Poesía azteca

Poesía azteca

Frecuentemente eran dedicados a los dioses, pero también trataban de otros temas como la amistad, la guerra, el amor y la vida. Algunos reyes fueron famosos poetas, como Nezahualcóyotl de Texcoco.

La poesía azteca era cantada y bailada; también componían himnos a los dioses: los cantos divinos (teocuícatl) y los cantos guerreros (yaocuícatl).

Estudiar la literatura azteca, implica conocer primero la evolución de un pensamiento que se gesta a partir de las primeras narraciones míticas, de sentido cosmogónico. La visión genésica del mundo azteca se remitió a una explicación mágica acerca de la formación del mundo y del hombre.

Esa deidad suprema pasa de una etapa inicial de reposo o sueño, a otra actividad o creación. Para ello se diversifica en cuatro dioses, rectores de los cuatro puntos cardinales y de las cuatro edades del mundo anteriores a la quinta y última en la cual, según ellos vivimos: esos cuatro dioses son las fuerzas activas del cosmos.

Para el mito cosmogónico, es el propio dinamismo de la naturaleza quien rompe la concepción dualista (caos-cosmos) permitiendo la aparición de la vida.

De esta idea del mundo, nace un pensamiento mítico-histórico en el hombre azteca. Teotihuacán, ciudad de los dioses, se va a situar como el centro compilador del futuro; aparecen aquí las primeras formas materializadas de la cultura. La profesión del poeta o sabio es honrada y protegida por el pueblo.

El pensador de México precolombino se halló también ante la puerta cerrada de los grandes misterios y comprendió que el engranaje de los hermosos y rutilantes cantares cosmogónicos no resistía a un análisis severo de la mente. Y así nació una corriente de poesía llena de dolor y de escepticismo, plena de angustia existencial, poesía filosófica que surgió del naufragio de una caduca concepción del mundo, aunque aún sostenida por el prestigio y el aparato oficiales.

No obstante otros pensadores tenían una concepción más trágica de la existencia, una concepción de la vida vista como una cosa dolorosamente fugitiva, como un estado de sueño que se disuelve tal vez en un no ser, no pensar, no sentir.

La tristeza de morir, la melancolía de desaparecer totalmente, llevó a ese sector de poetas precortesianos a buscar, como una compensación, el placer y especialmente la gloria terrenal, por considerar a ésta, única cosa que tiene cierta apariencia de inmortalidad, única esencia que si también se disuelve, lo hace más lentamente, más dulcemente.

Herencia documental del México Antiguo

El más antiguo esfuerzo por salvar y conservar recuerdos indígenas de la cultura náhuatl, después de la Conquista, data de los años comprendidos entre 1524 y 1530. Durante este lapso, algunos indios que habían aprendido el alfabeto latino (introducido por los conquistadores),

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