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RECUPERACIÓN HISTÓRICA CULTURAL DE LA VEREDA SAN ISIDRO MORALES CAUCA

maximo199424 de Marzo de 2014

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La referencia al pasado es obligada, no sólo porque hoy día a nada nos podemos acercar inteligentemente sin comprender la realidad de su pasado. Estamos frente a una época coyuntural en donde el hombre está interesado en asumir las riendas de su propia historia, sobretodo colectivamente. Pero tal referencia al pasado es particularmente necesaria cuando se habla de Educación y de enseñanza, pues su noción misma es impensable sin aludir a la función posibilitadora del hombre como protagonista y creador de su propia historia.

Cuando abordamos el tema sobre educación, específicamente en el sector rural de la Vereda de SAN ISIDRO, Municipio de MORALES CAUCA, es necesario comprender el actuar cotidiano y la manera como el entorno ha hecho parte de la construcción social de la realidad, de cómo los antepasados han legado un sin número de actitudes que en poco o nada nos hemos detenido a analizar, en donde muchas de las costumbres heredadas aún se conservan y hacen que una comunidad sea diferente de otra y en gran manera hemos sido afectados de diversas formas con todo aquello que nos rodea; tal es el caso de quemar ramo bendito a la hora de la tempestad o tirar el santo de la devoción al patio de la casa ordenándole que pase la lluvia o de lo contrario permanecerá tirado y se mojará. ¿Costumbres primitivas? Sin duda. Tradiciones heredadas que han evolucionado y al ser adoptadas por las comunidades han surgido cierto tipo de imaginarios, si entendemos éste como cerrar, llenar y trabajado desde la parte psíquica en sentido horizontal afectando todos los estadios del ser; de tal manera que se buscan mecanismos que fundamenten las fuentes estructurales de la conducta y en gran medida ir interpretando procesos socioculturales, socioeconómicos, políticos y religiosos. Si tenemos en cuenta que el inconsciente colectivo tratado como dador de significados en situaciones históricas y culturales definidas, la convierte en forjador de significados del universo en que vive y lo concibe.

Precisamos descubrir cómo aquellas significaciones afectivas que son movilizadoras de comportamientos sociales, por lo tanto si el imaginario de una colectividad, específicamente SAN ISIDRO ha creído en él, es decir su santo de la devoción, se tendrá todo un sistema de valores históricos que van a enriquecer las experiencias cotidianas, que esas ceremonias religiosas marcarán y definirán actitudes, sentimientos y cambios fundamentales en la vida social del hombre. Dice una de nuestras fuentes.

“Anteriormente, es decir, por la época de 1945 el síndico se llamaba ALEJANDRO TRÓCHEZ, éste llegó de Usenda Cauca con la familia, inicialmente faltaba confianza, creía que nadie le colaboraría en la fiesta que anualmente se venía realizando en honor a San Isidro, pero (nuestra fuente no recuerda cual era el nombre del anterior síndico) le infundió valor, así las cosas se lleva a cabo la fiesta y fue todo un éxito. Este se desempeñó por espacio de cuarenta años (40). Era celoso con las cosas sagradas de la Capilla, tenía vajilla, cobijas, cama, colchones, sábanas. Cuando el cura llegaba a la vereda no era necesario recurrir a nadie para que prestara algo, pero, como él se oponía a que la capilla fuera utilizada para otros menesteres, lo sacaron. Por lo tanto comenzaron a desaparecer las cosas, y en la actualidad no queda nada, agrega nuestra fuente, el finado Galo regaló 15 bancas para la capilla. Una de las funciones del Síndico era llevar la contabilidad de todo lo que entraba, es decir lo recaudado por conceptos de misas, festivales, etc.”

Todo un sentir religioso tiene un centro de gravitación, SAN ISIDRO, el santo. Por lo tanto considero vital comenzar por hacer una descripción de la efigie de SAN ISIDRO, esto con el propósito de ubicarnos en la realidad y no desconocer qué forma tiene la imagen que se venera en esta región y de la cual estaremos entablando un diálogo con los moradores de esta región. Conoceremos en qué medida SAN ISIDRO ha despertado un recuerdo desde las múltiples voces de los moradores de la vereda.

DESCRIPCIÓN DE LA EFIGIE DE SAN ISIDRO.

Se encuentra en una capilla, construida desde 1935 (antes construida en barro con techo de paja) está ubicada en el centro del caserío donde se encuentran alrededor de 50 casas de habitación, en este mismo sitio está ubicado el Colegio Agropecuario Máximo Gómez. Desde 2004 “INSTITUCIÓN EDUCATIVA AGROPECUARIA MÁXIMO GÓMEZ”

Es una talla pequeña de yeso, aproximadamente 1 metro de estatura, presenta el brazo derecho plegado hacia el pecho y el izquierdo sostiene una pala, de donde se coge ésta, es elaborada en madera fina y la pala en sí es elaborada en una especie de lámina fina. La figura se puede describir de la siguiente manera:

Cabello negro rizado y largo tapando las orejas, mirada fija en el horizonte, barba negra, cara perfilada; vestido de los siguientes colores: chaqueta café amarrada a la cintura con una correa de evilla, se dejan ver tres botones, el pantalón es de color verde botella, únicamente se ve hasta las rodillas el resto es tapado por las botas de color café.

