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ORIGEN Mixteca

tonniInforme25 de Marzo de 2013

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ORIGEN

Los mixtecos son uno de los pueblos más antiguos de Mesoamérica. Pertenecen al grupo de lenguas mixtecanas, emparentadas con el zapoteco y el otomí. Existen indicios de ocupación humana en la Mixteca desde el quinto milenio antes de la era cristiana; sin embargo, sólo después del desarrollo de la agricultura en Mesoamérica inició el proceso que dio origen a la cultura mixteca prehispánica. Alrededor del tercer milenio adC aparecieron los primeros poblados agrícolas en la región, cuya economía estaba basada en los cuatro cultivos básicos mesoamericanos: el chile, el maíz, el frijol y la calabaza.

Dos mil años más tarde, en pleno período Preclásico Medio, la Mixteca fue el escenario de una revolución urbana, donde los núcleos de población crecieron y se integraron en la amplia red de intercambios que unió a los pueblos mesoamericanos. Como la mayor parte de las sociedades mesoamericanas, los mixtecos no formaron una unidad política en la época prehispánica, sino que estaban organizados en pequeños Estados compuestos por varias poblaciones enlazadas por relaciones jerárquicas.

La historia de la Mixteca en el Preclásico y el Clásico es poco conocida, sobre todo en relación con otros pueblos mesoamericanos contemporáneos o con la época de florecimiento de la Mixteca, correspondiente al Posclásico. En esa época ocurrió la emergencia del expansionismo de Tututepec, una ciudad fundada por Ocho Venado que llegó a dominar un amplio territorio entre la Mixteca de la Costa y la Mixteca Alta, al tiempo que estableció una serie de alianzas con algunos Estados del centro de Mesoamérica. Salvo casos aislados, como el de Tututepec, la mayor parte de la Mixteca fue ocupada de modo pacífico por los españoles a partir de la segunda década del siglo XVI.

Religion

Los mixtecos de la época prehispánica tuvieron una religión animista. De acuerdo con la información que se ha obtenido de los documentos pictográficos producidos por este pueblo, la proveniente de fuentes históricas coloniales y del análisis de la evidencia arqueológica, se puede decir que comparte con otras religiones mesoamericanas algunos rasgos muy característicos, entre ellos, la creencia en un principìo dual primigenio que dio origen al mundo como se le conoce.

Otro rasgo común entre la religión mixteca y el resto de las religiones mesoamericanas es la creencia en que el mundo ha sido creado y destruido en varias ocasiones. De acuerdo con el Códice Vindobonensis, Uno Venado-Serpiente de Jaguar y Uno Venado-Serpiente de Puma crearon a los primeros seres del mundo, los ñuhu (AFI: [ɲuʔu]), que ayudaron a ordenar el mundo. Todos los seres de la primera creación fueron petrificados cuando el Sol —venerado en la Mixteca con los nombres de Yya Ndicahndíí y Taandoco—. Los ñuhu encarnaban a los elementos mismos de la naturaleza: el fuego, el viento, el agua, la tierra, la vegetación, la fauna.

Como se creía que algunos de ellos se refugiaron en las cuevas para no ser petrificados, uno de los elementos distintivos de la religión mixteca era el culto a las montañas y en las cavernas.

Algunas de ellas eran —y siguen siendo— destino de peregrinaciones piadosas de los mixtecos, entre las más conspicuas de estas galerías subterráneas se encuentran las grutas de Chalcatongo en la Mixteca Alta, donde se encontraba el santuario de Nueve Hierba, la diosa de la muerte de los mixtecos.

El dios tutelar de los mixtecos fue Dzahui —literalmente Lluvia52 —, divinidad de la lluvia y del agua celeste. Tan importante fue el culto a la lluvia para los mixtecos que su nombre nativo los califica como el pueblo de la lluvia, es decir, el pueblo elegido por Dzahui. Comparte muchos atributos con el Tláloc del centro de Mesoamérica, venerado por los teotihuacanos, toltecas y mexicas y aparece en numerosas vasijas-efigie encontradas especialmente en la Mixteca Alta. El culto de Dzahui en la mixteca es antiquísimo, su aparición se remonta al final de Preclásico Tardío, es decir, entre los siglos V a. C. y II d. C.

Por otra parte, en la Mixteca Baja, la sociedad ñuiñe se caracterizó por el culto al dios viejo del fuego, Huehuetéotl, venerado desde tiempos antiquísimos en toda el área mesoamericana. Se ha especulado con la posibilidad de que el culto a Huehuetéotl haya sido uno de los primeros en tomar forma en Mesoamérica, puesto que sus representaciones se han encontrado en poblaciones tan antiguas como Cuicuilco hasta las grandes urbes del Posclásico como la propia Tenochtitlan.53 El culto al fuego en la Mixteca Baja también se refleja en la toponimia de la región: Ñuiñe, que es el topónimo mixteco de la zona, quiere decir Tierra caliente.

