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Pedagogia


Enviado por   •  29 de Junio de 2014  •  2.030 Palabras (9 Páginas)  •  199 Visitas

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“A medida que iba aprendiendo más, iba viendo las mejoras; empecé a ver que lo que

yo estaba haciendo era investigación, lo cual no es del otro mundo. Yo siento que

investigo mientras enseño, mientras planeo, mientras observo cómo progresan mis

estudiantes, mientras evalúo, mientras escribo lo que me pasa (Diario de campo de

practicante, 16 de octubre, 2000)”.

Durante las primeras semanas de práctica, las reflexiones en sus diarios indicaban

desmotivación. El mal genio de los practicantes o la tristeza por no encontrar soluciones

inmediatas a los problemas en el aula, eran constantes: “Es horrible, no quiero volver a

ese grupo”; “Me dan ganas de gritar, de salir corriendo del salón”; “Quisiera

estrangularlos”; “Me siento un poco triste y muy cansada porque acabo de terminar mi

clase en cuarto grado. Estuve un poco furiosa porque unos niños no me prestaron

atención y durante toda la clase estuve diciendo la misma palabra. ‘por favor, silencio’.

Algunos de ellos no me hacían caso a pesar de las llamadas de atención” (Diario de

campo de practicante, 30 de marzo, 2000).

En los registros finales, el lenguaje de los practicantes cambió. Se referían más a los

resultados de sus ensayos y experimentos. En los diarios finales se leían indicadores de

éxito como los siguientes:

“Acabo de salir de clase. Hoy me siento muy feliz. Entonces es más fácil preparar

actividades lúdicas para darles la oportunidad de hablar y tener la oportunidad de

mejorar la participación. Sé y soy consciente de la dificultad de lograr que todo el

grupo hable, pero, de alguna manera, tendré que hacerlo (Diario de campo de

practicante, 20 de junio, 2001)”.

“Poder analizar atentamente mi clase me ha ayudado tremendamente. Ahora veo

mi desempeño con otros ojos. Yo no podía resolver todos y cada uno de los problemas,

pero cuando mi compañera expresó una situación similar, a mí me entusiasmó (Diario

de campo de practicante, 20 de junio, 2001)”.

b) La práctica educativa es un espacio permanente de reflexión, interpretación,

observación, crítica y escritura.

Durante el proceso de formación en investigación acción, emergen frases como éstas en

los diarios de los practicantes, guiados y estimulados por los asesores: “me preocupa

que... qué pasaría si... alguna vez ensayé, observé que... tengo curiosidad por saber

cómo responderán a... he cambiado la manera de... me ingenié una manera distinta

para... creía que... pero ahora entiendo que... lo hice, ya sé por qué...”. Con estas frases

reflexionan y se plantean preguntas acerca de lo que hacen, percibiendo el cambio en su

propio comportamiento y apreciando las consecuencias del mismo.

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¿Qué se preguntan los participantes? Al principio del proceso los participantes se

muestran un tanto dependientes y temerosos, pero a medida que avanzan se vuelven

más autónomos, observadores y reflexivos: “Me di cuenta de que cuando trabajan en

grupos de cuatro rinden más que cuando trabajan en parejas o en grupos más grandes”

(Diario de campo de practicante, 22 de marzo, 2000). “Los alumnos se aburren, están

cansados porque acaban de salir de un examen de la clase anterior” (Diario de campo de

practicante, 22 de marzo, 2000). En un inicio solamente mencionan la anomalía,

después se preguntan por qué, buscan razones y buscan alguna estrategia para que no

vuelva a ocurrir o para mantener lo que resulta bien. En los diarios se leen reflexiones

tendientes a experimentar cambios en los espacios, en los métodos, en los lenguajes, en

los discursos. “Qué pasa si siento a un estudiante bueno con uno deficiente, o a una niña

con un niño?” “¿Por qué les gusta más trabajar con guías dentro del salón que trabajar

en equipo fuera de clase” (Diario de campo de practicante, 8 de agosto, 2001). Estas

interrogantes se vuelven costumbre para descubrir qué es lo que funciona mejor en cada

situación. Son muchas las páginas en los diarios de los practicantes, que en la

universidad hemos llamado una “memoria de saber pedagógico”, que están llenas de

anécdotas, experiencias, episodios, aciertos y desaciertos acerca de los procesos

formativos, temas bien entendidos, temas mal entendidos, comportamientos de los

estudiantes, comentarios acerca del aula, el aprendizaje y la enseñanza. Los educadores

en formación muestran interés por desarrollar sus habilidades de escritura a partir de la

identificación de sus propios problemas. Los textos son elaborados en los diarios a

partir de los registros, las notas de campo, las reflexiones, las observaciones y los

informes evaluativos. Los participantes comprenden que la escritura les ayuda a

cualificar su acción y a ser ‘mejores’. La primera vez que un practicante

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