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MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO FRANCES DE 1848

Liadearmonia21 de Enero de 2013

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MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO FRANCES DE 1848

Introducción

La revolución francesa sacudió los cimientos y las instituciones del antiguo régimen, no sólo en Francia, su lugar de origen, sino del resto de los países europeos.

Tras la derrota definitiva de Napoleón en 1815, se inició un nuevo período que se conoce como el nombre de La Restauración

Las naciones en guerra con Napoleón (Prusia, Rusia, Austria) se reunieron en el Congreso de Viena, en 1814; en esa reunión acordaron la reconstrucción de Europa mediante la restauración de los regímenes monárquicos absolutos, dado al fracaso de las ideas liberales que originaron la revolución francesa.

Debido a lo anterior, comienzan a gestarse las transformaciones sociales en el siglo XIX: ideologías, movimiento y organizaciones obreras; ludismo, cartismo, sufragismo, feminismo, sindicalismo, partidos obreros, internacionales socialistas, La Revolución Francesa de 1848, Primera Internacional y la Comuna de París, como a continuación veremos.

Revolución Francesa de 1848

El reinado de Luis Felipe I se conoce como la Monarquía de Julio por el mes de la Revolución de 1830 cuando reemplazó al rey Carlos X en el trono de Francia. Era una monarquía constitucional que en 1848 tenía a François Guizot como primer ministro y jefe del gobierno. Guizot había sido líder del pequeño partido de los Doctrinarios (que desapareció con la revolución francesa de 1830), y representaba la resistencia de la autoridad a cualquier reforma liberal que se planteara. Su política no era del gusto de la opinión popular, que lo hacía responsable de la mala situación en cuestiones económicas y en asuntos exteriores que Francia sufría en estos años.

Además de la económica, el sentimiento de desilusión y el creciente descontento por el bloqueo de las reformas democráticas, supusieron una exacerbación de las demandas de socialistas y republicanos.

Los liberales sentían que las reformas no se hacían con rapidez suficiente, y las mociones de reforma electoral que presentaban socialistas y republicanos en la Asamblea Nacional nunca eran aprobadas. Los grupos de oposición necesitaban obtener apoyo de otra manera. En otoño de 1847 comenzaron a celebrarse grandes reuniones, conocidas como banquetes, a menudo organizadas por los periódicos de la oposición, donde los asistentes pagaban para oír los discursos de los líderes nacionales de la oposición.

El gobierno permitía estas reuniones, aunque gradualmente el tono de algunos discursos iba haciéndose más radical, hasta que en diciembre de 1847 el prefecto de la policía de París las prohibiera.

23 al 25 de febrero de 1848

El 22 de febrero numerosos estudiantes, a los que se unieron trabajadores, marcharon por las calles de París protestando por la prohibición de un banquete, sin saber que el banquete había sido cancelado. Marcharon hasta la Asamblea Nacional pidiendo la reforma del sistema electoral que permitiese el sufragio universal, y la dimisión del gobierno de Guizot. El rey decretó el estado de sitio, contando con el apoyo de 30.000 soldados y de la artillería de los fortines de la muralla de la ciudad, así como de 40.000 guardias nacionales. Para la sorpresa del gobierno, la Guardia Nacional se interpuso entre los manifestantes y las tropas del ejército. Mientras tanto, en la Asamblea, el monárquico Odilon Barrot intentaba sin éxito pedir la dimisión del gobierno por su incapacidad a resolver la crisis, en un último intento de salvar la monarquía.

El 23 de febrero por la mañana, la Guardia Nacional tomó abiertamente partido por la ciudadanía y la insurrección se extendió. Por la tarde, la situación ya era incontrolable, pero el rey Luis Felipe se negó a que el ejército disparase contra el pueblo insurrecto. Para templar los ánimos, y de acuerdo con sus consejeros, destituyó a Guizot y pidió al conde Mathieu Molé que formara un nuevo gobierno. Para celebrar esta primera victoria, los ciudadanos desfilaron por la noche por las calles de la capital. También algunos diputados de la oposición rehusaron cooperar con el rey.

Durante la noche del 23, en una calle cercana al bulevar de las Capuchinas, un grupo de manifestantes trató de marchar pero un grupo de soldados lo impidió. Durante la confrontación, alguien disparó un fusil, y los soldados empezaron disparar a la muchedumbre. Murieron alrededor de sesenta y cinco personas y hubo aproximadamente ochenta heridos. La masacre empeoró más aún la situación ya que los ciudadanos sentían que el gobierno los había engañado.

