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Radicalismo Y Peronismo


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2012  •  7.106 Palabras (29 Páginas)  •  916 Visitas

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Introducción

A continuación procederemos a redactar un informe, haciendo hincapié en las diferencias entre el justicialismo, comúnmente llamado peronismo debido a su exponente argentino, el presidente Juan Domingo Perón, y su doctrina política opuesta, el radicalismo. Para ello tendremos en cuenta los principios doctrinarios de ambas ideologías, intentando compararlas y contrastarlas.

El contexto histórico, en el que surgieron estos movimientos, fue en a mediados del siglo XX, en Argentina, país que vio el origen de ambos partidos, así como sus respectivos auges.

Nuestros objetivos, a la hora de hacer este informe, son seleccionar, analizar y sistematizar información proveniente de diferentes fuentes y corrientes historiográficas, reconocer los principios doctrinarios de los partidos políticos previamente mencionados, incluyendo sus respectivos orígenes, diferenciar y comparar principios doctrinarios, teniendo en cuenta el contexto de su origen y extraer conclusiones utilizando recursos argumentativos.

Desarrollo

I. Origen de ambos movimientos políticos

I.I. Origen del peronismo por el peronismo

A continuación procederemos a relatar el origen del partido justicialista utilizando una fuente que concuerda con la ideología de dicho partido y una que es contraria al mismo.

Según la página web cuyo autor es perteneciente al partido justicialista las causas por las cuales surgió el partido al que adhiere son múltiples. La crisis mundial de 1930 se reflejó en nuestro país como en un espejo, causando que la "clase dirigente" hiciera un replanteo de sus intereses (confundiendo estos con los del país), negociando con Inglaterra un vínculo más estrecho mediante el tratado Roca-Runciman, uno de cuyos gestores confesó esta encubierta verdad: "que constituíamos una parte del Imperio Británico" (desde el punto económico). La sociedad cambiaba: se acrecienta el proceso de desarrollo industrial y lentamente, el nuevo papel proteccionista del Estado, es decir, nuestro camino hacia el Estado benefactor al que finalmente llegamos. La industrialización que luego sucede no es llevada a cabo por un sector autónomo, sino en gran medida por la misma oligarquía terrateniente que con gran talento político opera en tres frentes: en la sustitución del gobierno popular de Yrigoyen; en la renegociación con el imperio Británico sobre la nueva forma de relación dependiente; y en el hecho que se inserta en el proceso productivo industrial con grandes inversiones.El sistema empieza a cuestionarse con mayor intensidad por diferentes sectores sociales.

La década del ‘30 presencia el acelerado agotamiento del radicalismo como movimiento popular. Sus revoluciones fracasan, y en las elecciones le gana siempre la oligarquía fraudulenta. Mientras crece la industrialización, surge una nueva clase trabajadora.

En el mes de junio de 1935 surge dentro de la Unión Cívica Radical, la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA) uno de los precedentes ideológicos más importantes del peronismo, que propugnaba el retorno a la línea nacional y popular del federalismo y del yrigoyenismo, siendo sus banderas de pronunciamiento "la soberanía popular, la soberanía nacional y la emancipación del pueblo argentino". Y sus consignas "Patria, pan y poder al pueblo". No obstante, la falencia de FORJA está dada en que su pensamiento no trasciende la ideología de la clase media; no consigue ligarse al trabajador argentino. Estos debían esperar aún el gran movimiento de masas para canalizar sus necesidades de justicia y cambio social.

Se produjo un nuevo ordenamiento jurídico, empezando por la Carta Constitucional, y la nueva ideología de las masas nacionales. El radicalismo fue trabado desde adentro por el grupo antipersonalista y desde afuera por el Régimen y el capitalismo extranjero. Respetó los valores, el status-quo del liberalismo y fue integrado al sistema, hasta quedar convertido en uno de los partidos políticos de régimen fraudulento de la década infame que decapitó el golpe de Estado el 4 de junio de 1943, fecha en la cual surge el Estado Justicialista ya que la crisis del liberalismo era irremediable..

El eje conspirativo del levantamiento fue el GOU (Grupo de Oficiales Unidos). Este grupo trata de lograr la unidad de la oficialidad, desgastada por la política fraudulenta que se venía practicando desde la presidencia del Gral. Justo y levantaba un programa de nacionalismo económico y depuración administrativa. El presidente Castillo había resultado impotente para detener la marea revolucionaria. El Gral. Rawson toma posesión del gobierno, pero es reemplazado de inmediato por el Gral. Pedro Pablo Ramírez, Ministro de Guerra de Castillo, afín al GOU. El ejército que estaba detrás de la revolución de junio pronto se definió: era antioligárquico, antiliberal y anticomunista. Sospechado de fascista por el sistema, la revolución pretendía ser profundamente transformadora, especialmente en su sentido moral y humanista y no estaba destinada a cambiar hombres o partidos, sino a cambiar el sistema. Su objetivo fundamental era la lucha por la soberanía y la unión americana practicando un nacionalismo defensivo ante ciertos países anglosajones mientras propiciaba una política de industrialización fundada en razones de seguridad. Coincidía en esto con los intereses de la burguesía nacional industrialista, ávida de proteccionismo estatal.

Juan Domingo Perón, por aquellas épocas adherente al GOU, es quien pone al descubierto la explotación y sumergimiento de los trabajadores en el plano social y la necesidad de la justicia social.

Es comúnmente dicho que Perón afrontó todos los riesgos: los enemigos de adentro y de afuera, ambos muy poderosos. Perón sostenía que sólo el Estado puede estar en condiciones de regular las relaciones sociales es decir, que el Estado que era el adecuado para la Argentina era el llamado Estado benefactor. Organiza la política salarial, pone en marcha la estructuración de los antiguos y nuevos sindicatos; crea el nuevo régimen provisional (de jubilaciones y pensiones), los Tribunales del Trabajo, el Consejo Nacional de Previsión Social, hace sancionar el Estatuto del Peón y la legislación

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