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Miguel Angel Jusayú


Enviado por   •  8 de Junio de 2014  •  Tesis  •  18.634 Palabras (75 Páginas)  •  264 Visitas

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Relato de u. n homb. re ~ cuya muJer mono

Miguel Angel Jusayú

Dirección de Cultura. La Universidad del Zulia

Maracaibo- Venezuela

Resumen

Aquí se presenta un relato de Miguel A. Jusayú en español y en

guajiro. En esta última lengua se ha utilizado el sistema ortográfico del

mismo autor. Laetniaguajiraestáconstituidaporunas 300.000perscmas

que viven en la Península Guajira (Venezuela, Colombia); su lengua ha

sido chisificada como perteneciente a la familia arahuaca (arawaka). El

relato que aquí se presenta cuenta el nulo más conocido de los guajiros:

"el mito del viaje al más allá", del cual existen varias versiones, ya que

pertenece a la tradición oral.

Palabras claves: mito, relato, guajiro.

Story of the Man

who Wife Died

Abstract

A story by Miguel Angel Jusayú is presented in both Spanish and

Guajiro. In Guajiro, an orthographic system devised by Jusayú is used.

The Guajiro ethnic group consists of sorne 300,000 people, who live in

the Guajira Península (Venezuela and Colombia); their language has

been classified as belonging to the Arawaka family. The story that is

presented in this paper is based on the most pervasive myth of this

114 Miguel Angel Jusayú

Opción, Año JO, No. 15 (1994): 113-167

culture, "the joumey to the great beyond", of which various versions

exist, since it pertains toan oral tradition.

Key words: myth, story, Guajiro.

El era un hombre que, según dicen, vivía en un lugar llamado

Aku'woluu, cerca de una salina llamada Jáipalehin. El hombre tenía su

mujer, tenía dos hijos que eran ya grandecitos1

, un varón y-una hembra.

El hombre quería muchísimo a su mujer y a sus hijos. En ese tiempo

había gente viviendo por aquellos contornos cercanos a su casa; eran

familiares suyos y de su mujer. El . hombre tenía huertas y animales.

Cuando llovía, sembraba; poseía muchos animales a los que siempre

cuidaba.

Entonces niás tarde, las circunstancias de su vida se deterioraron.

Al principio se le murieron los hijos, tuvieron una :muerte repentina.

Primero se murió la hembra y después se murió el varón; fueron enterrados

algo lejos, como por allá2 en un cementerio algo distante. Un día,

algún tiempo después, cúando la cosecha era abundante en Aku 'woluu,

se le murió la• mujer también de repente; fue enterrada donde habían sido

sepultados los hijos~

El hombre permanecía solo en la casa tras la ausencia de su mujer;

aunque los animales se encontraban cerca de él, éstos no eran personas

como para que lo consolaran. Lloraba muchísimo siempre por ella: "¡ni

siquiera ella se pudo guedar conmigo!"- dec.faUorando. Algunas mujeres

parientes de él lo querf!J.tlllevar a sus casas, pero él se negaba. "Aj:í, ¿y

mi cultivo? ¿Lo voy a abandonar? Si ustedes me llevan para sus casas,

yo por allá me voy a sentir muy triste; pero en cambio si permanezco

aquí, me sentiré un poquito mejor" -les decía a ellas. "Pero, mira,

vámonos allá, ¿por qué tú te resisteS a nuestros ruegos?" le dijeron a él.

Se quedó en su casa y no se fue con las mujeres de su familia3. Sin

1 De diez a doce afios.

2 Gesto del narrador que señala hacia el horizonte.

3 Las mujeres de la familia (hermanas, sobrinas, primas) tienen obligaciones

con él.

Relato de un hombre cuya mujer murió 115

embargo ellas estaban pendientes de él. Venían diariamente a verlo, le

traían comida, le ponían chicha para que bebiese en algún recipiente

colocado en algún horcón del patio4

.

En todo momento se hallaba triste; apenas veía que el sol se

ocultaba, empezaba a llorar. Unas veces lloraba en voz baja, otras lloraba

muy fuerte. En algunas ocasiones se oía el lloro desde otras casas. Las

personas que fasaban por el rancho de él lo veían llorando. Un dfa en

la madrugada , llegaron a donde él las mujeres parientes suyas, ellas le

habían oído antes su lloro. "Es a ti a quien hemos venido a ver, pues

creíamos que estabas borracho6

. ¿Por qué tú no dejas de una vez de tanto

llorar? Vámonos al cementerio para que llores junto a la que es la

continua causa de tu aflicción" -le dijeron ellas. "No, tengo pereza; no

tengo ganas de ir, tengo que quedarme aquí"-les dijo a las mujeres.

Una

...

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