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Poder Del Pensamiento Evolucionario

Rysexx6 de Enero de 2014

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EL PODER DEL PENSAMIENTO EVOLUCIONARIO

“En el principio era la palabra (el verbo)… y la palabra se hizo carne”. Pero no sólo la palabra , Dios tuvo que hacerse carne”. Toda palabra tiene un principio, un génesis y en el principio es el embrión de una idea, el germen de un concepto; luego de cierta manera pasa a ser parte de ti, se inserta en nuestra inteligencia, en tus sentimientos y entonces podemos llegar a comprenderla en toda su significación y utilidad.

Con el tiempo y el uso diversificado, más allá de lo que contienen los diccionarios, las palabras van encarnando nuevas y variadas concepciones e imágenes que se ligan a cada individuo y luego penetran en la consciencia colectiva.

La mismísima palabra “Dios” tiene hoy los más variados disparatados significados, unos elevados, otros degradados. Para unos “Dios” es la totalidad, la existencia, la fuente de vida, el cosmos eterno.

Los vocablos revolución y revolucionario designaban y evocaban hechos y hombres promotores y propiciadores de la transformación individual y social, buscando siempre mejorar las condiciones de vida de los pueblos. Las revoluciones significaban y significa producir un orden y una agitación que llevan a un cambio violento en el orden político, social y económico de un país. Pero, ¿se puede decir que todo esto esta bien?, y cuando se creía denodadamente en aquello de que “el fin justifica los medios” entonces no importaba tanto que las revoluciones y los revolucionarios violentos y despiadados, pues lo medular eran las conquistas políticas, económicas y sociales alcanzadas después de las guerras y posterior a los desangres.

De esta manera, analizando cada uno de los acontecimientos que se dieron en aquel entonces debemos pensar que aquello fue necesario y posible cuando no habían otros medios, otros caminos, otras estrategias ni mas alternativas.

El progreso depende de la inteligencia de los individuos y de la sumatoria de las iniciativas y acciones individuales en materia de producción de bienes y servicios, sin esperar que el padre Estado y sus parásitos nos dirijan y piensen por nosotros.

Los conceptos clásicos de revolución y revolucionario, según lo que dicen los diccionarios y lo mentalizado por la gente, no solo están degradados, distorsionados, sino prostituidos. Alrededor de esto se crean nociones e imágenes que desvirtúan su significación original. Cuando lidiamos a un supuesto revolucionario, uno no sabe si se trata de un buen tipo, de un autentico patriota o de un delincuente peligroso. Igual sucede cuando hablan de revolución, no sabes a ciencia cierta si se refieren a una rebelión, bien intencionada para imponer cambios en beneficio social, o si es una gresca partidista, una asonada golpista o una arremetida delincuencial de esos traficantes, matones, secuestradores, que comenten los más despiadados crimines escudándose en banderas patrias y extremismos ideológicos doctrinarios. Es tanta la distorsión y el desprestigio de estos términos y de todas las nociones que giran en su entorno, que es preferible, como necesario, encontrar e introducir al idioma nuevas palabras con significados más puros y precisos para designar y calificar a personas y hechos cuyas ideas y acciones promueven el cambio e impulsan el progreso.

El hombre es el único ser, el único animal dotado de autoconsciencia, con capacidad para constituirse en un mutante por voluntad y esfuerzo propios; esto es un auto mutante, capaz de transformarse y crecer más allá de lo que le permitirían su estructura genética y el designio de los astros. El hombre es el único ser capaz de confeccionarse una prótesis física, mental o espiritual que le permita contrarrestar deficiencias, superar taras y vicios, en el empeño de elevar su nivel de vida, su nivel de consciencia, para acceder, aquí y ahora, sin mirar atrás, a una vida digna, autosuficiente,

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