EL HOMBRE COMO EL CENTRO DE SU PROPIO MUNDO

EL HOMBRE COMO EL CENTRO DE SU PROPIO MUNDO

El humanismo es un movimiento intelectual, filosófico y cultural que nace en Italia en el siglo XV, se caracteriza por el estudio de la persona vista como un todo, partiendo de la idea de que los seres humanos somos innatamente buenos. El humanismo considera que el ser humano es proactivo, es capaz de construir su humanidad con sentido y significado partiendo de su libertad, responsabilidad y autonomía.

Así mismo, el humanismo concibe al hombre como el único organismo con la capacidad de elegir, de adaptarse y cambiar de acuerdo a sus motivaciones y proyecto de vida. Los procesos de cambio son una evolución natural y necesaria de cada ser humano basado en la interacción con el medio ambiente y consigo mismo, todo esto bajo la premisa de que el ser humano este guiado por sus motivaciones y emociones lo que hace que el ser humano centre su conducta en lo que defina como sus prioridades.

Teniendo el ser humano esta capacidad de elección y de ser proactivo guiado por motivaciones y emociones se puede decir que el hombre tiene las herramientas necesarias para llegar a la autorrealización, y es que todos, en algún momento de nuestras vidas hemos experimentado momentos de plenitud y dicha tras la satisfacción de una serie de necesidades a los que Maslow denomino “experiencias cumbres” vivencias que se dan al alcanzar una autorrealización.

Considero que cada uno de nosotros, o al menos la mayoría, nos hemos planteado unas metas o unos objetivos que queremos alcanzar a lo largo de nuestras vidas y que están guiadas por nuestras fuerzas intrínsecas (motivaciones y emociones), gracias a nuestra capacidad de elección podemos decidir que es lo que queremos hacer fijar nuestras prioridades y encaminar todas nuestras acciones y esfuerzos a la consecución de esas metas.

Por lo anterior, se puede decir que el humanismo nos pone como el centro de nuestras vidas dejando en otro plano a Dios que era considerado como el centro de todo, pues el humanismo nos hace responsables de nuestros propios actos, siendo seres pensantes y con capacidad de razonamiento podemos discernir entre lo bueno y lo malo, lo necesario y lo banal.

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