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ROMPER EL MANDATO DE SILENCIO: Experiencias de las hijas y ex hijas de represores en Argentina

Florencia IbañezTesis29 de Noviembre de 2022

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ROMPER EL MANDATO DE SILENCIO:

Experiencias de las hijas y ex hijas de represores en Argentina

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ISFD Nº 45 “Julio Cortázar”

Carrera de Historia. 


Investigación Histórica II

 2022


Profesor: Cersósimo Facundo

Estudiante: Ibañez Florencia

ÍNDICE

Introducción …………………………………………………………………….. 03

Estado de la cuestión ……………………………………………………………. 08

Capítulo 1: El avance de la derecha ……………………………………………. 10

Capítulo 2: La ex hija: “No le permito ser mi padre”   ………………………… 13

2.1 “No seré la heredera del horror”: Procesos de desafiliación legal …………..

2.2 Genealogías de mujeres desobedientes ……………………………………..

Capítulo 3: Las hijas desobedientes …………………………………………….. xx

Conclusiones …………………………………………………………………….. xx

Bibliografía y fuentes ……………………………………………………………. xx

Introducción:

Hacia mediados de 1995 en Argentina, comienzan a darse una serie de acontecimientos que contribuyeron a que en la esfera pública emergieran reflexiones y polémicas en torno al período dictatorial que habían pasado por una etapa de relativo silenciamiento. En febrero de 1995 el periodista Horacio Verbitsky publica El vuelo con las declaraciones del ex Capitán de Corbeta Adolfo Scilingo, quien amparado por las leyes de impunidad confesó haber arrojado civiles al Río de La Plata, durante los denominados vuelos de la muerte. En abril el Comandante en Jefe del Ejército, el General Martín Balza realizó la primera de sus autocríticas por las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura, aunque sin aportar datos, ni pruebas que ayudarán en la construcción de la verdad. En los medios de comunicación en vivo y en directo, represores y torturadores eran invitados a los canales de aire a dar su visión sobre los ’70. Genocidas como Massera, Etchecolatz, Simón o Astiz se paseaban por los medios de comunicación. En este contexto se gesta la formación de una nueva agrupación de derechos humanos con particularidades propias, pero relacionada fuertemente con las consecuencias que produjo la última dictadura militar. La aparición de HIJOS (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) marca, a nuestro entender, una nueva etapa en la lucha por los derechos humanos y en la resignificación de la historia reciente. El surgimiento de la agrupación., en 1995, debe ser enmarcado en un contexto por demás complicado para las organizaciones sociales y políticas, y en particular para quienes impulsaban acciones a favor de los derechos humanos prácticamente la totalidad de los militares y civiles que participaron en la represión estatal quedaron absueltos y libres en la democracia, a instancias de leyes parlamentarias dictadas durante el gobierno de Raúl Alfonsín (Ley de Punto Final, en febrero de 1987; y Ley de Obediencia Debida, en mayo de 1987) y de los indultos del presidente Carlos Saúl Menem, en octubre de 1989 y diciembre de 1990.

En cuanto a su estructura H.I.J.O.S estuvo integrada inicialmente por los hijos de detenidos-desaparecidos, ex presos políticos, exiliados durante la última dictadura militar en Argentina y, posteriormente, por jóvenes que comparten con ellos los puntos básicos del movimiento y que no necesariamente son familiares de las víctimas de la dictadura. En varias provincias y ciudades ya se han conformado agrupaciones “regionales” del  colectivo, con lo que éste logrará alcanzar una instancia de coordinación general en una Red H.I.J.O.S Nacional. Desde su nacimiento, dicho grupo mostró formas de organización y protesta que renovaron los discursos y las prácticas participativas existentes, iniciando así una nueva etapa en la lucha por conservar la memoria y alcanzar la justicia con respecto a las violaciones de los derechos humanos en Argentina. Tanto el modo de organización (la horizontalidad y el consenso, en tanto formas de funcionamiento) como sus prácticas (en las que se destaca el escrache como herramienta de protesta social) deben ser enmarcados en una visión propia y original de la política y la historia, nacida en un contexto de alta conflictividad social.

