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Origenes Del Historicismo


Enviado por   •  2 de Junio de 2012  •  2.758 Palabras (12 Páginas)  •  1.614 Visitas

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La siguiente reseña tiene por objeto una sucinta exploración historiográfica sobre la obra de uno de los historiadores más destacados del siglo XIX, cuando la misma disciplina se hallaba en sus umbrales, Leopold Von Ranke (1775-1886), quien fue, y es, considerado por muchos como el padre de la historia científica y el prototipo primigenio del historicismo. Para esto, nos concentraremos en algunos fragmentos de su extensa producción. Por un lado, el prologo de su primera obra, Historia de los pueblos Romanos y Germánicos (1.494-1.514), publicada en 1824, y, por otro lado, la primera y segunda conferencia del curso, Sobre las épocas en la historia, que dicto en 1854 a pedido del rey Maximiliano II de Baviera.

Más allá del debate sobre la cientificidad del saber histórico de su época, lo que queremos destacar es que esta época asistió a la autonomización de la historia y su conversión en una disciplina especializada, que se enseñaba y se estudiaba en el marco de la universidad. Sucedió por primera vez en Prusia, específicamente en la Universidad de Berlín, fundada en 1810, en el contexto de las reformas prusianas. Así, no es contingente que Ranke emergiera en el contexto académico local. Por otro lugar, decir esto supone concebir un largo periodo –anterior- donde el estudio del pasado se encontraba en dependencia, o inmerso, en la reflexión de otros saberes, como la filosofía, la teología e, incluso, la literatura, en donde el pasado servia exclusivamente para brindar ejemplos y demostrar, o ilustrar, proposiciones especulativas o literarias.

De este modo la historia a lo largo de este periodo –que coincide con la vida de Ranke- fue conquistando su independencia pero con la condición de enunciar un método y un conocimiento diferente, por ejemplo, del de la filosofía de la historia, que desde la Ilustración venia teniendo el predominio sobre la reflexión del pasado. Subrayemos que no fue el producto de una mente esclarecida, sino que Ranke, en realidad, condenso o sistematizo un conjunto de prácticas y postulados que ya venían siendo formulados de manera nebulosa en muchos otros intelectuales de la época. Pero esto no significa que existiera ya una comunidad científica patentemente perfilada en el sentido moderno que le atribuía Kuhn, puesto que esta -como en el caso de la Historia- iría configurándose lentamente durante todo el siglo XIX.

En un marco mayor, la transformación de la historia en una disciplina universitaria y científica se correspondió, según muchos autores, a los cambios que las reformas prusianas impulsaron a principios del siglo XIX. Para Georg G. Iggers#, las reformas prusianas -impulsadas “desde arriba” por el estado monárquico prusiano- formaban parte de una política general para transformar la sociedad tradicional-estamental prusiana en una sociedad moderna-burguesa. En este contexto habría nacido la Universidad de Berlín y la “modernización” de los planes de estudio, que resultaban funcionales a las necesidades del nuevo orden social y del estado burocrático. Lamentablemente el análisis de Iggers esta poco desarrollo y presenta el fenómeno de manera simplificada y mecánica. Hay que destacar que no existe una relación directa e inmediata (automática) entre las transformaciones sociales y los cambios en el mundo académico y científico, sino que, más bien, existen un conjunto de intermediaciones que imprimen a la investigación científica su propia dinámica y sus propios tiempos. Claro esta, siempre relativos.

Para Jurgen Kocka#, el rol central que asumió el estado prusiano para llevar a cabo la transformación social, y la gravitación creciente que había tenido este durante los últimos siglos, explicaría la preferencia de Ranke, y del historicismo en general, por hacer una “historia del estado”, siendo percibido como el sujeto integrador y determinante de los factores extra-políticos. Sin embargo una afirmación así merece matizaciones si tenemos en cuenta la noción de “ideas directrices” de Ranke que luego desarrollaremos.

La Historia de los pueblos Romanos y Germánicos (1.494-1.514), publicada cuando Ranke contaba con tan solo con 29 años, es considerada normalmente como la primer obra de tipo historicista. La misma tuvo un éxito académico inmediato que le valió a Ranke la posibilidad de ocupar un cargo en la Universidad de Berlín. Como nos centraremos en el prologo, no podemos, ni es nuestro objetivo, dar un análisis de la obra en su totalidad. El prologo es atrayente, y ha sido regularmente citado, porque allí Ranke presenta el método por el cual ha llevado a cabo su investigación, ilustrando los lineamientos básicos del historicismo clásico como corriente historiográfica. Además, también nos resulta interesante porque hace explicito gran parte del oficio profesional que aun hoy en día guía la actividad científica, mas allá de los cambios en los paradigmas historiográficos.

Ya en la segunda pagina, luego de presentar el objeto de su obra (la unidad de los pueblos latinos y germanos durante la época moderna, que en la mayor parte del prologo se dispondrá a fundamentar en base a su historia “común”, manifiesta en la participación conjunta en tres empresas generales, como la migración de pueblos, las cruzadas y la colonización continental) nos introduce en su noción del método histórico y del compromiso del historiador. En efecto, Ranke hace una notable declaración de principio: “se ha dicho que la historia tiene por misión enjuiciar el pasado e instruir al presente en beneficio del futuro. Misión ambiciosa, en verdad, que este ensayo nuestro no se arroga. Nuestra pretensión, es mas modesta: tratamos, simplemente, de exponer como ocurrieron, en realidad, las cosas...”#. Primero, hace explicito que no pretende de la historia y de que indagación se distingue. Segundo, expone la tarea del historiador y el tipo de conocimiento que se debe proponer formular. Para comprender esta declaración es necesario hacer referencia al interlocutor principal del historicismo clásico y del mismo Ranke, es decir, la filosofía de la historia. Esta ultima concebía a la historia como un semillero de sucesos desde el cual sacar enseñanzas y ejemplos, para un fin apartado del propio conocimiento del pasado. Justamente, la historia de Ranke se distanciaba de la reflexión sobre el pasado que teniendo como referencia exclusiva el presente, se encontraba lejos de adquirir un conocimiento del pasado en si mismo, estableciendo, de esta forma, que el conocimiento empírico (la exposición rigurosa de como ocurrieron realmente las cosas) era el tipo de saber propio de la ciencia histórica y no el especulativo-apriorístico de la filosofía de la historia.#

Sin embargo, como el conocimiento empírico en el caso de la historia es imposible (directamente por observación), la solución del historicismo

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