Pueblos Indigenas

Con una superficie de 4 016

kilómetros cuadrados, es uno de los estados con mayor densidad po

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blacional, condición que se advierte si lo observamos de noche desde

las alturas de La Malinche o Matlalcuéyetl (“La de las faldas azules”),

montaña insigne para los tlaxcaltecas y, en especial, para los pueblos

de habla náhuatl que se asientan a lo largo de su falda occidental.

Localizada entre los llanos de San Juan y el Valle de Puebla, La

Malinche forma parte del Sistema Volcánico Transversal. Su cima, que

alcanza 4 461 metros de altitud, tiene forma de cresta dentada con va

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rios picos, la cual se cubre de nieve durante el invierno; sus laderas se

encuentran surcadas por barrancas profundas que radian su cima, en

donde crecen bosques de coníferas y árboles deciduos (en proceso pe

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ligrosamente acelerado de extinción, a causa de la mala práctica de

los “ocoteros” y los leñadores mecanizados); asimismo, albergan algu

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nas tierras de cultivo. Su falda —o pie de monte— es amplia y tendida, con algunos conos secundarios, co

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mo el Cuatlapanga. A este volcán se le

ha llamado así en recuerdo de la famosa

Malinche, pero su nombre original, Ma

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tlalcuéyetl (una de sus traducciones po

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sibles es “Fuente azul”), le fue dado en

honor de la diosa madre. Relacionada

con Tláloc, el dios principal, correspon

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de con la deidad que en otros lugares se

conoce como Chalchiutlicue, divinidad

vinculada a la lluvia y la humedad.

Si nos atrevemos a dar un vistazo des

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de esas alturas veremos cómo la mayo

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ría de la población tlaxcalteca se con

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centra en forma abigarrada en la zona

centro-sur del estado, en un corredor

que va desde Santa Ana Chiautempan,

hasta la cabecera municipal de San Pa

-

blo del Monte, colindante con las gote

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ras de la ciudad de Puebla.

Por su proximidad con la Angelópo

-

lis, ese municipio —el del más alto nú

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mero de hablantes de náhuatl en Tlax

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cala— ha experimentado un importante

aumento demográfico en los últimos 40

años (2.91 por ciento): del décimo lugar

en el rango de crecimiento estatal en

el que se encontraba anteriormente, en

la actualidad ocupa el noveno, gracias

a su ubicación estratégica en la punta

del corredor industrial Tlaxcala-Puebla

y en los límites estatales. Esto también

ha propiciado que el municipio ocupe

la quinta posición del mayor porcenta

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je poblacional en el estado, con 5.7 por

ciento.

San Pablo del Monte es un munici

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pio de atracción laboral para los pue

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blos nahuatlatos establecidos a lo lar

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go de este cordón, aunque sea en Santa

Ana Chiautempan y Panzacola, donde

se asientan la mayoría de las empresas,

seguidas por San Luis Teolocholco, San

Cosme Mazatecochco y Acuamanala.

En diciembre de 2005, la Secretaría

de Economía reportó que en este corre

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dor se localizan 75 empresas con inver

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sión extranjera, de las cuales 99.5 por

ciento están dedicadas a la industria ma

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nufacturera y 0.5 por ciento al comercio.

En otros municipios de La Malinche

se observa una tendencia hacia el de

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sarrollo que supera a San Pablo respec

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La Malinche vista desde Cuahuixmatlac. Tlaxcala.

Fotógrafo: Juan Luna Ruiz, 2006.

Acervo personal.

http:www.cdi.gob.mx

N

ahuas

de

T

laxcala

to al ritmo de crecimiento: primero, La

Magdalena Tlaltelulco, por su cercanía

a la Central de Abastos y a la zona in

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dustrial de Santa Ana Chiautempan, con

3.6 por ciento; después, Acuamanala de

Miguel Hidalgo, con 2.98 por ciento y,

finalmente, San Francisco Tetlanohcan,

con 2.98 por ciento.