Sobre el cuerpo descansa un arado elaborado con regleta fina cuya cogedera es elaborada en plástico de color negro, termina con la imitación de un arado manual. La sensación de ser un trabajador la da el cruce que se le da al carriel de color café, pasando por encima del hombro izquierdo atravesando por debajo del brazo derecho quedando cogida una capa de color negro. No tiene aureola. Esta efigie descansa sobre una base de madera color negro Está ubicado al final de la capilla en el centro dentro de una estructura elaborada en ladrillo y cemento imitando el arte colonial mezclado con Arte Romano. La taumaturgia atribuida a la efigie hoy, sin duda, testimoniada por los devotos favorecidos con algún milagro, no goza de fama que aureola a otras imágenes veneradas en regiones cercanas o distantes a la vereda. Para los habitantes ha primado el verso “SAN ISIDRO LABRADOR QUITA EL AGUA Y PONE EL SOL” costumbre que se tenía y la naturaleza obedecía cuando se recitaba este verso. Esto dio resultado hasta hace unos seis años atrás. “Eso es lo único que hemos conseguido de nuestro santo.”

Si creemos que la historia también hace a los hombres y modela su destino, entonces creemos que remotamente en la historia aún las piedras sin labrar tuvieron un significado simbólico para las sociedades antiguas y primitivas, se creía que las piedras naturales eran morada de espíritus o de dioses y fueron utilizadas como lápidas sepulcrales u objetos de veneración religiosa. Concluyendo que. “El hombre, con su propensión a crear símbolos transforma inconscientemente los objetos y formas en símbolos (dotándolos, por lo tanto de gran importancia psicológica) y los expresa ya sea en su religión o en un arte visual”

Continuando con la construcción de la historia regional, específicamente SAN ISIDRO, y permitiendo que desde las múltiples voces nos evoquen sus recuerdos, pasamos a verificar quienes fueron los primeros pobladores, partiendo desde el año 1930 hasta 1940, no sin antes recordar que: “La estructura social es la suma de tipificaciones, que mis relaciones con otros no son limitadas, que también se refiere a mis antecesores y sucesores, a los que me han sucedido y me sucederán en la historia social de mi sociedad.”

Son ellos: Germán Gutiérrez, Samuel Victoria, Juan de Dios Victoria, Justo Díaz, Cruz Trochez, Juan Bautista Pechené; Antonio Pillimue, Paola Valencia, David Realpe, Juan De La Cruz Tunubalá, Agustín Molina, Vicente Balcázar; Jesús Trochez, Juan Sarriá, Rafael Lara, Clemente Daza, Gregorio Daza, Apolinar Daza, José Quintana. Destacando que el señor Clemente Daza dona la tierra a la comunidad para la construcción de la escuela e Iglesia.

La vereda comprendía en aquellos tiempos desde el sitio llamado Matucha, hasta el sitio conocido como el lago, en ese entonces se distinguía con el nombre de GUADUALITO. Las veredas que la conformaban eran las siguientes: Veraneras, Concordia, San Isidro, Loma De Oso, Crucero Pan de Azúcar, San Roque, San Cristóbal, y Santa Bárbara, las dos últimas veredas (explica nuestra fuente) eran fincas a donde la gente se desplazaba a trabajar solamente en el día; de pronto puede surgir una pregunta: ¿porqué se utiliza tanto el nombre de los santos? Bueno, para casi todas las veredas; podríamos acercarnos a la respuesta en virtud de que la religión constituye ciertamente una de las más tempranas y universales exteriorizaciones del alma humana, así lo explica Carl Gustav Yung: “Hay multitud de ritos, instituciones y convicciones cuya finalidad es la defensa como mandalas rituales y sirven como modelos para la imaginación activa en la construcción del mandala individual.” Considerando que el 90% de los habitantes de esta vereda practican el catolicismo, dice John Fernely que:

“la gente se preocupaba más por ir a misa, sin tener en cuenta que les tocaba caminar hasta la cabecera del municipio, turnándose para asistir unos un domingo, otros el siguiente, además haciendo la siguiente acotación: se daba más atención a las ceremonias como confesarse, matrimonios, bautizos; éstos eran oficiados por dos sacerdotes que llegaban desde Popayán, los dos últimos días eran dedicados solamente a bendecir objetos como: rosarios o camándulas, cuadros de santos, todo cuanto objeto las personas

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