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Perestroika


Enviado por   •  5 de Mayo de 2014  •  2.119 Palabras (9 Páginas)  •  282 Visitas

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Este documento ha sido preparado por el señor Rodolfo Morales Marcucci, alumno del Proyecto Guatemala de la Universidad Pontificia de Salamanca en el Doctorado en Sociedad Civil y Estado de Bienestar, con el objeto de ser evaluado por el Doctor José Antonio García Vilar. Las afirmaciones y opiniones expresadas en el trabajo son propias del autor y no representan la opinión oficial de la UPSA, ni del catedrático sobre los temas tratados.

I Introducción

En forma breve, en la próxima sección se apuntan los factores sociales y políticos determinantes, así como características del líder de la transformación, Mijaíl Gorbachov. De inmediato se procede al análisis de los problemas de la economía del gran imperio, con el fin de conocer cuáles eran los retos que enfrentaría la reforma. En seguida se revisa el planteamiento, en las palabras mismas de Gorbachov. Se incluyen todos los puntos torales del programa, contrastados con las apreciaciones de expertos. Se consultaron obras de Iuri Afanásiev y de Pilar Bonet para contar con el punto de vista de autores que conocieran el campo, el país; con un contacto concreto con la realidad. De Gorbachov se emplearon La Perestroika y Memoria de los años decisivos por contener el plan sujeto de escrutinio y relatos interesantes de los sucesos. El material de Paul Sweezy y Charles Bettelheim contiene apreciaciones reveladoras sobre el bloque soviético y argumentos concienzudos sobre los problemas económicos. Friedrich Von Hayek y Ludwig Von Mises se incorporan con dos clásicos de la crítica al socialismo y a la planificación estatal de la economía. Para finalizar, se presentan las conclusiones sobre el área económica de la perestroika. Al representar un campo de conocimiento obligado para quien estudie la sociedad contemporánea y sus tendencias vanguardistas, es vital despejar el panorama y proyectar - aún intentar - los efectos para el mundo de hoy y del futuro.

II Contexto de la reforma económica de la perestroika

“En condiciones en que la experiencia acumulada es totalmente determinante, es decir, cuando el pasado dicta el futuro y la inmovilidad oprime la dinámica, el microcosmos se convirtió en la base del conservadurismo social. El microcosmos siguió siendo un elemento inerte, pasivo, somnoliento a lo largo de los siglos. Pero, en los momentos de ruptura histórica, vuelve de súbito a la vida, se agita, se vuelve inventivo y frenético. Ese microcosmos, portador de una potente carga negativa para con todo lo que es nuevo, todo lo que se sale de los límites de las representaciones ya formuladas en el pasado, todo lo que se aparta de los valores y las normas, reacciona violentamente ante lo inesperado e intenta enseguida rechazar la novedad y restablecer su bienestar, es decir, rematar la construcción del conjunto social perdido basándose en los valores tradicionales 1.” Pilar Bonet está de acuerdo en señalar el microcosmos en la provincia, en el orden de la comunidad rural. Sin embargo, percibe una homogenización de las costumbres y de los hábitos en favor de la gran república. Se deduce que esta adecuación ha sido en algún grado forzado. De tal forma que en un futuro se podrían generar corrientes a la expresión y manifestación de su verdadera identidad. “El sistema soviético homogeneizó la administración, el aspecto externo de las ciudades, de las viviendas y las personas, introdujo rituales sociales y unificó formas de pensar y de comportarse. Este proceso unificador fue tan intenso que, en los primeros años del poscomunismo, el margen de error es limitado si abordamos una provincia rusa como un micromodelo, donde se contienen todos los elementos del conjunto de la sociedad. Las resultantes individuales, basadas en las riquezas naturales de una zona u otra, en el mayor o menor desarrollo de la industria o en las tradiciones locales, son variaciones de un esquema común que pretendía conformar un hombre nuevo al servicio de una superpotencia 2.” Para Bonet se plasma una corriente definitiva en toda la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas; la provincia renovadora. Los años en que empieza a gestarse el cambio son los del período de 1986 a 1991. En este lapso puede palparse ‘’el despertar de la vida social, la toma de conciencia de la identidad de

.Afanásiev, Iuri. Mi Rusia fatal. Página 248.

