Mexico,pasado Y Presente

México, pasado y presente

Hace más de un siglo el país gira en torno a las políticas de Estados Unidos, pero es sumamente grave corroborar que la más alta autoridad del país fue determinada por el imperio. El pago de ese apoyo encubierto se advierte con las concesiones políticas, económicas y la guerra contra las drogas. México cada vez más funciona como una colonia, un territorio gobernado desde Washington con administración en Los Pinos.

La manera en que EU se hizo de Texas, California, Utah, Colorado, Nevada, permite cobrar conciencia de la forma como se levantaron los imperios, a costa de todo: sangre, presiones, guerra, marrullerías, contando además con la complicidad de personajes como el paisano Antonio López de Santa Anna. Las intervenciones del poderoso vecino pasaron por Veracruz, Xalapa, la ruta de Cortés, se izó la bandera de las barras y las estrellas en la capital, hasta practicaron puntería contra la piedra del sol azteca. La historia registra también la ayuda a Juárez, la protección al régimen de Porfirio Díaz, correspondiendo con la introducción de las empresas y los florecientes negocios del imperio. EU fue el causante de la caída de Madero y su asesinato. El embajador Henry Lane Wilson animó en todo momento a Victoriano Huerta. Antes y ahora, el gobierno depende de la aprobación de los gringos, y a cambio se otorgan las debidas concesiones. Los tratados de Bucareli, signados por Obregón para recibir la aprobación gringa detuvieron el desarrollo nacional. Considerado como un acto de traición, con el Tratado México cedió algunos de sus derechos para compensar los supuestos daños causados a los Estados Unidos durante la Revolución, otorgó derechos de propiedad y admitió la explotación petrolera a los extranjeros. En una de sus cláusulas se prohíbe a México inventar, construir fábricas o producir prácticamente cualquier cosa durante 20 años. Todo a cambio del reconocimiento gringo.

Atendiendo a lo revelado por Wikileaks, en 2006 Felipe Calderón y los empresarios coadyuvantes no tuvieron reparos para entregar el país a cambio del beneplácito del gobierno norteamericano. Los gestos y maniobras de los gringos en atención al dudoso triunfo electoral de Calderón ahora queda esclarecido. Simplemente les convenía un presidente débil y procedieron en consecuencia. EU tenía ante sí la opción López Obrador, pero su perfil nacionalista no era lo más conveniente a sus intereses, así que se inclinaron por lo seguro: el candidato flexible, el personaje sin perspectiva de la historia. Los acuerdos en lo oscurito canjearon la complacencia gringa por un conjunto de concesiones en la economía y la política. Eso aclara la subordinación del actual gobierno en todos los aspectos, incluyendo la absurda guerra contra las drogas, donde México tiene en armas a cientos de miles de militares, destina enormes recursos en detrimento del desarrollo

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