QUE ES HISTORIA

A través de las épocas y las culturas, se ha revelado que la historia nace de varias fuentes que difunden cada uno un discurso diferente por sus formas, normas y necesidades. Evoluciona en consecuencia al cambiar constantemente de sistema de referencias al sufrir todas las metamorfosis al acomodarse a todas las escrituras.

Ya sea individual o colectiva, la memoria de las sociedades aparece como un segundo foco de historia, esto domina la historia esto domina la historia mezclando certidumbres e ilusiones, pero sin instituir nunca una sola verdad científica de la cual puedan fiarse todos. Es propio de la libertad dejar que coexistan varias tradiciones históricas, incluso que se combatan. Pero pasar por alto esas historias sería igualmente vano y absurdo, porque constituye una realidad, como las creencias o a la fe o en el poder.

Según Marc Bloch, la historia sirve como faver al homo politicus, al homo sapiens, y al homo ludens. Es decir se le asigna una función practica para el uso del hombre practico, una político-social que legitima posturas y acciones políticas, y una función teórica que busca validar científicamente ciertas construcciones históricas y una función lúdica que provee de relatos a menos que distraen y divierten como lo hace el juego o el arte.

La historia sin embargo, tiene indudablemente sus propios placeres estéticos, que no se parecen a los de ninguna otra disciplina. Aunque la historia fuera eternamente indiferente al homo faver o al politicus, bastaría para su defensa que se reconociera su necesidad para el pleno desarrollo del homo sapiens.

Jean Chesneaux nos dice que en las sociedades de clases la historia forma parte de los instrumentos por medio de los cuales la clase diferente mantiene su poder. El aparato del estado trata de controlar el pasado a nivel de la política práctica y al nivel de la ideología la vez. Las clases dirigentes y el poder del estado suelen apelar al pasado de manera explícita la tradición incluidas en sus componentes culturales específicas la continuidad, la historia, son invocadas como fundamento del principio de su dominación.

A veces también la utilización del pasado es menos directa menos explícita. Se llama a la historia en defensa del orden establecido y de los intereses de las clases dirigentes, es por el rodeo de la ideología difusa. Así el estado llega a intervenir más concretamente. Para ritualizar el pasado y atraerse a su servicio la memoria popular. Son las fiestas nacionales, las conmemoraciones y aniversarios solemnes.

Todos estos aniversarios y todas estas conmemoraciones funcionan exactamente de la misma manera: patronato oficial estatal, de una celebración histórica; espectáculo de masas con regocijos populares; esquematización de un acontecimiento pasado como fondeadero de la ideología dominante; ocultación de los aspectos no oficiales del acontecimiento elegido especialmente de los infortunios y de la luchas de las masas populares.

El poder controla todavía el pasado de manera mucha más activa y directa. Funda su práctica política, su decisión, sus opciones, en el pasado, sobre todo el más reciente. Funciona en provecho exclusivo del poder y con una eficacia que pueden atestiguar quienes la conocen, por ejemplo cuando esos documentos son divulgados súbitamente después de una guerra, de una revolución o de un escándalo. El control del pasado y de la memoria colectiva por el aparato del estado actúa sobre las fuentes. Muy a menudo tiene un carácter de una retención en la fuente. Secreto de os archivos, cuando no destrucción de los materiales embarazosos. Este control estatal da por resultado que lienzos enteros de la historia del mundo no subsistan sino por lo que de ellos han dicho o permitido decir los opresores.

La ocultación es uno de los procedimientos más corrientes en este dispositivo

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