ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Oslak Y De Luca

luchyalegre8 de Noviembre de 2013

3.903 Palabras (16 Páginas)344 Visitas

Página 1 de 16

Texto de Oslak.

AMBITOS DE ACTUACIÓN Y FORMAS DE PENETRACIÓN DEL ESTADO.

La existencia y el desarrollo de las instituciones estatales puede observarse como un verdadero proceso de “expropiación” social, en el sentido de que su creación y expansión implica la conversión de intereses “comunes” de la sociedad civil en objeto de interés general y, en objeto de acción de ese Estado en formación. La sociedad va perdiendo competencias, ámbitos de actuación, en los que hasta entonces había resuelto las cuestiones que requieren decisiones colectivas de la comunidad.

Al disolverse la Confederación Argentina, se retornó de hecho al arreglo institucional vigente antes de su creación. La construcción del Estado suponía enajenar a estas instituciones parte de sus facultades, apropiando ámbitos funcionales que constituirían en el futuro su legítimo dominium. Esta apropiación implicaba una profunda transformación del marco de referencia de la actividad social.

En parte, se trataba de adquirir el monopolio de ciertas formas de intervención social reservadas, hasta ese momento, a la jurisdicción de las provincias. En parte, también, de una invasión por el Estado nacional de ámbitos de acción propios “particulares”, convirtiendo sus intereses en objeto de atención e interés “publico”. En parte, finalmente, de la delimitación de nuevos ámbitos operativos que ningún otro sector de la sociedad estaba en condiciones de atender, sea por la naturaleza de la actividad o la magnitud de los recursos involucrados. La existencia del Estado nacional exigía replantear los arreglos institucionales preexistentes, desplazando el marco de referencia de la actividad social de un ámbito local privado a un ámbito nacional-publico. Esa misma existencia del Estado implicaba una concentración de recursos materiales y de poder a partir de los cuales resultaba posible resolver algunos de los desafíos que planteaba el incipiente proceso de desarrollo capitalista que tenía lugar paralelamente.

La transferencia de funciones ejercidas de hecho por las provincias, concentro los mayores esfuerzos del gobierno nacional, que fueron dirigidos especialmente a la formación de un ejército y un aparato recaudador verdaderamente nacionales.

Disuelta la Confederación Argentina, las fuerzas militares pasaron a constituirse en el núcleo del nuevo ejército nacional.

Mitre organizo un ejército regular en 1864, creando cuerpos de línea que se distribuyeron estratégicamente por el interior del país. Transcurrirían todavía muchos años hasta que la institución militar consiguiera organizarse sobre bases más o menos estables. Las provincias, sumarian nuevos obstáculos manifestados en diversas formas de entretenimiento con el gobierno nacional.

Transformarlos en una institución implico desplegar diversas actividades, tales como adquirir el control de las aduanas interiores que aun se hallaban en manos de las provincias, deslindar de hecho las jurisdicciones impositivas de la nación y las provincias, asegurar la viabilidad presupuestaria de los gobiernos provinciales, organizar y uniformar los organismos de recaudación y control, y activar la búsqueda de recursos alternativos dada la insuficiencia de los ingresos corrientes.

No menores fueron los obstáculos que hallo la creación de otras instituciones destinadas a normativizar.

El problema ya no se reducía a montar, sobre la base de instituciones de Buenos Aires, organismos con proyección nacional, sino a apropiar y concentrar atribuciones, ejerciéndolas a través de mecanismos generalmente creados ex novo.

Conquistar el orden también suponía para el gobierno nacional apropiarse de ciertos instrumentos de regulación social hasta entonces impuestos por la tradición, legados por la colonia a asumidos por instituciones como la Iglesia.

Las heterogéneas disposiciones, costumbres, instituciones y prácticas sociales aceptadas, fueron lentamente sustituidos por modernos códigos. Estos códigos anticiparon y regularon minuciosamente los más diversos aspectos de la vida civil y la actividad económica.

Educación, área en la que el gobierno nacional tendría una creciente participación y se reservaría prerrogativas de superintendencia y legislación general.

Mencionemos, además, las áreas de colonización, negocios bancarios y construcción de obras públicas, como otros tantos ejemplos de esta modalidad. A menudo el gobierno nacional utilizo la fórmula de concesión para la ejecución de las obras o la prestación de los servicios, contribuyendo a la formación de una clase social de contratistas y socios del Estado frecuentemente implantada además en otros sectores de la producción y la intermediación.

