REFORMA Y CONTRA REFORMA

Aires de excesiva opulencia generan protesta

Dentro de la edad moderna se desarrollaron una serie de acontecimientos sujetos a escenarios donde el poder adquisitivo poseía más relevancia que un papel protagónico. Las monarquías aún no desaparecían, todo lo contrario, con cada siglo que pasaba sus raíces se alargaban para tomar el control de territorios vulnerables a transformaciones que llegarían de manera paulatina. Fueron muchos los intereses que giraban en torno al desmedido sistema político, económico y social instalado a lo largo y ancho de zonas empapadas con el pensamiento de la edad moderna, donde la ostentación actuaba como agente avasallante y seductor de los niveles más elevados en lo que a jerarquía real se refería. Esto, sin duda alguna lleva al auto cuestionamiento de diversos personajes que dejaron una huella indeleble en la historia universal. Los lujos y riquezas pertenecientes a las plataformas monárquicas que tomaban de una manera tortuosa las riendas de vastos territorios europeos, eran consideradas fortunas propias y características de una familia real, pero cuando la codicia tomó un giro algo inesperado y los niveles desenfrenados de fastuosas ritualizaciones invadieron territorios eclesiásticos, se desató una oleada protestante. ¿Vanidad o profanidad? Eran incalculables las interrogantes que poseían personas en la edad moderna al escudriñar una o varias razones que llevaran al papado a tener deseos monetarios en la cúpula donde supuestamente se ejecutaban actos ejemplares para ciudadanos cristianos. Es algo irónico, pero en la actualidad muchas de esas excesivas opulencias aún se mantienen vigentes dentro del Vaticano; el secretismo papal es uno de los mecanismos más criticados por masas culturales que mantienen en pié, estupefactamente, los pensamientos e ideas de una de las figuras icónicas dentro del ambiente reformista que impregnó la edad moderna, ideología que nació bajo la responsabilidad de Martín Lutero. Entonces… ¿Se puede deducir que las lujosas estructuras y actos donde la riqueza se manifiesta de manera estrafalaria, son herencias de un pasado nepotista? Indudablemente la basílica de San Pedro, principal núcleo del cristianismo, es uno de los mejores ejemplos de cómo los abusos financieros que se llevaron a cabo en la edad moderna dieron fruto a tan majestuosa estructura. Es realmente increíble que después de tantos siglos donde las fuertes críticas bombardearon al clero, aún los reflejos centellantes de ostentación se manifiesten dentro de un sistema religioso.

La corrupción no es una palabra nueva del siglo XXI, actos corruptos se suscitaron a lo largo de nuestra historia, y se mantienen vigentes en nuestros días. Quizás un alto número de personas coincidan en que lamentablemente aires de mafia y corrupción se estén inhalando dentro del papado eclesiástico. Son pensamientos libres, propios de un individuo humano. Es innegable aceptar que vivimos en un mundo de pecadores, por ello aquella cita de Jesús De Nazaret que dice: ´´El que esté libre de pecados, que lance la primera piedra´´, al parecer ha quedado plasmada en las hojas de la biblia sólo para recordar esa icónica escena donde María Magdalena fue la principal protagonista.

No se puede dejar a un lado los actos positivos que ha desarrollado el Vaticano durante estos últimos años, dentro de ellos se manifiestan las ayudas brindadas a instituciones que se encargan de mantener una educación a millones de niños desafortunados. Son actuaciones que se aplauden a simple vista, pero lo que realmente se critica del Vaticano es su manipulación indebida con respecto a los sistemas financieros que fomentan riquezas innecesarias dentro del seno papal. Si el clero renunciara y se desprendiera de toda ostentación, quizá la hambruna desaparecería por completo de territorio africano. Es un ángulo perspicaz de una situación que ha desencadenado

...