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ROMA, CENTRO DEL MUNDO


Enviado por   •  31 de Julio de 2020  •  Trabajos  •  1.999 Palabras (8 Páginas)  •  144 Visitas

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Roma centro del mundo.

        Discurso del dictador Camilo a los romanos, tras el asedio galo del 390 a.C., para que no abandonen la ciudad.

        No sin razón los dioses y los hombres eligieron este sitio (locus) para fundar una ciudad (urbs), unas colinas tan sanas (saluberrimi), un río a mano (flumen opportunum) por el que transportar los productos desde las zonas del interior y recibir el tráfico marítimo (maritimi commeatus), un mar cercano para nuestra comodidad (mari vicinum ad commoditates) y no expuesto por su excesiva proximidad al peligro de las flotas extranjeras (ad pericula classium externarum); en el centro de Italia (Italiae medium), en un enclave único hecho a propósito para el crecimiento de la ciudad (ad incrementum urbis natum unice locum).

        Tito Livio, Ab urbe condita (Desde los orígenes de la ciudad) V.54.4 (trad. José Antonio Villar Vidal, Biblioteca Clásica Gredos, Madrid 2002, p. 191).

        De interés para el comentario: contexto histórico (del autor y del pasaje), fuente documental, territorio, expansión romana, ubicación favorable.

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El presente texto forma parte de un documento historiográfico de carácter político. Se considera historiográfico debido a que su autor, Tito Livio, vivió en una época muy posterior (siglo I a.C. – I d.C.) a la que en el texto se desarrolla (principios del siglo IV a.C.), por lo que él escribe sobre un hecho que sólo pudo conocer por referencia a través de segundas o terceras fuentes, y puede que, dado el tiempo transcurrido entre el hecho aquí relatado y la época de Tito Livio, estas tampoco fuesen de primera mano, o sea, un testimonio escrito por algún testigo presencial, sino por alguien que hubiese tenido conocimiento de él a través de terceros. Respecto a su carácter político se debe a que en este discurso, el dictador Marco Furio Camilo, exhorta, arenga y trata de convencer a quienes son objeto del mismo, que aunque el epígrafe diga que es el pueblo romano, puede ser que en realidad se esté refiriendo a los miembros del Sanado Romano, para que no abandonen la ciudad tras el saqueo llevado a cabo por las huestes galas en su invasión de Roma del año 390 a.C.

La idea principal que del texto se extrae se trata de un panegírico, una loa a las excelencias de las condiciones geográficas, climáticas y estratégicas que la ubicación de la ciudad de Roma ofrece a sus habitantes como lugar idóneo elegido por los dioses para que el pueblo romano pueda crecer y desarrollarse aprovechando las múltiples ventajas que ofrece (la fértil campiña, las suaves colinas, el benigno clima, la conveniencia del cercano río como vía de comunicación comercial, tanto con el interior como con la costa, y la seguridad estratégica que le proporciona el estar a suficiente distancia del mar como para evitar ataques y asaltos marítimos repentinos, la centralidad de la comarca respecto al resto de la península itálica, etc.). Y como trasfondo de esta loa, está la idea de convencer al pueblo de Roma (o a los miembros del Senado, representantes y valedores del pueblo de Roma), para que no abandonen la ciudad, y si fuesen los senadores sus interlocutores, para que, con su ejemplo, eviten que cunda el desánimo y el temor entre la población de la ciudad y acaben por huir todos sus habitantes, dejando Roma abandonada a su suerte y a un futuro incierto.

El autor de este texto es Tito Livio, un ciudadano romano que nació y falleció en Patavium, actual Padua, y que vivió –como se ha mencionado– a caballo entre finales del siglo I a.C. y principios del siglo I de nuestra era. Tito Livio fue un historiador romano quien siendo todavía muy joven, 25 años de edad, se le encargó la tarea de ser preceptor de quien llegaría a ser el emperador romano Tiberio Claudio Cesar Augusto Germánico. Como historiador, la obra más relevante de Tito Livio es una historia de Roma que abarca desde su fundación, en el año 753 a.C., hasta la muerte de Nerón Claudio Druso, en el año 9 a.C.; obra denominada Ab urbe condita libri (también conocida como las Décadas). Originalmente, la obra constaba de 142 libros, divididos en décadas o grupos de diez libros, de los que solo 35 han llegado hasta nuestros días los numerados del 1 al 10 y del 21 al 45.

Como se ha mencionado al indicar la idea principal que este discurso político transmite, la de tratar de calmar y convencer al pueblo romano a permanecer en la ciudad y no huir al campo o a otras ciudades, parece lógico pensar que el dictador, realmente, se está dirigiendo a la clase patricia romana representada por los miembros del Senado Romano. No obstante, aunque el epígrafe previo al texto especifica que está dirigido al pueblo romano, en el párrafo en sí no se llega a identificar a los interlocutores del dictador de forma específica, por lo que cabe cuestionarse si realmente se trata de un discurso dado en un lugar abierto donde todo el pueblo romano pudiera escucharle o lo da en un ambiente más cerrado a los miembros del Senado Romano.

Concretamente, con sus palabras, el dictador Camilo está exhortando, a quienes fuesen sus interlocutores, a que no abandonen la ciudad y permanezcan en ella después de las nefastas consecuencias que el saqueo de las hordas galas había provocado en gran parte de la misma tras la derrota romana en Alia y su invasión del Lacio en el 390 a.C., y posiblemente también a causa de una epidemia de fiebres, herencia dejada por los galos, que estaría asolando Roma y causando una considerable mortandad entre sus ciudadanos. Probablemente, y basando este comentario en lo dicho anteriormente sobre que el discurso estaría dirigido a la clase patricia del Senado Romano, el dictador Marco Furio Camilo pensaría que si lograba convencer a los nobles senadores de que no abandonaran la ciudad y permaneciesen en ella, ellos, que disponían de recursos y villas donde poder irse a vivir y refugiarse fuera de los muros de la ciudad, tampoco lo harían el resto de ciudadanos romanos, evitando así la debacle social y económica de la ciudad y, posiblemente, su ruina y desaparición.

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