Durante el proceso de investigación para el desarrollo del presente trabajo hemos notado la existencia de una suerte de jerarquía en la reconstrucción de las experiencias represivas correspondiente a  la última dictadura. Esta jerarquía está organizada según los grados de sufrimiento de la víctima; existe una cierta atribución de prioridades y de asignación de significatividad social y política según la cual se adjudicaría un primer lugar a los desaparecidos y muertos en la represión, luego a los sobrevivientes de los centros clandestinos de detención, los presos políticos y los familiares de desaparecidos y muertos y, en último lugar, a los exiliados. En las últimas décadas obtuvieron un lugar importante en esta jerarquía los hijos,sobre todo luego del surgimiento de la agrupación H.I.J.O.S.

En torno a los victimarios, los familiares de militares o policías se constituyeron en grupos de denuncia, éstos solo fueron defensores o hasta reivindicativos de los realizados por sus parientes. Se construyó la figura de oficiales y soldados “destacados” o “caídos” en la “lucha contra la subversión”, lo que en democracia se convirtió en Familiares y Amigos de Muertos por la Subversión (FAMUS) y, posteriormente, en Memoria Completa.

En los últimos comenzaron surgir nuevas voces que dieron luz a las experiencias de familiares de represores que repudian el accionar de sus parientes durante el terrorismo de Estado. Nacieron así,agrupaciones como Hijos e Hijas de Genocidas por la Verdad, la Memoria y la Justicia o la más reciente Historias desobedientes. En este sentido, el presente trabajo tiene como objetivo principal analizar las experiencias de las hijas de represores que se atrevieron a romper con el pacto de silencio familiar y repudiar públicamente las aberraciones que cometieron sus padres durante la última dictadura. Para llevarlo a cabo, es necesario tener en cuenta una serie de objetivos secundarios. En primer lugar, nos proponemos abordar las narraciones referidas a la vida familiar junto a sus padres y el recuerdo de los años en los que tuvo lugar la dictadura desde el hogar paterno. Asimismo, analizaremos el periodo de la toma de posición contraria al accionar de su progenitor y el proceso de elaboración a partir de su posicionamiento crítico. Finalmente, describiremos cómo fue la reacción de sus familiares y de sus progenitores a partir de su posicionamiento, analizaremos este desenlace a partir del concepto de desviados que plantea el sociólogo Howard Becker en su libro Outsiders (2014) .

La hipótesis de este trabajo consiste, entonces, en demostrar que dicha filiación tuvo impactos diferentes en las experiencias de aquellas hijas y que esto tuvo incidencia en la forma en la cual decidieron organizarse para repudiar el accionar de sus progenitores.

Nuestra investigación se centra únicamente en las hijas de represores debido a que fue este el género desobediente. Es decir, son las hijas mujeres quienes lideran las agrupaciones que repudian el accionar de sus progenitores y cuestionan los legados familiares y el mandato de silencio. El colectivo Historias desobedientes ha elegido marchar en reiteradas ocasiones contra la violencia machista, en el marco de las manifestaciones del Ni una menos. Suceso que evidencia el compromiso y el posicionamiento político del colectivo contra el patriarcado y sus violencias. Siguiendo esta línea, el presente trabajo se inscribe desde una perspectiva de género para abordar los relatos de las vivencias de las hijas y ex hijas, comprendiendo su resistencia como parte de la lucha feminista. De esta manera, suscribimos a las palabras de la politóloga Pilar Calveiro: “La resistencia de las mujeres también puede realizar recorridos imprevisibles, capaces de encontrar y crear líneas de escape, fugas, vectores que les permiten, en lugar de sobrevivir y encontrar resquicios dentro de las relaciones de poder masculinas, abrir verdaderas fisuras y ‘salir’ hacia un lugar otro…” Calveiro (2005). Consideramos que las irrupción de estas mujeres como actor social, fue posible gracias al movimiento feminista con sus cuestionamientos a la naturalización patriarcal de los lazos de sangre y la institución familiar como un espacio de felicidad. Además al momento de romper las cadenas de ese padre opresor se abrieron numerosos lazos de sororidad entre ellas.

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