Problemas Socioeconómicos De México
Juanframz16 de Enero de 2012
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UNIDAD III.- LA ECONOMÍA MEXICANA EN EL PERÍODO RECIENTE 1977-1995.
3.1 LA ESTRATEGIA ECONÓMICA EN EL PERÍODO LÓPEZ PORTILLISTA
ALTERNATIVAS Y PERSPECTIVAS DEL GOBIERNO DE JOSÉ LÓPEZ PORTILLO (1976 – 1982)
La propuesta económica
José López Portillo planteó y puso en marcha algunas alternativas para salir de la aguda crisis económica, entre las que destacan:
Una reforma administrativa en función de la eficiencia y organización administrativa, a través de una redistribución del gobierno y de las empresas públicas y del mejoramiento en la eficiencia de las oficinas gubernamentales, las cuales establecieron a su vez un mecanismo de planeación central que sirvió para facilitar la intervención estatal en la economía a través de instituciones como la Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP) que se encargó de controlar los sistemas nacionales de información, evaluación y administración; la Secretaría del Patrimonio y Fomento Industrial (SEPAFIN) que se responsabilizó de la industria; y de la Secretaría de Comercio (SECOM) que se hizo cargo del comercio. Con lo anterior quedó establecido un fuerte instrumento económico en manos del gobierno.
Una reforma económica cuyos objetivos prioritarios para el desarrollo eran: aumentar la producción alimenticia y energética por medio de la recuperación de la confianza del sector privado, con un proyecto denominado Alianza para la Producción. Para alcanzar esos objetivos se trazó el desarrollo económico en tres etapas: superar la crisis (1977-1978), consolidar la economía (1979-1980) y acelerar el crecimiento (1981-1982).
El Estado mexicano dirigido en ese momento por José López Portillo se apoyó en la creación del Plan Global de Desarrollo y el Plan Nacional de Desarrollo Industrial, que afirmaba la vocación promotora y la capacidad rectora del Estado para intervenir en el proceso de desarrollo de la economía contando con la ayuda de la iniciativa privada∗ . “ Así mismo, se erigió el Sistema Alimentario Mexicano (SAM) para solucionar el deforme panorama de la Reforma Agraria y la crisis agrícola. El SAM tuvo como objetivo elaborar un diagnóstico y una estrategia de financiamiento y producción para restablecer la alianza del Estado con los campesinos”.
Los resultados obtenidos por la puesta en marcha de las acciones anteriores fueron los siguientes:
La organización tripartita de la Alianza para la Producción (obreros, industriales, gobierno) funcionó bien durante la primera etapa, al lograr que el capital regresara poco a poco, a pesar del estricto control al que se vieron sometidos los obreros y la falta de una real contribución industrial en la producción.
Se lograron avances en la producción de alimentos gracias a que la producción agrícola recibió apoyo financiero y político de la Secretaría de Agricultura y el SAM. Así mismo, contribuyó el hecho de que el conflicto entre terratenientes y campesinos, respecto al problema de la tierra, se haya tratado con éxito a través de la rotación constante del secretario de la Reforma Agraria, lo cual se hizo cada dos años: una ocasión a favor de los campesinos, otra a favor de los terratenientes, y otra, nuevamente a favor de los campesinos.
Durante el sexenio de López Portillo continuó la acción de empresarios por lograr el control del aparato empresarial. En esa ocasión, el liderazgo económico de los empresarios se identificó en el grupo ALFA de Monterrey, encabezado por Bernardo Garza Sada. La diferencia en esa nueva ofensiva fue que, a pesar de que no lograron consolidar su propósito, se encontraron con que el nuevo régimen llevaba a la práctica una política de consolidación que les daba la oportunidad de tener una participación importante en las decisiones de mayor trascendencia en el gobierno. Ejemplo de lo anterior fue la aparición del Plan Global de Desarrollo, en abril de 1980, que incluyó propuestas por parte de financieros privados, en especial del Banco Nacional de México (BANAMEX).
Figura 9. El sistema Alimentario Mexicano (SAM) visto por Naranjo. (Tomado de José Agustín. Tragicomedia mexicana 2, pág. 231)
Por lo que respecta a la producción energética, ésta descansó principalmente en los recursos petroleros, que fueron controlados por Petróleos Mexicanos (PEMEX). Al respecto, la producción de petróleo se caracterizó por generar en México gran cantidad de negocios que produjeron capitales con rapidez. Se pensó que durante el gobierno de José López Portillo se sacaría totalmente de la crisis al país mediante la puesta en práctica de la llamada “petrolización” de la economía.
