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Mexico Subdesarrollado


Enviado por   •  14 de Marzo de 2015  •  3.821 Palabras (16 Páginas)  •  243 Visitas

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INTRODUCCIÓN

¿Por qué México, a pesar de tener tantas riquezas potenciales, es un país subdesarrollado?

¿Cuál fue el punto de inflexión que hizo que el país se rezagara?

El territorio mexicano, está constituido por una gran cantidad de factores naturales, culturales, sociales, geográficos que lo hacen contar con múltiples y potenciales riquezas. Desafortunadamente, estas riquezas no se han sabido aprovechar, administrar, ampliar a lo largo de los años, comenzando desde el siglo XIX cuando México se convirtió en una nación independiente, y continuando hasta nuestros días se han cometido una gran serie de errores que impiden el pleno desarrollo y crecimiento de un país que tiene todas las características necesarias para hacerlo, sin embargo, no todo ha sido negativo, ha habido aciertos, donde el país ha tenido etapas de prosperidad en donde se han alcanzado grandes índices de crecimiento, estando por momentos a la par de los grandes países del mundo.

México es considerado un país en vías de desarrollo, o como es mencionado en este trabajo, un país subdesarrollado.

Aunque no hay medidas establecidas que indiquen cuando un país es desarrollado o subdesarrollado, se suele considerar el Índice de Desarrollo Humano (IDH) y el Producto Interno Bruto (PIB) como índices para determinar el desarrollo económico de un país y se puede definir como país subdesarrollado aquel que no cuenta con la riqueza necesaria ni la capacidad productiva, observándose entre su población niveles de pobreza generalizada.

Siglo XIX

MÉXICO EN SUS INICIOS COMO NACIÓN INDEPENDIENTE

El contraste entre la Nueva España y el México republicano fue enorme. Las guerras de la Independencia y el caos que siguió, arruinaron la economía de la nación y destruyeron la legitimidad de sus instituciones. Entre 1821 y 1850, sólo un presidente, Guadalupe Victoria (1824-1828), completó su periodo de gobierno. Su éxito se atribuye más que nada a dos grandes préstamos extranjeros negociados en 1824 y 1825, los que dieron respaldo financiero a su administración. Durante los siguientes veinte años, la República se rigió bajo tres constituciones, veinte gobiernos y más de cien gabinetes.

Durante estos años, las rentas públicas disminuyeron de 39 millones de pesos en 1806, una de las cifras más altas, a 5.4 millones en 1823. En las últimas dos décadas del periodo colonial las entradas del gobierno habían tenido un promedio anual de 24 millones de pesos comparadas a los 12.2 millones de la primera década de la república.

El proceso de recuperación nacional requirió más de sesenta años.

Después de 1876 los líderes del recientemente unificado México decidieron, por lo tanto, cambiar la independencia económica por ayuda externa para el desarrollo industrial y financiero. Aunque este paso condujo a una rápida modernización e industrialización, puso el control del desarrollo mexicano en manos extranjeras.

EL PORFIRIATO

En el Porfirito se dieron grandes transformaciones económicas propiciadas por la inversión extranjera, principalmente estadounidense y europea. México creció en gran medida gracias a estas inversiones, que consigo trajeron infraestructura para ferrocarriles y medios de comunicación como el teléfono, el telégrafo y la electricidad.

El comercio fue una de las actividades económicas que más crecieron durante el Porfiriato. Se suprimieron las alcabalas y el gobierno se encargó de fomentar el comercio exterior, que alcanzó niveles nunca antes vistos desde 1805. El aspecto negativo de esto fue el crecimiento de las importaciones de productos elaborados con alta calidad, por lo que la balanza de pagos creció desfavorablemente a México. La industria siguió en el primer puesto de exportaciones mineras y además inauguró otros rubros como la industria siderúrgica, la de transformación, la textil y la industrial. Las ciudades que más crecieron fueron Puebla, Guadalajara y Monterrey.

La existencia de terrenos baldíos cuyos títulos otorgados en la Colonia no se reconocieron propició que muchos de ellos pasaran a manos de las familias más poderosas del país creando latifundios. Más de 30 millones de hectáreas constituyeron haciendas en el norte y en Quintana Roo. Los latifundios fueron la base de la economía del país y una de las principales causas de la Revolución mexicana.

Con el porfirismo la economía mexicana entró en la fase capitalista de la época; sus diferentes áreas de producción fueron incorporadas, en mayor o menor medida, al sistema económico de los países industrializados.

México tuvo que defenderse de los países desarrollados para integrarse al proceso capitalista de producción.

Dicha dependencia se basó en la inversión de capital y tecnología que los empresarios extranjeros -latinoamericanos, ingleses, alemanes y franceses - hicieron en México.

Más había otro interés que impulsaba a las potencias industrializadas a invertir en países como México, ricos en recursos naturales pero pobres en dinero y tecnología. Ese móvil era de carácter político y obedecía a la competencia imperialista que se daba entre las potencias por el dominio del mundo.

La inversión de capitales y tecnología en México resultaba en provecho de la economía. Si antes no se habían interesado en México, era porque la economía de México era baja, la economía del país no garantizaba la seguridad que exigían para sus capitales y las vidas de sus hombres.

La condición de dependencia con la que la economía mexicana entró al sistema capitalista, todas las ramas de la producción que se desarrollaban en el periodo porfirista estuvieron sujetas a las necesidades del mercado externo.

Durante el porfiriato se produjo en México un notable crecimiento económico, una considerable expansión de las vías de comunicación y de los centros urbanos, y una imagen de solidez en el extranjero que el país no había logrado obtener hasta entonces.

En el proceso económico, como en el político, se distinguen dos fases: la primera, iniciada alrededor de 1880 y concluida en 1895, se caracterizó por los esfuerzos gubernamentales tendientes a equilibrar las finanzas, modificando el sistema de impuestos para captar más ingresos, reduciendo al mismo tiempo los gastos presupuéstales y pudiendo llegar así a un arreglo de la deuda pública interna y externa, y a la solución de la crisis financiera que azotara el país entre 1891 y 1893. Esta primera fase sentó las bases para

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