El 24 de febrero, las manifestaciones se reanudaron. Estudiantes, obreros, artesanos y miembros de la pequeña burguesía marcharon por la ciudad, asaltando tiendas, robando armas, quemando edificios públicos y levantando alrededor de 1.500 barricadas en toda la ciudad. Las marchas de protesta llegaron ante el Palacio de las Tullerías donde el mariscal Bugeaud se disponía a contratacar para aplacar la revuelta. Para evitar un baño de sangre, el rey decidió entonces abdicar a favor de su nieto de 9 años, el conde de París, confiando la regencia a la duquesa de Orleans.

Por la tarde del mismo día, la duquesa de Orleans se dirigió a la Asamblea Nacional para la investidura de su hijo como nuevo monarca de Francia y que se proclamara oficialmente su regencia. Pero los republicanos y la izquierda parlamentaria, recordando el fracaso de la Revolución de 1830, desconfiaban de la monarquía constitucional y exigían ahora la instauración de la república. Apoyados por la presión popular de los manifestantes que irrumpieron en la Asamblea, se decidió la formación de un gobierno provisional bajo la presidencia del veterano Dupont de l'Eure.

Este gobierno provisional se encargó de dirigir el país hasta que se celebraran elecciones y se aprobara una constitución republicana. Estaba formado por republicanos moderados como el poeta Lamartine, el director del periódico Le National, François Arago, Adolphe Crémieux y el propio Dupont de l'Eure, y por otro lado por radicales y socialistas que aparte del sufragio universal y de una reforma política pedían profundas reformas sociales para mejorar las difíciles condiciones de los trabajadores. Estos últimos, reagrupados en torno al periódico La Réforme, contaban con personas como Flocon, su redactor jefe, Ledru-Rollin, Louis Blanc, y el obrero Albert.

Luis Felipe abdicó y huyó con su familia a Inglaterra. El gobierno provisional declaró la II República, permitiendo el sufragio universal masculino, fijando la jornada laboral en 10-11 horas, y reconociendo el derecho al trabajo a todos los ciudadanos.

La revolución francesa de 1848 tuvo una gran repercusión en países de Europa como Austria, Hungría, Alemania e Italia, donde sendas insurrecciones populares consiguieron significativos avances democráticos. Este movimiento europeo se conoce como la Primavera de los Pueblos.

Primera Internacional

La Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) o Primera Internacional, fundada en Londres en 1864, agrupó inicialmente a los sindicalistas ingleses, anarquistas y socialistas franceses e italianos republicanos. Sus fines eran la organización política del proletariado en Europa y el resto del mundo, así como un foro para examinar problemas en común y proponer líneas de acción. Colaboraron en ella Karl Marx, Engels y Mijaíl Bakunin. Las grandes tensiones, fruto de las diferencias programáticas existentes entre Marx y los partidarios del socialismo científico, y Bakunin y los partidarios del anarquismo colectivista, llevaron a la escisión entre ambos sectores: marxistas y bakuninistas. Considerando los primeros en favor de la formación de una internacional de partidos obreros fuertemente centralizados, con un programa de mínimos basado en la lucha por conquistas sociales y laborales concretas, y uno de máximos basado en la lucha por la revolución social a través de la conquista del poder del Estado. Y los segundos en favor de un modelo revolucionario basado en la organización asociativa-cooperativa (federalismo social) que rechaza el poder centralizado, por ende el monopolio de la violencia. En 1872 el Consejo General de la AIT se traslada desde Londres, donde está ubicado desde sus inicios, a Nueva York, disolviéndose oficialmente en 1876. En 1889 se establece la Segunda Internacional, de corte socialdemócrata, como la sucesora en sus fines políticos, y que durará hasta 1916, y en 1922 aparece la Asociación Internacional de los Trabajadores, organización anarcosindicalista, que pretende recoger el testigo del ala libertaria y que llega hasta la actualidad.

La Primera Internacional fue considerada como uno de los factores que condujeron a la creación de la Comuna de París de 1871. Aunque esta idea es disputada, Marx hizo un escrito en relación con la defensa de la Comuna. Publicado como La Guerra Civil en Francia (1871), reúne el primer (julio 1870) y segundo manifiestos (septiembre 1870) del Consejo General la AIT y el manifiesto de junio de 1871, escritos por Marx.

Origen

Nace como respuesta a la explotación que sufren los trabajadores como consecuencia de la revolución industrial, pretendiendo luchar internacionalmente contra esta explotación y lograr un orden social más justo e igualitario. Es un símbolo de solidaridad internacional entre los obreros por encima de las fronteras. En 1862 dirigentes sindicales ingleses (Trade Union) y obreros franceses (enviados por Napoleón III, en aras al

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