ORÍGENES DE LA INSURRECCIÓN DE LOS COMUNEROS

Las causas inmediatas de la insurrección son fáciles de identificar.

Los tumultos populares se encendieron contra las medidas fiscales que introdujo el visitador general Gutiérrez de Piñeres en 1780 y 1781.

En los últimos meses de 1750 se registran las primeras señales de resistencia popular en los pequeños disturbios cerca de los poblados de Simacota, Mogotes y Charala, en estas tres áreas se le prohibió a los campesinos el cultivo de tabaco a causa de los nuevos reglamentos del monopolio real. En marzo de 1781 se desencadenaron disturbios por causa de la introducción de la nueva reglamentación del impuesto de ventas. La resistencia se convirtió en disturbios locales, hasta el punto que extendió hasta poblados de un área mayor, lo cual permitió que estos se organizaran de forma organizada y coherente.

Los cambios de conducta empezaron en la ciudad del Socorro el 16 de marzo de 1781, cuando el anuncio público de los nuevos reglamentos del impuesto de ventas amotino a la muchedumbre que se había reunido para el mercado semanal. También estallaron disturbios en los poblados cercanos de Simacota y Pinchote y en la ciudad de San Gil, lugares en que las restricciones del cultivo del tabaco afectaron a los pequeños campesinos. La fusión que se dio entre las protestas contra el estanco del tabaco con las de rechazo a la alcabala, dio aumento al número de amotinados. Después de los disturbios en el Socorro, y debido el descontento de los poblados vecinos a principios de abril desencadeno desordenes contra los funcionarios y propiedades de la administración de los monopolios y del aguardiente. Y surge un tercer momento, en que los disturbios surge un caudillaje dedicado a formar un movimiento regional contra el visitador general y sus políticas.

En 1776 el Socorro fue víctima de una epidemia de viruela que dejo muchas víctimas, y además una serie de cosechas pobres lo cual afecto la economía del municipio, motivo por el cual los costos de los alimentos subieron su precio.

Al darse las restricciones al cultivo del tabaco, al subir los precios del tabaco tanto del aguardiente, el incremento del impuesto de ventas y el control más estricto del comercio fue la causa de que casi todos los pequeños productores- consumidores y comerciantes de la región fueron afectados por la reforma fiscal.

El Socorro, era el centro de una región donde la colonización había estimulado una activa vida política, basada en problemas locales relacionadas con la fundación de nuevas parroquias y con las aspiraciones de mayor categoría legal de los poblados. Por otro lado los vecinos del Socorro abogaron con vigor por un mayor rango y, después de una prolongada campaña, razón por la cual lograron separarse de la jurisdicción de San Gil en 1771.

Otra causa del descontento también pudo haber sido las tensiones que se daban en la sociedad agraria, debido a los efectos combinados del crecimiento demográfico, la comercialización de la agricultura y la tendencia a que la tierra se concentrara en menos manos.

Hay una cantidad de factores que explican la disposición de los socorranos del campo y la ciudad en oponerse a las reformas. Y que tanto la ubicación como la cronología de las primeras protestas populares, son menos patentes las razones para que dichas protestas se conviertan en un movimiento poli-clasistas, multiétnico y subversivo.

La transformación de las protestas locales en una rebelión generalizada se dio por una serie de factores, en los que cabe destacar la reacción vacilante y errónea de las autoridades ante las primeras manifestaciones de protesta. A el gobierno de Bogotá al tener conocimiento de los primeros disturbios, dejo esta restauración en manos de las autoridades locales; fue en la segunda manifestación en que estos tomaron cartas en el asunto, el cual se dio el 30 de marzo, donde el que intervino directamente el, visitador general. El 2 de abril intentaron controlar a los rebeldes con una conciliación en la que se excluía la fibra de algodón del impuesto de la Armada de Barlovento. Quien ordeno al corregidor Campuzano, de Tunja a viajar al socorro para restaurar el orden. El visitador general continúo su programa. Enardeció la opinión pública al día siguiente cuando la audiencia publicó un edicto que ordenaba a la ciudadanía contribuir al donativo. Aunque este era un tributo único de emergencia.

De forma que tras haber tratado a los revoltosos, con indiferencia, se dio una mezcla por parte de las autoridades, las concesiones con la represión y se agravo sus errores políticos que dio paso a que el movimiento desarrollara objetivos y empuje.

Todas estas falencias dadas por parte de las autoridades por el poco control ejercidos ante los revoltosos, le dio más fuerza a estos, esto implico la reunión de estos sin ninguna clase de presión u oposición por parte de las autoridades, los insurrectos no solo tuvieron a su disposición el tiempo y el espacio para mediar sus fuerzas y propagar su mensaje, permitió además que las protestas locales se convirtieran en una cadena coordinada, y también estos pudieron percibir la debilidad de las fuerzas gubernamental.

Otro factor, que facilito el crecimiento de dicho movimiento fue la unión de la gente del Socorro bajo un comando disciplinario, factible y la alianza entre plebeyos y la clase alta de la ciudad; cuya alianza canalizo los torrentes de la protestas local en un curso potente. El punto de convergencia se dio un lunes, 16 de abril cuando las protestas se extendieron por el distrito del Socorro regresaron a la ciudad.

También dio una nueva fase de insurrección, con una declaración de agravios escrita y la incorporación formal de algunos de la clase criolla del Socorro como líderes del común. Los insurrectos adquirieron ideologías y mandos, lo cual se convirtió en un movimiento regional de formidable potencial.

La ideología de los insurrectos fue difundida en un comunicado en forma de poema satírico, compuestas en estrofas de toscas rimas, sus versos expresaban indignación ante los nuevos impuestos, y apelaban a las emociones de patrimonio local y antipatía hacia los españoles. Al ser leído la muchedumbre se amotinó en el Socorro el 16 de abril, por la mezcla de ultraje y de ridículo, de retórica y chismes políticos, atrajo de inmediato al público, este fue adoptado como una forma de manifiesto por parte de los comuneros, apodado ‘‘ nuestra real cedula’’, ‘‘la santísima gaceta’’ o ‘‘ el superior despacho’’, pero esto no creo ideas, por ser escrito en un lenguaje coloquial y referirse a asuntos locales y odiados funcionarios, capturado y cristalizo el resentimiento. Popular.

Con esta ideología llego el liderazgo, el 18 de abril las multitudes

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