Rusia a partir de las provincias y la victoria de esta Rusia de provincias, simbolizada por Yeltsin, sobre la URSS, representada por su presidente Mijaíl Gorbachov’’. Recibimos aquí la máxima expresión sociológica del fenómeno desintegrador de la potencia soviética. Encontramos dos fuerzas opuestas encarnadas en dos rivales políticos. La balanza se inclina de parte del Yeltsin popular, en abierta lucha por el poder contra un Gorbachov imperialista. Esta explicación sociológica implica que el triunfo final de Boris Yeltsin se debió a que reflejó las aspiraciones de identidad nacional de las repúblicas. Mientras que el promotor de la perestroika pretendía seguir sujetando la voluntad del pueblo hacia un modelo de estado gigante y poderoso. Gorbachov proponía un sistema de gobierno en el que la sociedad rusa iba a seguir depndiendo del aparato estatal. La sociedad civil que había surgido con fuerzas propias, no deseaba continuar sujeta al mismo régimen. Esperaban un movimiento político que se basara en sus condiciones sociales. No una nueva supeditación del pueblo, al poder de un partido y una burocracia renovadas. Así lo explica Afanásiev al afirmar que ‘’la sumisión de la sociedad civil rusa al Estado es el balance de una historia secular’’. Para el autor ‘’en las diferentes etapas de la historia, la configuración de las relaciones mutuas entre la sociedad y el Estado no estuvo condicionada por una sola fuerza. A veces la economía ha tomado el relevo del factor social, otras veces ha sido el factor militar el que ha llegado a ser preponderante.’’ Posiblemente el descontento popular hacia las autoridades se centra por el fracaso económico. La escasez de bienes y servicios, la interminable postergación de la satisfacción de las necesidades, la concesión de privilegios a miembros del partido, gobernantes y ciertos grupúsculos como atletas, artistas y científicos. El ataque a la figura de Gorbachov - por momentos - se torna excesiva. Pareciera que en la Rusia actual su imagen sólo evoca rasgos negativos, la personificación del mal en esta tierra. Muchos le responsabilizan de la desintegración de la Unión Soviética, le ven como un gobernante fracasado y como responsible único de los males de estas naciones. Al punto que un comercial de la cadena de pizzerías global Pizza Hut en el que aparece Gorbachov, es transmitido en todo el mundo, menos en su patria;

debido a que después de un estudio se determinó que causaría daño en las ventas en las localidades soviéticas a la cadena de restaurantes. Declaraciones contundentes y severas como en la que incurre Afánasiev son comunes. “En numerosas ocasiones me trasladé a las repúblicas bálticas para comprobar lo que en ellas sucedía, los resultados de la línea inalterable de Gorbachov. Puedo confirmar con plena conciencia que él fue quien demolió la URSS, al intentar a toda costa conservar el imperio 3.” Afanásiev nos transmite su disgusto con las autoridades. Relata que se presumía de contar con el pensamiento político, social y económico más elevado, ‘’la filosofía más avanzada del mundo’’. Cuando, en la relidad con lo que contaban los miembros del partido y los teóricos oficiales, sólo era el marxismo. El contraste ofendía cuando se referían a ‘’una economía orientada al bien del hombre’’, mientras que la mayoría de las fábricas, talleres, empresas estaban inmersas en producir o comerciar productos para la carrera armamentista. Como resultado lógico, Afanásiev reconoce que ‘’al final el castillo de naipes se vino abajo’’. Sin perder del todo su proyección imperialista Afanásiev nos traslada las lecciones que él cree valiosas de la reciente experiencia de su pueblo. ‘’En el curso del devenir social, la humanidad se ha desembarazado por fin, a finales del siglo XX, de dos mitos: * el comunismo es el resultado ineluctable del desarrollo del sistema de producción, resultado necesario de las contradicciones y crisis que minan el capitalismo. Tal y como se ha podido comprobar, dicho sistema social es suceptible de transformaciones profundas y esenciales. *el comunismo es la única forma de organización de la sociedad, capaz de asegurar -gracias a la regulación racional del sistema de producción y distribuciónun crecimiento sin límites de la productividad y el bienestar 4.’’ Estas lecciones deben ser subrayadas. El socialismo no surge del capitalismo; es decir que aunque aún cuando no se trate de un sistema perfecto, de las limitaciones del capitalismo no tiene por qué brotar otro que sea su total

