ha dado justicia, lo enaltece cómo el gran demócrata reformador, pero no cumplen siquiera su programa de campaña.

Su muerte definió por los próximos 30 años la vida pública, política y social en nuestro País

Curiosamente el sistema político mexicano

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