Microhistoria

Objetos de estudio de la forma de hacer historia

En el capítulo de Formas de hacer Historia titulado Sobre Microhistoria, el encargado de realizar la descripción de dicha práctica historiográfica es Giovanni Levi, considerado junto con Carlo Ginzburg como los padres de la Microhistoria. Surgida en los años 70 en el seno de las críticas a las ideas del progreso que se distanciaban de los procedimientos políticos y las realidades sociales imperantes en aquel contexto, nace para dar respuestas a los aspectos metodológicos y procedimentales imperantes en el seno de los historiadores y como critica al relativismo e irracionalismo que etiquetaba la labor del historiador como meros intérpretes de textos.

El objeto de estudio de esta particular forma de hacer historia se centra en las acciones de personas particulares y sus realidades, interesándose en las ambigüedades del mundo simbólico de los sujetos. En este sentido, la conducta humana está compuesta por la acción y el conflicto, provista de un relativo margen de libertad a pesar de las trabas prescriptivas y normativas del mundo social. Las solidaridades sociales debían ser analizadas para abandonar el aspecto genérico que se poseía de ellas.

Marcos teóricos que han influido

Sin poseer un cuerpo teórico propio, son constantes las contribuciones y el diálogo que la microhistoria tiene con las distintas disciplinas que conforman las Ciencias Sociales. En este sentido el aporte proveniente del campo de la Sociología  y Antropología son muy importantes, teniendo en cuenta las aspiraciones de la corriente de realizar un estudio histórico partiendo desde la vida de una persona en particular para incorporarlo en una explicación de nivel global.

Más allá de compartir aspectos importantes con la Antropología interpretativa, de la cual ClitfordGeertz considera que la descripción densa forma parte de la obra del antropólogo, se aleja de esta a medida que se imbuye en una serie de generalizaciones que tienden a mutilar las miradas sobre la diversidad cultural y la otredad.

En lo que respecta a la descripción densa, que sirve para registrar una serie de sucesos o hechos significativos, concuerda con el análisis microscópico propuesto por la Microhistoria.

Antecedentes históricos de la modalidad historiográfica en cuestión

Considerándola como una rama que se desprende de la Historia Social emergente a fines del siglo XIX, la microhistoria se aparta de la historia de las clases bajas para realizar investigaciones que se centren en la vida cotidiana de individuos particulares, de este modo surgen trabajos como los de Carlo Ginzburg y su El Queso y los gusanos o el de Giovanni Levi y La herencia material. De este modo se consideraban los aspectos relevantes de la vida de una persona en particular como huellas históricas. Integrándolas dentro de un discurso totalizador de características globales.

Fuentes que se utilizan

Las fuentes más frecuentadas por el microhistoriador son los archivos parroquiales, los libros de notarios, los vestigios arqueológicos, los cementerios, las crónicas de viaje, los censos, los informes de munícipes y gobernadores, estatutos, reglamentos, leyes, periódicos y tradición oral.

Consideraciones metodológicas

En lo que respecta a los aspectos metodológicos de la Microhistoria, el autor pone de manifiesto la labor del historiador centrada en procedimientos concretos y detallados vinculadas con el objeto de estudio a analizar. De esta manera, la reducción de escala será el procedimiento analítico utilizado para realizar la investigaciones, aplicable a cualquier lugar. Un análisis microscópico y el estudio intensivo del material documental favorecerá la construcción conceptual de un modelo histórico que, a diferencia de lo expuesto tradicionalmente, buscaba partir desde lo microscópico hacia lo macro, mediante la combinación coherente de escalas diferentes. Esto permitió lograr la re significación de fenómenos que se consideraban lo suficientemente descriptos gracias a la reducción de la escala de observación. Se busca nadar a contracorriente de lo general, arrancando de un punto particular, y de este modo realizar una descripción del contexto que rodea a la realidad de ese personaje especifico.

Otros puntos a destacar, son la contextualización de las microdimensiones en el marco de lo social; un dato no menor lo constituye la construcción del relato del microhistoriador en su diálogo con el lector.