Musulmanes

Para conocer más acerca de la cultura islámica tenemos que saber principalmente en donde estaba ubicada toda esa cultura. La ubicación geográfica de la cultura islámica se dio lugar en la Península árabe o Península Arábiga, la cual es la más grande del mundo con 300.000 Km2 y donde predomina un clima caluroso y desértico.

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La Cultura Islámica tuvo origen en La Meca donde se sabe que nació Mahoma, el profeta y fundador del Islam y tiempo después la cultura fue expandiéndose a lo largo del Medio Oriente, incluyendo Persia, Mesopotamia, Fenicia e Israel. También invadió y dominó Egipto y todo el norte de África. Llegó a Europa a través de la Península Ibérica, que conquistó casi toda y se mantuvo allí por 700 años. Llegó incluso a las fronteras occidentales de China, creando un vasto imperio (el Imperio Árabe). Tan grande como el romano o el de Alejandro Magno, y que iba desde España hasta la India.

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[pic 5]Lo observado en la exposición fue principalmente el conocer todo lo relacionado a la cultura islámica, en diferentes salas de la exposición se explicaba las diferentes características que esta tenía, como las artes, las armas y juegos que se usaban en ese tiempo.  Pero la pregunta es ¿Para qué se hacía todo eso? La respuesta es fácil. Todo lo que en ese tiempo se usaba en la cultura tenía un propósito y una razón.

La arquitectura que se usaba en ese tiempo eran características a otras de las diferentes estructuras que existían en otras regiones. Un ejemplo de la arquitectura islámica es su templo principal, llamado “Mezquita” que significa “Sitio de postración”. Este lugar lo usan para rezar, orar y realizar sus cultos. Es un edificio que tiene unas torres llamadas “minaretes” desde donde se llama      a los musulmanes a rezar.

En el caso de las artes y decoraciones se usaban para poder distinguir las distintas clases sociales que existían en esos tiempos. Entre más alta era la clase social más llamativas eran sus decoraciones y piezas de arte que ellos poseían.

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Las armas fueron utilizadas para la batalla incluyendo armaduras pesadas y espadas para atacar a los enemigos que trataban de invadir sus territorios y principalmente los que trataban de destruir su imperio.

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Lo esencial de la ciudad islámica es la "combinación perdurable del esfuerzo desplegado por cada hombre para someterse a la voluntad del legislador divino y del marco comunal que le sirve de ayuda y soporte en ese esfuerzo". El vínculo entre el individuo y el todo social en el Islam es tan fuerte que la tarea de la redención individual "engloba ipso facto la sacralización de lo social" dentro de sus marcos. La salvación de cada cual depende de los que le rodean tanto como de que las circunstancias le sean más o menos propicias.

La tradición supone que el propio Mahoma formuló el principio de la iyma o consenso de los creyentes, el cual se concreta en la ley musulmana bajo la forma de un estatuto colectivo llamado "deber de suficiencia". Por él se eximía a un musulmán de cualquier deber legal obligatorio si un número suficiente de fieles acuerda suprimírselo. El individuo, sin embargo, no se disuelve en la comunidad. La ley del Islam supone que con su conducta un hombre sólo se compromete a sí mismo y que, en su día, sólo él comparecerá ante el Juez Supremo para responder por sus acciones. No obstante, la índole de hombres iguales ante Dios e idénticamente dependientes y sometidos a las obligaciones que su ley engendra, ha dado lugar a la definición de la comunidad musulmana como una "teocracia igualitaria" (L. Gardet, 1961).

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