contradicción. La quiebra del comunismo en la satisfacción de sus principales promesas - la productividad y bienestar - obliga a buscar por alternativas. Afanásiev comenta que se ha hundido, entre otros, el mito de la unidad ideal de la sociedad soviética. Ha desaparecido la unidad política, y el pluralismo se ha convertido en una realidad en nuestro país. En esas condiciones, unos entenderán por perestroika la demolición del sistema totalitario y la transición hacia la democracia. Otros entenderán la necesidad de superar las deformaciones y combatir el envejecimiento de la estructura, eliminar detalles incongruentes, revocar, en una palabra, la fachada del edificio socialista. La aparición del pluralismo, el gérmen de la democracia, es una señal inequívoca de la organización y acción de la sociedad civil. El ámbito de influencia de nuevas instituciones es enorme, por el vacío que otorga un estado desintegrado y sin proyecto político. Asímismo, la sociedad civil está estimulada a estructurarse sobre la base de las aspiraciones populares a conservar su identidad nacional y a expresar sus características únicas. Pilar Bonet cita a Yeltsin en uno de sus planteamientos más amplios y democráticos. "Para un renacimiento espiritual, cultural y democrático de Rusia se necesita una Federación Rusa económicamente libre,una república que verdaderamente pueda montar su vida tal como la desean sus habitantes. Declaraciones como éstas son las que hacen que gane el respaldo popular. La intención del líder es clara al prestar atención al espíritu ruso de recuperar la capacidad para elegir su destino. Afanásiev refleja la exigencia implícita de la población por mayor libertad, su agotamiento moral por el peso acumulado de décadas de autoritarismo. El político ruso acota con energía que se ha confirmado que la única política digna es aquella encaminada a lograr la libertad del individuo, y que el papel del Estado no consite en planificar la vida de la sociedad, regir la economía y controlar a las personas, sino en crear condiciones favorables para que dicha sociedad funcione y se desarrolle normalmente. Sweezy y Bettelheim nos ilustran que desde finales de la década de los 70’s el Comité Central del Partido Comunista avizoraba la necesidad de un cambio. A pesar de no poder realizarlo, de este esfuerzo surgen nuevos líderes como Gorbachov y Yeltsin, así como cierta simpatía hacia las ideas liberales. De esta

corriente liberalizante del partido se forma un espacio que será aprovechado por individuos para reforzar incipientes organizaciones de la sociedad civil rusa. ‘’Este factor político decisivo ha perdido el poder político en provecho de una nueva burguesía, de tal modo que la dirección revisionista del Partido Comunista de la Unión Soviética es hoy el instrumento de esta nueva burguesía 5.’’ No obstante, el cambio está lejos de darse. Aún Gorbachov recibe lineamientos muy conservadores del plan quinquenal, al asumir el mando. Afanásiev lo ilustra cuando apunta que la prioridad estratégica elaborada en el XXVI Congreso del PCUS rezaba que "nuestra línea general es la del perfeccionamiento de la sociedad del socialismo desarrollado". Sweezy y Bettelheim analizan que el "plan" es ciertamente un acto político y administrativo real, pero puede suceder que los verdaderos procesos de trabajo, de producción, de distribución, y de consumo que transcurren en los lugares de trabajo, en las unidades de producción, en las unidades de consumo, y que el plan debe determinar, no tengan más que una relación muy lejana con lo que el plan prevé y esto puede transformarlo en una "realidad mítica". En medio de todo su afán de cambio, Gorbachov se plega al plan quinquenal. El contenido para los cinco años raya en expectativas irreales que hacen a la nueva gestión chocar una y otra vez con mayores problemas. ‘’Tenemos que llevar a la realidad toda nuestra enseñanza política y económica. Relacionarla con el contrato, con el equipo. Es un asunto sumamente complicado. La gente está acostumbrada a ser asistida financieramente, no sabe contar el dinero. No estamos preparados. Pero en dos o tres años hay que pasar esa escuela, aprender, corregir, actuar. Y no arrugarse 6.’’ A pesar de toda la voluntad, todo el esfuerzo no basta para implementar la perstroika. Gorbachov no se arruga, permanece rígido e inflexible. El período de transición, de aprendizaje nunca se da, pareciera que se concibió como un entrenamiento sobre la march

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