Las representaciones ñuiñe de la divinidad del fuego comparten con otras representaciones mesoamericanas de la misma divinidad varios atributos.

Se representa como un anciano en posición sedente, que carga sobre la cabeza un gran brasero. En algunas efigies obtenidas en Cerro de las Minas, el dios mixteco del fuego aparece sosteniendo entre las manos sahumadores o vasijas especiales para encender tabaco. En la Mixteca Baja, el culto al fuego convivió con el culto a la lluvia durante el período de florecimiento del estilo Ñuiñe (siglos III-VII d. C.); el declive de esta sociedad implicó también el ocaso del culto al fuego en la Mixteca Baja, como indica el menor número de representaciones de esta divinidad en la región.

El sacrificio humano entre los mixtecos fue una práctica ritual de bastante antigüedad. En la zona arqueológica de Huamelulpan se han encontrado los restos de algunos cráneos que debieron formar parte de un tzompantli.54 Los rituales más importantes de la vida de las sociedades prehispánicas de la Mixteca incluían sacrificios de animales o de seres humanos, como demuestran varios acontecimientos importantes en las crónicas sobre el pasado precolombino de los mixtecos. Un caso particular es el sacrificio de los descendientes de los señores de Bulto de Xipe y Jaltepec, sacrificados por orden de Ocho Venado mediante sacrificio gladiatorio y flechamiento ritual. Ambas formas de sacrificio humano estaban relacionadas con el culto a Xipe Tótec, el dios de la fertilidad y patrono del linaje reinante en Lugar del Bulto de Xipe.

Como el resto de la sociedad mixteca, los religiosos también mantenían una estructura jerárquica bastante estable. Los sumos sacerdotes del culto a una divinidad eran denominados yaha yahui (águila-serpiente de fuego)55 De acuerdo con las creencias de los mixtecos, los yaha yahui poseían la capacidad de transmutar en animales y eran temidos por el poder que poseían sobre el mundo de lo sobrenatural.

“Cultura Mixteca”

Los mixtecos son un pueblo indígena de México, que habita en la llamada Región Mixteca —área cultural y geográfica que comprende el poniente de Oaxaca, el este de Guerrero y el sur de Puebla—Como otros pueblos amerindios, los mixtecos actuales son descendientes de los antiguos pobladores de América, en este caso, de los portadores de la llamada cultura mixteca, conocida por sus códices precolombinos y las numerosas piezas de artes menores que son catalogadas como algunas de las más bellas que se hayan producido en Mesoamérica. El etnónimo mixteco es de origen náhuatl, y significa. Emparentados con los zapotecos y otros pueblos de habla otomangue, los mixtecos alcanzaron su mayor desarrollo cultural durante la primera mitad del Posclásico, cuando Ocho Venado unificó un importante número de ciudades-Estado en la región. La unión del pueblo mixteco no perduró por mucho tiempo, y se disolvió a la muerte del señor de Tilantongo y Tututepec. A la llegada de los españoles, una parte importante de la Mixteca se encontraba bajo dominio de los mexicas, y los mixtecos habían establecido algunas alianzas militares con los zapotecos, que les permitieron resistir como un pueblo independiente en los confines de sus respectivos territorios.

Los mixtecos habitaron una extensa región que abarca la parte occidental del actual estado de Oaxaca y parte de los estados de Guerrero y Puebla. Aunque en su mayoría es montañosa, la Mixteca comprende tres zonas ecológicas: la Mixteca Alta –escenario del desarrollo de los principales poblados de esta cultura, como Tilantongo–, la Mixteca Baja –o Ñuiñe (“Tierra Caliente”)– y la Mixteca de la Costa.

La cultura mixteca es una de las más relevantes de Mesoamérica. Se distingue no sólo por su profundidad y continuidad histórica, sino por ser la fuente de algunos de los códices prehispánicos más importantes que se conocen, y por la extraordinaria calidad de su arte. Las exploraciones en las distintas áreas de la región han mostrado que la Mixteca, al igual que la de sus vecinos zapotecos, era una sociedad compleja. En la época prehispánica, la región se encontraba dividida en señoríos independientes inmersos en una complicada red de relaciones económicas y políticas, que lo mismo incluían alianzas por medio de matrimonios entre miembros de la clase gobernante que enfrentamientos bélicos.

Los mixtecos se cuentan entre los mejores artesanos del México prehispánico, y sus creaciones fueron apreciadas en muchos otros lugares. Esta maestría creativa se encuentra plasmada en obras de todo tipo y realizadas con diferentes materiales: figuras y herramientas de obsidiana y cristal de roca; cerámica policroma, decorada con un sinfín de motivos geométricos, simbólicos y religiosos; grabados en hueso y madera con representaciones de escenas semejantes a las de los códices; adornos en jade, concha y turquesa,

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