La distribución de los ingresos obtenidos del petróleo se manifestaron en dos tendencias:
Nacionalista o planeadora: en la que las ganancias se canalizaron a través del gasto público directo en la construcción de infraestructura de beneficio social, tales como escuelas y hospitales, y en empresas públicas productivas como la industria pesada. De esa manera, se avanzó en el proceso de industrialización sustitutiva de importaciones sobre la base de las empresas estatales y en una restricción a las empresas trasnacionales, a la vez de defender una independencia tecnológica.
Con base en lo anterior, el gobierno de México decidió no ingresar al GAAT * y no aumentar la producción petrolera más allá de un nivel de producción de 2.7 millones de barriles diarios, a pesar de la presión estadounidense de aumentarla.
Hacendaría o internacionalista: planteó aspectos diferentes, ya que los ingresos se canalizaron a través del gasto público indirecto para estimular el consumo de inversión por el sector privado a través de incentivos fiscales absorbidos o compensados por las ganancias de PEMEX, y créditos para el desarrollo otorgados por bancos estatales. Así mismo, se mantuvieron bajos los salarios, se promovió la inversión extranjera con la finalidad de otorgar un grado de competitividad y eficiencia de las manufacturas mexicanas. Lo anterior dio como resultado una mayor inversión e importación de bienes de capital para el sector privado en perjuicio del sector público.
A favor de esta perspectiva se decretó una disminución de las empresas administradas por el gobierno, ejemplo de lo cual fue la participación de los bancos privados en la agricultura, cuando ello normalmente se reservaba para los bancos estatales.
Pero, ¿esta distribución de los ingresos obtenidos del petróleo fue favorable para la economía mexicana? ¿Qué resultados se observaron?
El gobierno de López Portillo pareció no encontrar entre las dos perspectivas anteriores una fórmula adecuada para aprovechar la explotación petrolera, por el contrario, como dice Héctor Aguilar Camín:
El ambicioso plan de inversiones del Estado trajo consigo dispendio e inflación que devoraron la moneda y las finanzas. La banca privada convirtió su búsqueda profesional de rendimientos en especulación y dolarización agresiva de sus operaciones. El poderoso mercado interno concentrado y deforme vació su poder adquisitivo en el consumo transnacionalizado, el contrabando y el turismo petrolero. Sobre todo: la desintegrada industria nacional creció abruptamente para el costo insostenible de un flujo de importaciones que rebasó con mucho los ingresos petroleros.
Así, el panorama de la economía mexicana en 1982, al cierre del gobierno de López Portillo, se caracterizó por una elevada inflación, un alto déficit público, una enorme deuda externa, una dolarización de la economía y una fuga de capitales creciente. Además, hubo un factor externo que complicó más la situación: la caída de los precios internacionales del petróleo a partir de junio de 1981.
G.A.A.T.: Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio. Firmado por 23 países capitalistas en 1947 entrando en vigor en enero de 1948; se encarga de regular las relaciones comerciales entre los países integrantes de dicho Acuerdo comprometiéndose a un trato igual, se trata de eliminar la práctica de una política económica proteccionista dando lugar a la práctica del libre comercio.
¿Qué se hizo en esta administración ante el panorama económico descrito?
Al final del sexenio de López Portillo la crisis se agudizó, lo que obligó al presidente a tomar una medida drástica para tratar de solucionarla y de restaurar su dañada imagen a través de la nacionalización de la banca, que se anunció el primero de septiembre de 1982 durante la lectura del sexto informe de gobierno, acordando, entre otras cosas, la reserva del servicio de crédito bancario a favor del Estado; la conversión del Banco de México en un organismo público descentralizado y la apertura de un fideicomiso para la repatriación inmobiliaria de los bancos. Se llevó a cabo un control de la moneda para estabilizar el peso; para tal efecto se determinó un tipo de cambio fijo de 50 a 70 pesos por dólar.
Con la nacionalización de la banca se pensó encontrar el factor determinante para reconstruir la legitimidad y el consenso del Estado entre las grandes masas de la población, así como la recuperación económica. Nos percatamos de que el proyecto neoliberal (1977-1982) y el modelo de Alianza para la Producción, a través del otorgamiento de concesiones importantes en el ámbito salarial para los empresarios y la limitación a las posibilidades de una mejor redistribución de ingresos para los sectores de la población, tendría que adecuarse a las necesidades
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