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Martin rodríguez


Enviado por   •  10 de Julio de 2016  •  Trabajos  •  2.333 Palabras (10 Páginas)  •  253 Visitas

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De terrateniente a gobernador  de Buenos Aires.

En nuestra querida ciudad de Buenos Aires, el día 4 de julio de 1771, aún bajo el yugo de la corona española nació Martín Rodríguez, quien varios años posteriores será el octavo gobernador de Buenos Aires.

Era el hijo de Don Fermín Rodríguez y de Doña Thadea Rodríguez. Su padre  cumplía la función de Capitán con grado de Mayor[1], años más tarde falleció desempeñando funciones de Comandante en la ciudad de Chascomús y, con respecto a su madre, se podría decir que provenía de una familia con una excelente posición económica y social.

Cursó sus estudios en el célebre Colegio de San Carlos y, una vez finalizados los mismos se dedicó a las tareas rurales y administrativas en las vastas extensiones de tierras que su padre poseía en la Provincia de Buenos Aires (la mayoría en Chascomús) hasta  1806.

En el año 1810 contrajo matrimonio con Manuela Carrasco y Caballero[2], con quien tuvo 3 hijos: Fermín, Martín Félix y Antonio.

Sus primeras apariciones públicas fueron con motivo de las invasiones inglesas de 1806 y 1807, se sumó a la milicia y estuvo a cargo del famoso escuadrón de patricios, que recuperó el convento de Santo Domingo del poder de los británicos; luego, la Primera Junta Patria lo nombró coronel y lo envió para unirse al Ejército del Norte.

Además, colaboró con los hombres de Mayo y después de la revolución fue destinado con su cuerpo a Entre Ríos para colaborar con Manuel Belgrano; al poco tiempo debió regresar a Buenos Aires y se plegó al partido de Saavedra. Tiempo después partió a Jujuy, dónde cumplió funciones administrativas en el ejército del Norte para ofrecerse después como Militar. Cayó prisionero en Tejar (1815) pero luego se reincorpora al ejército al efectuarse un canje con prisioneros españoles. Intervino así en la campaña del Alto Perú. En el quinto aniversario de la revolución de Mayo fue ascendido al grado de Brigadier y su destino fue Charcas, dónde se le asignó el puesto de Presidente, cargo político-administrativo, aunque siguió interviniendo en acciones militares. Continuó con las órdenes implantadas por el General Rondeau y se internó con su cuerpo militar en la zona virtualmente ocupada por los Españoles y fue derrotado en la batalla de Venta y Media. En esta estación fue herido José María Paz que en sus memorias refiere con términos crudos a los desaciertos de la conducción de Rodríguez. Luego de soportar otra jornada en Cabeza del Buey, al regresar del Alto Perú, determinó que Rodríguez fuera sometido a una corte militar, pero resultó absuelto por las declaraciones favorables de testigos. En 1819 se incorporó a las tropas de Frontera.

[pic 1]

El 4 de julio se designó gobernador a Martin Rodríguez, pero este se apersonó en la sala exponiendo graves motivos que le impedían aceptar el mando asegurando que su presencia en la campaña era más útil al país. Hizo su formal  renuncia  y en su reemplazo  la Junta nombra a Dorrego[3]. Más tarde, específicamente, el 28 de setiembre de 1820 fue nombrado gobernador interino, apoyado por Juan Manuel de Rosas, designación que desató resistencias y rebelión armada que fue sofocada[4]. El 13 de marzo del año siguiente fue nombrado Gobernador Propietario.

Después de la derrota de Dorrego en 1820, M. Rodríguez fue designado gobernador de Buenos Aires; nombró ministros capaces: Bernardino Rivadavia y Manuel García, quienes comenzaron un extenso programa de reformas.

Una vez concluido el período de gobierno en el año 1824, Rodríguez  regresó al servicio militar; luchó en la frontera sur de Buenos Aires contra los indios; entre 1825 y 1827 fue jefe del ejército de Observación en Uruguay durante la guerra contra el Brasil; Intervino en la guerra contra el Brasil y se plegó posteriormente a la revolución que derrocó al gobernador Dorrego en la década de 1840.

Quiso unirse a José María Paz en su defensa de la ciudad de Montevideo frente al sitio de Manuel Oribe, pero se lo impidió su delicada salud: estaba prácticamente ciego. Sus hijos Fermín, Martín Félix y Antonio participaron en la defensa, éste último como auditor de guerra. Su mujer Manuela Carrasco y Caballero vendió sus alhajas para ayudar a financiar el ejército unitario de Paz. Luego de esto, se exilia junto a ella  
en Montevideo
[5] (Uruguay). Ya establecido en aquel lugar mencionado y aun más, con sus deficiencias de salud, comienza a escribir sus memorias, pero lamentablemente, antes de finalizarlas fallece. Igualmente, después de su muerte, se publicaron sus Memorias en Montevideo (1849). Murió en Montevideo el 5 de marzo de 1845, en la pobreza y el olvido. Sus restos mortales fueron repatriados el 15 de julio de 1891y actualmente descansan en el Cementerio de la Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires.


  Ideología y apoyos socio-económicos de Martín Rodríguez

Don Rodríguez, luego de haber participado en diferentes campos de lucha, de haber sido Presidente de Charcas, de obtener gradualmente todos los rangos militares a conseguir, y además, por su experiencia interna familiar, se puede decir que llega al cargo de gobernador de la grandiosa Buenos Aires con una visión progresista  y de imponer paz y orden a tan imponente  territorio.  

Como afirma el ya citado historiador Levene, Martín Rodríguez llega a la gobernación con la firme idea de “concluir el fermento de rebeldía contra los “novadores”, es decir, contra  los que abrazaban el espíritu de novedad, de falsa política, de crítica mordaz, de atentado, y de insubordinación, que por desgracia se experimentan con los funestos efectos de la anarquía destructiva, quebrantando las bases de lo social, que son el respeto, la sumisión y la obediencia a las autoridades constituidas[6]”. De esta manera, dicho historiador, nos demuestra que el gobernador de Buenos Aires estaba dispuesto a aniquilar las insurrecciones y a todos aquellos que perturbasen la  tranquilidad pública o a la autoridad, serían considerados enemigos de la provincia y castigados con todo el rigor de las penas, hasta la muerte o expatriación, conforme a la parte de acción. Cabe destacar que, este manifiesto tiene una gran dosis de la psicología, porque nos ayuda a entender y comprender el contexto total de la época.

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