El mismo desarrollo de las actividades productivas, la mayor complejidad de las relaciones sociales, el rápido adelanto tecnológico, entre otros factores, fueron creando nuevas necesidades regulatorias y nuevos servicios que el gobierno nacional comenzó a promover y tomar a su cargo. En esta categoría se inscriben actividades tan variadas como la organización del servicio de correo y telégrafos, promoción de la inmigración, la delimitación y destino de las tierras públicas, la exploración geológica y minería, el control sanitario, la formación de docentes y el registro estadístico del comercio y la navegación.

Esta sustitución, casi siempre imperativa, implicaba una transferencia y concentración de ámbitos funcionales cuyo control representaría, a la vez, una fuente de legitimación y de poder.

A pesar de que el movimiento iniciado en Buenos Aires contaba con aliados de causa en el interior, fue la rápida movilización de su ejército el argumento más contundente para “ganar la adhesión” de las provincias.

Una primera modalidad, que llamaré represiva, supuso la organización de una fuerza militar unificada y distribuida territorialmente, del orden impuesto por el Estado nacional. Una segunda, que denominare cooptativa, incluyo la captación de apoyos entre los sectores dominantes y gobiernos del interior, a través de la formación de alianzas y coaliciones basadas en compromisos y prestaciones reciprocas. Una tercera, que designare como material, presupuso diversas formas de avance del Estado nacional, a través de la localización en territorio provincial de obras, servicios y regulaciones indispensables para su progreso económico. Una cuarta y última, que llamare ideológica, consistió en la creciente capacidad de creación y difusión de valores, conocimientos y símbolos reforzadores de sentimientos de nacionalidad que tendían a legitimar el sistema de dominación establecido.

PENETRACION REPRESIVA.

Esta modalidad implica la aplicación de violencia física o amenaza de coerción, tendientes a lograr el acatamiento a la voluntad de quien ejerce y a suprimir toda eventual resistencia a su autoridad. Argentina, el instrumento clave empleado por el estado para imponer esta forma de control coercitivo fue la institucionalización de un ejército nacional.

Hasta 1862, y a todo lo largo del extenso periodo de guerras civiles, la conducción del aparato represivo fue atributo compartido por el gobierno nacional y las provincias. Estas mantenían una guardia permanente sobre cuya base se constituían ejércitos locales, michas veces coaligados con los de otras provincias para sostener enfrentamientos con el de Buenos Aires o con otras precarias coaliciones de ejércitos provinciales.

PENETRACION IDEOLOGICA

La penetración ideológica apelo a mecanismos mucho más sutiles, a veces subliminales. Mecanismos que, operando sobre un campo de percepciones, valores, actitudes, representaciones y comportamientos sociales claramente asociados a los sentimientos de pertenencia a una comunidad nacional, tenderían a legitimar el nuevo patrón de relaciones sociales que se venían conformando.

La penetración ideológica, junto con la cooptación y las diversas formas de penetración material del Estado, contribuyeron a crear la base consensual sobre la cual podían construirse un sistema de dominación.

Si bien la penetración ideologica del Estado nacional implica lograr en la conciencia ordinaria de los miembros de una sociedad se instalen ciertas creencias y valores hasta convertirlos en componentes propios de la conciencia colectiva, es preciso diferenciar dos aspectos distintos de este proceso. Por una parte la creación de una conciencia nacional, un sentido profundamente arraigado de pertenencia a una sociedad territorialmente delimitada que se identifica por una comunidad de origen, lenguaje, símbolos, tradiciones, creencias y expectativas acerca de un destino compartido. Por otra, la internalización de sentimientos que entrañan una adhesión “natural” al orden social vigente y que, al legitimarlo, permiten que la dominación se convierta en hegemonìa.

Asì como el primer caso, la penetración ideológica procura crear una mediación entre Estado y sociedad basada en el sentido de pertenencia a una nación, en el segundo promueve el consenso social, en torno a un orden capitalista, un modo de convivencia, de producción y de organización social que aparece adornado de ciertos atributos y valores deseable, tales como la libertad e iniciativa individual, la aparente igualdad ante la ley de empresarios y asalariados, la promesa del progreso a través del esfuerzo personal o la equidad distributiva que eventualmente eliminará el conflicto social. En ambos casos, lo que está en juego es la capacidad de producción simbólica del Estado. Estos mecanismos de concientización consiguen perfeccionarse especialmente después de 1880. La educación constituyó un vehículo privilegiado en el marco de

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (27 Kb)
Leer 15 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com