Pueblos Indigenas

Pueblos Indígenas, Maestros, Escuelas; Su Contacto Y Relación En El Presente.

Muchas cosas han cambiado desde que nuestros antepasados, con sus costumbres y propias ideas de la vida, habitaran la tierra en la que estamos asentados actualmente. Más sin embargo no podemos dejar atrás la importancia cultural de los pueblos indígenas en el presente, los efectos de la hegemonía española en la conformación de la nación mexicana, la evolución de los propósitos educativos para los pueblos indígenas, el papel que le toca cumplir al docente en un contexto indígena y la importancia de la práctica en jardines interculturales indígenas en la formación de la licenciatura en educación preescolar.

Pero antes de dar paso a todo lo anterior, considero importante que debemos tener en claro qué es la cultura y, tal como menciona María Acevedo es el libro Política Cultural para un país Multiétnico, se define como “lo que comprende todo lo que es aprendido mediante la comunicación entre los hombres y abarca tanto los lenguajes como las tradiciones, las costumbres y las instituciones” , también conlleva las formas de hablar, de vestir, de pensar, el tipo de educación y las creencias de determinada región. Una cultura no puede crearse solo porque uno quiere ya que es un proyecto al que los habitantes de un país se van acercando de forma paulatina, mediante un proceso de enseñanza-aprendizaje, a ciertos ideales, valores, creencias, conocimientos, normas y sentimientos de un grupo, que se va transmitiendo con el paso del tiempo pero que también puede ser influenciado por otros.

Todo comenzó miles de años atrás con la civilización mesoamericana ya que, tal como dice Guillermo Bonfil “de ella proviene lo indio de México; ella es el punto de partida y su raíz más profunda.” (1996) . Empiezo con esto ya que considero que es de suma importancia que todas las personas conozcan acerca de su pasado, de cómo se fueron dando las cosas y de qué manera afectaron estas en las mejoras de ciertos factores actualmente, como la educación, ¿y qué mejor manera que hablando sobre el legado que nuestros ancestros nos dejaron? Gracias a la invención de la agricultura surgió la civilización mesoamericana; los pobladores de ese entonces pasaron de ser nómadas a sedentarios, estableciéndose en un solo lugar para poder cosechar tanto el maíz como frijol, la calabaza, el aguacate, entre otros vegetales y alimentos, dando paso a un gran cambio a su modo de vida por medio de un proceso lento que tomo su tiempo. Al principio se establecieron únicamente en el centro-sureste de México, puesto que la tierra era muy fértil y tenía las condiciones adecuadas para el buen crecimiento del maíz y demás alimentos; pero más tarde esta civilización se fue dividiendo por el resto del país , surgiendo entonces la diversidad de los pueblos indígenas, tales como los olmecas, los mayas o los zapotecas, etc., quienes nos heredaron una gama de testimonios tanto culturales como de grandeza, que hoy en día podemos observar a través de las ciudades ancestrales y celebraciones culturales de suma importancia tales como las ruinas de Chichen Itzá, el libro de Popol Vuh, el calendario maya, los rituales de día de muertos, etcétera, que a su vez nos han ido revelando diversidad de secretos sorprendentes como las costumbres u ofrendas que ellos llevaban a cabo a sus dioses, símbolos e imágenes antiguas de los rituales que realizaban y de ciertas predicciones astrológicas muy exactas. Cada pueblo indígena del pasado nos dejó, de igual manera, una riqueza cultural impresionante, donde entran las costumbre y tradiciones que, lamentablemente, se han ido perdiendo con el paso de los años iniciando con la invasión europea. Es por esto que existe una ruptura histórica entre nuestro pasado y el presente, más sin embargo yo pienso que no es irremediable puesto que todo depende de la disposición y de las ganas que tengamos (me incluyo a mí misma al igual que debemos hacer todos) por rescatar esas cosas valiosas que quedan vivas de nuestra cultura y que nos representan como mexicanos.

Retomando a Guillermo Bonfil “Hay un orgullo circunstancial por un pasado que de alguna manera se asume como glorioso, pero se vive como cosa muerta […], y, sobre todo, se presume como algo ajeno, que ocurrió antes aquí, en el mismo sitio donde estamos hoy los mexicanos […] aquello murió asesinado –para unos- o redimido -para otros…” ; con esto hago referencia a que con la invasión llegaron los cambios tremendos en la forma de vida de nuestros antepasados, interponiendo su forma de hablar, de vestir, de pensar a la nuestra; nos impusieron su religión y cambiaron la forma de educación, de política y demás. Pero esto pasó porque nosotros se los permitimos, que ellos contaban con armamento y formas de dominación más avanzadas que nosotros, cierto, pero teníamos infinidad de conocimientos en sabiduría, antropología, medicina e incluso matemáticas que se perdieron por lo mismo. Incluso ahora no es que la civilización o los pueblos indígenas hayan muerto, sino que somos nosotros mismos los que estamos haciendo que se vayan perdiendo ya que

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