En contraste, algunos pueblos que

se ubican en el corazón mismo del ci

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tado corredor son grandes expulsores

de población, como Tenancingo (cu

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yo ritmo de crecimiento es el segundo

más bajo en el estado, con sólo 0.4 por

ciento) y Teolocholco, así como algunas

comunidades nahuas pertenecientes al

municipio de Santa Ana. Mientras tan

-

to, en el extremo opuesto del corredor y

ya fuera de él pero aún en la órbita geo

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gráfica-cultural, el orgulloso San Bernar

-

dino Contla aparece como un pueblo en

equilibrio, que, pese a estar marcado por

la tendencia urbanizadora conserva su

fuerte arraigo a la identidad tradicional.

La diversidad eco

N

ómica

La inserción de estos pueblos en la vida

industrial de sus propias comunidades

ha trastocado violentamente el entor

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no, donde antaño fue propicia la agri

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cultura de laderas como sustento pri

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mordial, gracias al edificio volcánico

que los resguarda y que recibe la ma

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yor cantidad de lluvias en la región. Los

arroyos de temporal que escurren por la

falda oriental del volcán hicieron flore

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cer desde la época prehispánica estos

pueblos. No obstante, el periodo de llu

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vias no rebasa los seis meses, lo que se

convierte en un problema para la agri

-

Calle Motenehuatz. Santa

María Tlacatepca, Tlaxcala.

Fotógrafo: Juan Luna Ruiz,

2006.

Acervo personal.

http:www.cdi.gob.mx

P

ueblos

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cultura de temporal; además, las fre

-

cuentes heladas malogran las cosechas.

En la actualidad, la economía basada

en la fabricación y venta de carbón ve

-

getal, el cultivo de maguey, maíz, frijol,

haba y trigo son actividades secundarias

que han quedado relegadas a los pue

-

blos asentados a mayor altura de La Ma

-

linche (San Isidro Buensuceso, Acxotla

del Monte y San Francisco Buensuceso),

aunque también en estas poblaciones

se están convirtiendo en prácticas muy

marginales. Así, la industrialización de

La Malinche casi ha causado la desapa

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rición de varias costumbres como la del

cuautetexohque, esto es, “el que recoge

la leña de noche”.

Desde hace algunos años, la agri

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cultura en San Bernardino Contla ha

sido insuficiente para alimentar a las

familias de la localidad (sólo 30 por

ciento de las 15 mil hectáreas de tierra

del municipio de Contla de Juan Cua

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matzin son aptas para el cultivo). Ade

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más, la mayoría de las tierras conserva

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ron su carácter comunal y ejidal, por lo

que se ha mantenido una distribución

igualitaria. Se estima que en el pasa

-

do reciente el cultivo de maíz bastaba

para proporcionar 50 por ciento de la

subsistencia.

A ello se debe que, históricamen

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te, la producción textil doméstica es

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té reconocida como el principal sostén

del pueblo.

Tlaxcala es uno de los estados me

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jor comunicados del país. Un ejemplo

de esto es el tendido férreo instalado

en la ladera occidental de La Malinche

—durante el gobierno porfirista del in

-

dígena Próspero Cahuantzin—, que hi

-

zo posible el florecimiento de la indus

-

tria pulquera para pueblos con buenos

tinacales como San Bernardino Contla,

algunas haciendas (Concepción Aba

-

roa, Xaltelulco, Tzitzimapan y San Ni

-

colás Tochapa) y ranchos (como Zaca

-

tzontetla, el más alto, a 2 874 metros

Pueblos de Tlaxcala donde se concentra

población nahua.

Autor: Juan Luna Ruiz, 2006.

http:www.cdi.gob.mx

N

ahuas

de

T

laxcala

sobre el nivel del mar, y San Pedro Teo

-

tzinco, perteneciente a Mazatecochco).

Sin embargo, desde finales del siglo

xix

el pulque sufrió una seria inestabilidad

productiva, hasta reducirlo al consumo

local y doméstico, posición en la que

se encuentra actualmente.

Por otra parte, desde hace décadas

las numerosas vías de comunicación en

el estado han permitido emigrar, lo cual

mejoró el nivel de vida de quienes se

quedaron. No obstante, se registra un es

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tancamiento en el desarrollo local.

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