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EL PODER DEL PENSAMIENTO FLEXIBLE.


Enviado por   •  6 de Abril de 2016  •  Informes  •  2.977 Palabras (12 Páginas)  •  411 Visitas

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA

FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES

ESCUELA DE PSICOLOGÍA

SAN CRISTÓBAL - ESTADO TÁCHIRA

EL PODER DEL PENSAMIENTO FLEXIBLE

AUTOR:

Oscar Cáceres Bruguera

C.I.: 15438257

 Sección T5

Marzo del 2016, San Cristóbal

La acción e interés de explicar desde las distintas formas del pensamiento cómo se concibe el mundo circundante, así como el margen de influencia que sobre el individuo produce esta visión del sistema, resulta un punto de especial interés en el estudio psicológico; en este sentido diversos autores procuran explicar a través de sus postulados las diferentes tipologías en las que puede ser estructurada la mente y el pensamiento humano como aspectos relativos al comportamiento. Es así como Walter Riso arroja a la palestra pública su obra: “El Poder del Pensamiento Flexible”. Libro de texto que una vez leído e interpretado sirve de base al siguiente ensayo, el cual a su vez expresa desde la citada teoría y la perspectiva del autor del presente producto tres formas diferenciales de la mente y su concepción.

 

El autor inicia describiendo tres tipos de mentes, la rígida, la líquida y la flexible. Entendiendo por mente rígida aquella que procesa la información por acumulación de experiencias y no por selección, una persona con mente rígida posee una escasa posibilidad de adaptación, se adhiere indefectiblemente a creencias, emociones y conductas que le impiden alcanzar el pensamiento crítico y útil. Y sobre esta plataforma entreteje su vida diaria conviviendo con acciones que le representan una debilidad profunda a sí mismo, tal es el caso de un incremento considerable del estrés y con él, la perdida de la paz interior e incluso la posibilidad de padecer de depresión; aunado a ello la dificultad para establecer relaciones interpersonales sanas le aleja y autoexcluye; desde una perspectiva perfeccionista y de renuencia al cambio se dificulta altamente la posibilidad  de una vida plena y saludable.

Una segunda categoría se denota como las mentes líquidas, corresponden a los individuos que no fijan posición propia sino que responde solamente a las características que les envuelven, aquellos seres que se distinguen generalmente por asumir posiciones contradictorias y que no le llevan a consolidar ninguna meta u objetivo, en otras palabras, se encuentra sumergido en la despersonalización y con ello en el devenir circunstancial de la vida.

El tercer tipo de mente, y sobre la cual se centra el enfoque del material referencial obedece a la concepción de una mente flexibles, siendo aquella que se reinventa sobre la base de la actualización y selección, resulta dinámicamente móvil e introspectiva sobre la base del estímulo que del medio le es producido. En palabras de Riso una mente flexible es aquella que “mantiene opiniones, tiene creencias y principios, pero está dispuesta al cambio y en pleno contacto con la realidad”. (p.31). Abre su posibilidad de reflexión e incorporación cognitiva cuando recibe desde argumentos y hechos aspectos distintivos de los que le son propios.

Una mente flexible se desarrolla a través de diversos principios fundamentales de acción, entre los cuales se destacan la excepción a la regla fija y predeterminada de intercambio de información, entendiendo que existen aspectos, momentos, situaciones, acciones y por sobre todo personas que deben resultar prioritarias ante las reglas preestablecidas y rígidas. De igual forma una mente flexible procurará siempre desarrollar sus acciones desde alternativas que creen un punto intermedio y de beneficio para todos. Y siempre procurará el reconocimiento de ver en el otro la posibilidad de expresarse y mantener ideas diferentes e incluso contrapuestas a las suyas, respeta este hecho y aunque no necesariamente se cambia a él, le identifica como no propio, estableciendo de forma proactiva buena comunicación y relaciones interpersonales.

En razón de graficar de forma amplia el contraste entre una mente rígida y otra flexible resulta preciso señalar algunos rasgos distintivos. Una mente rígida se reconoce dogmática, es decir, concibe la inflexibilidad del pensamiento, desde esta perspectiva el hombre dogmático cree tener la razón absoluta de la cuestión y no da cabida a duda alguna; dicha forma de pensar se deriva de tres principios fundamentales: el egocentrismo funcional, que sesga toda forma de pensamiento ajena a la propia  de forma indiscriminada; la soberbia cognitiva, que hace oídos sordos a las ideas ajenas, y; la ausencia de autocrítica.

En tal sentido, una mente dogmática se encuentra frustrantemente aislada a toda posibilidad de conciliación sobre sus ideales, incluso apelando a radicales posturas una vez que la lógica y razón no le ceden validez. Posturas que están principalmente expresadas a través de la apelación a la autoridad, la misma que le es atañida por parte de la mente dogmática a la “fuente de su saber”; de igual forma la postura de cerrar a todo tipo de idea diferente a aquella que ya ha sido decidida por la persona con este tipo de mentalidad; otra forma de defensa cuando sus razones son indefendibles es apelar a su razonamiento emocional, manteniendo firme su opinión sólo por el hecho de que le gusta o la siente de una u otra forma, a su esperanza ilimitada y sin sustento o incluso, a la posición conformista que lo que ocurre debe ser así pues pudiera ser peor.

        Por otra parte, una mente flexible identifica valores y acciones que fundamenten el intercambio operativo entre sí y otras personas, por ejemplo logra encontrar en la broma sana una fuente rica para el incremento de relaciones interpersonales sinérgicas y empáticas, un individuo con mente rígida, por su parte,  no da a lugar a la broma, el chiste, ni la risa como acciones que promueven tales efectos, mucho menos como aspectos necesarios para producir un ambiente ameno y que ayuda ampliamente a los procesos creativos.

En este sentido la risa y el buen humor contribuyen incluso para el desarrollo de la salud y el buen estilo de vida, como el autor lo describe “los efectos del buen humor y la risa sobre la salud física están bastante documentados y cada vez son más investigados” (p.78). No es reciente el auge que sobre el conocimiento científico y los métodos psicoterapéuticos se promueven con respecto a la risa, acciones estimulantes y que procuran la disminución de síntomas provenientes de enfermedades como el estrés, la depresión entre otros cada día más se sistematizan y promulgan, entre ellas es posible destacar la risoterapia, el yoga de la risa, entre otros. Una mente flexible disfruta y procura practicar desde la base de la sabiduría e ideas coherentes el buen humor.

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