Más allá de manifestaciones culturales... son construcciones humanas

“Más allá de manifestaciones culturales... son construcciones humanas”

  Autor:

Omaira C. Bastidas de C.

         C. I. Nº  5790362

      ¡Más allá de las manifestaciones culturales! Muchas veces definimos cultura a través de los elementos como el arte, artesanía, lenguaje, tradiciones, mitos, leyendas, entre otros, sin embargo necesitamos trascender en su significado y comprensión, entendiendo que cultura es nuestra misma esencia humana, ella está involucrada en nuestra identidad como seres sociales, en la cultura nos desarrollamos, formamos y construimos como personas, somos individuos diferentes unos de otros y de acuerdo a esa diferencia el hombre se construye a sí mismo en cada una de sus acciones, pensamientos y actuaciones dentro de la sociedad.

     En este mismo orden de ideas, Pérez (1996) manifiesta: “Nuestro objetivo es mostrarles cómo la cultura moldea nuestro pensamiento, nuestra imaginación y nuestro comportamiento. La cultura es la transmisión de comportamiento tanto como una fuente dinámica de cambio, creatividad y libertad, que abre posibilidades de innovación. Para los grupos y las sociedades, la cultura es energía, inspiración y enriquecimiento, al tiempo que conocimiento y reconocimiento de la diversidad”. De acuerdo a ello se puede afirmar entonces, que la cultura y la creatividad están asociadas como vehículos al servicio del crecimiento personal y desarrollo social.

     En consecuencia, el hombre como ser social constantemente está creando porque está en la búsqueda de nuevos paradigmas, de nuevos conocimientos, en continuo desarrollo y en esa búsqueda y desarrollo creativo crea cultura. Descubre otras formas de pensar, actuar de organizarse en sociedad, experimenta nuevos métodos y los aplica; crea su propio estilo dentro de la cultura generando procesos de cambios e incorporando nuevos elementos culturales.

     El hombre es un ente creador y transformador de su propia cultura, la cual es intrínsecamente su propia construcción, hablar de cultura es hablar de “construcciones humanas”, e indefectiblemente ligada a las ciencias sociales, de esto es lo que tratará este ensayo iniciando con algunas definiciones, incluyendo la de cultura en su latente interelación con las ciencias sociales, y culminando con algunas puntualizaciones del marco jurídico actual.  

Todo esto viendo las manifestaciones culturales no como elementos fríos, aislados o paralelos, sino como elementos que hablan de la construcción de la humanidad, donde reflejan su esencia, dinámicas, desarrollo y ser en cada tiempo histórico.  

     En primer lugar; reflexionemos sobre varios conceptos; consultemos la definición de Guzmán (2018), la define como la disciplina científica que se encarga de entender qué es lo que nos hace humanos. Para ello analiza tanto los aspectos físicos como las manifestaciones socioculturales de distintos grupos y en distintos periodos. Específicamente, los antropólogos se interesan por estudiar cómo y por qué las personas nos comportamos e interactuamos de cierta manera; estudia el humano como producto de su historia, cultura y sociedad.

En este sentido, la manifestación cultural, plasma el modo del ser social, al que podemos llegar desde otro tiempo histórico, con la mirada antropológica, con tan sólo observar creaciones y formas de relaciones de las que han quedado huellas, que permiten conocer, comprender e interpretar el alma social.

Dicha alma plasmada como lo dice, Ron (1977), citando a Tylor, la  cultura, es todo complejo que comprende el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y las otras capacidades o hábitos adquirido por el hombre en tanto como miembro de la sociedad, en tal sentido involucra lo material y lo inmaterial de cada sociedad.

Relacionado así, por ejemplo, con la Cultura popular y el Folklore, entendido como el conjunto de manifestaciones artísticas y folklóricas que emana directamente del sistema de creencias, valores y tradiciones de un pueblo. (Significados.com, 2023)

Aquí vale la pena rescatar el elemento de “Tradiciones”, el cual de acuerdo al portal ETECE. COM, (2023) dice que el término tradición encierra, en muy distintas áreas de la vida humana, la idea de los modos de hacer las cosas que la sociedad considera convenientes de preservar en el tiempo, y que por lo tanto se transmiten de generación en generación, en este sentido, se trata de un modelo mental heredable, o sea, de un paradigma que se preserva en el tiempo a través de su repetición. las tradiciones involucran a un mayor número de personas, reforzándoles el sentido de pertenencia respecto a una misma identidad cultural, incluyen las prácticas rituales, culturales, religiosas, gastronómicas o folklóricas.

Todas estas manifestaciones resguardadas en el tiempo, de generación a generación, son esas construcciones humanas, son su ser su esencia y del cómo fue evolucionando y transformando sus propios contextos multifactoriales, de allí que la tradición involucra un encuentro de significados, ya sea espiritual, culinarios, artísticos, etc.

Hablar de cultura y ciencias sociales como construcciones humanas, más que sólo ver objetos o bailes fragmentados, se trata es de observar en cada manifestación, la complejidad de una sociedad, sus propias formas de organización, su historia, sus vivencias, todo ello forma parte de un entretejido socio-histórico, explicado desde los conceptos de antropología, cultura, tradiciones, folklore entre otros.

A estas definiciones, le añadiremos otros conceptos de valor incalculable para la comprensión de lo propuesto al iniciar el ensayo, y es lo que dice Andrea (2020) refiriéndose a la Interculturalidad se refiere a la interacción desde un enfoque igualitario entre las culturas o sectores diferentes de una sociedad.

Esto se puede dar dentro de una misma cultura, por ejemplo, nosotros estamos entretejidos de “interculturalidad” indígena, africana y española, indudablemente, esta relación, trae matices de integración en nuestro ADN, cultural venezolano.

En relación a esto Castañeda (2018) señala que la interculturalidad significa intercambio, reciprocidad, interacción, relación mutua y solidaridad efectiva de los valores, de los diferentes modos de entender la vida, la historia, las conductas sociales, etc., en condiciones de influencia paritaria. Supone el respeto y aceptación de las diferencias.

Puntualizando un poco más Walsh (2009), entiende la interculturalidad como concepto y práctica, que significa «entre culturas», pero no simplemente un contacto entre culturas, sino un intercambio que se establece en términos equitativos, en condiciones de igualdad. Además de ser una meta por alcanzar, la interculturalidad debería ser entendida como un proceso permanente de relación, comunicación y aprendizaje entre personas, grupos, conocimientos, valores y tradiciones distintas, orientada a generar, construir y propiciar un respeto mutuo, y a un desarrollo pleno de las capacidades de los individuos, por encima de sus diferencias culturales y sociales.

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