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Peronismo

Coyote_Jr13 de Abril de 2014

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Autoritarismo Populista y Democracia: Autoritarismo Populista y Democracia: Autoritarismo Populista y Democracia: Autoritarismo Populista y Democracia:

El Caso del Peronismo El Caso del Peronismo El Caso del Peronismo El Caso del Peronismo

Carlos Sabino Carlos Sabino Carlos Sabino Carlos Sabino

En su monumental obra sobre el fascismo, Stanley Payne manifiesta que el peronismo argentino presenta algunas similitudes con ciertos regímenes sincréticos, semipluralis tas y autoritarios, "que se esforzaron por lograr la creación de movimientos semifascistas y semiburocráticos desde arriba hacia abajo, pero que normalmente fallaron en esa empresa." Considera a estos sistemas como parte de los modelos nacional modelos nacional modelos nacional modelos nacional

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autoritario autoritario autoritario autoritario s s s s que constituyeron la forma política más común que ha existido en el siglo XX y dentro de la cual cabe incluir, como expresiones extremas, al nazismo y al fascismo italiano.

Si bien estas semejanzas habían sido percibidas desde largo tiempo atrás

- en primer lugar durante la

propia emergencia del peronismo en la Argentina de los años cuarenta

- es más frecuente calificar a este movimiento como uno de los mayores exponentes del populismo latinoamericano populismo latinoamericano populismo latinoamericano populismo latinoamericano . . . . No todas las expresiones de este populismo, sin emb argo, pueden clasificarse con seguridad entre los modelos nacional

- autoritarios mencionados al comienzo: existen variantes más democráticas y menos nacionalistas que las propulsadas por Perón y, por lo tanto, es preciso reconocer que se produce cierto sola pamiento entre ambas denominaciones. En todo caso, el analista debe estar siempre preparado para admitir que los regímenes políticos no pueden clasificarse de un modo tan claro y sistemático como, por ejemplo, las especies biológicas. Por eso convendría ac eptar, como punto de partida, que el peronismo argentino, aun siendo obviamente una forma de populismo, puede encuadrarse también dentro de ese nacionalismo autoritario que tanta importancia cobró durante la primera mitad del siglo XX.

Es importante se ñalar, además, que cuando hablamos de populismos latinoamericanos latinoamericanos latinoamericanos latinoamericanos no lo hacemos así por razones exclusivamente geográficas o culturales. Existieron otros populismos que se diferenciaron claramente de los que nos interesan porque fueron movimientos distinto s en su conformación y sus objetivos, no por haber surgido en contextos nacionales distintos. Nos referimos, por supuesto, a los antecedentes rusos y norteamericanos que se registraron hacia finales del siglo XIX y comienzos del XX. Estos fueron movimiento s de predominante base rural, que no llegaron a triunfar, y que pasaron de un modo relativamente fugaz en la evolución política de ambas naciones. En América Latina, en cambio, el populismo se caracterizó por su base urbana y floreció varias décadas más ta rde, condicionando de un modo muy marcado el entorno político de muchos países durante un largo período, hasta el punto en que

pudiera decirse que aún hoy aparece como un resabio todavía identificable en ciertos gobiernos que el analista superficial puede considerar como encuadrados en otras corrientes ideológicas.

1. El Derrotero del Peronismo 1. El Derrotero del Peronismo 1. El Derrotero del Peronismo 1. El Derrotero del Peronismo

Una de las singularidades del peronismo es la peculiar combinación de apoyos que lo sustentó. Hasta 1945, el entonces Coronel Juan Domingo Perón

- Secretario de T rabajo de un régimen militar surgido del

golpe de Estado de 1943

- desarrolló una amplia labor encaminada a organizar nuevos sindicatos, principalmente con los migrantes rurales que llegaban en gran número a las ciudades. Consolidó así una base política que , luego de diversos incidentes que no podemos detallar aquí, le permitió ganar las elecciones de 1946 contra un frente formado por todos los partidos tradicionales de la Argentina: conservadores, radicales, socialistas y comunistas. Ya Perón había logrado que los militares, en general favorables a sus actitudes nacionalistas, cerraran filas alrededor de su figura, conformando entonces una alianza singular entre sindicalismo y militarismo que no volvería a repetirse en Latinoamérica.

El primer gobierno d e Perón, si bien surgido democráticamente, desarrolló de inmediato algunos elementos autoritarios y personalistas bastante marcados: la oposición fue perseguida, aunque los partidos pudieron seguir funcionando con ciertas restricciones, se intervino decisi vamente en muchos asuntos que hasta entonces habían quedado fuera del ámbito del control gubernamental y, en 1949, se modificó la constitución para permitir la reelección presidencial. Perón fue reelegido en 1952, en elecciones relativamente libres pero qu e restringieron la labor opositora, pero de allí en adelante el apoyo popular que recibiera fue mermando bastante aceleradamente. La deteriorada situación económica, producto de la propia política intervencionista de su gobierno, debilitó la aceptación que en otro tiempo tuviera, en especial entre los sectores medios, y le alienó buena parte del apoyo anterior. Su conflicto con la Iglesia, generado entre otros motivos por su ambición ilimitada de poder, lo fue distanciando también de una buena parte de la o ficialidad

de clara orientación católica

- hasta que, en 1955, un golpe militar

con considerable apoyo popular alcanzó a derrocarlo.

Perón emprendió el camino del exilio mientras su movimiento era ilegalizado y perseguido. Muchos años después, sin emb argo

- en 1974

- volvió al poder por medio de elecciones libres. Su último gobierno fue breve, ya que murió a los pocos meses de asumirlo, y estuvo signado por una pugna feroz entre las diversas fracciones en que se había fragmentado el movimiento. De allí e n adelante, y especialmente luego de 1983, cuando Argentina retorna a la democracia, el peronismo atravesó por un proceso de redefiniciones que lo modificó profundamente, en una interesante y compleja evolución política a la que apenas si podremos referirn os en estas páginas.

2. Características del Peronismo 2. Características del Peronismo 2. Características del Peronismo 2. Características del Peronismo

El primer gobierno de Perón constituyó una expresión de populismo que luego se volvería casi paradigmática. Entre sus características principales cabe destacar las cuatro siguientes: su oposición al status quo , el tercerismo, el nacionalismo económico y el personalismo. El peronismo surgió como un movimiento hasta cierto punto revolucionario revolucionario revolucionario revolucionario que enfiló su critica contra la política tradicional, contra el dominio de la "oligarquía terrateniente y el i mperialismo" engarzando este mensaje de cambio con una prédica nacionalista, donde las metas de justicia social y de apertura de espacios de poder para quienes se

sentían marginados resultó fundamental. Como tal, el peronismo significó la introducción de u na nueva presencia en el sistema político del país: renovados y extendidos sindicatos

que ya no respondían

ideológicamente al marxismo o al anarquismo

- , masas populares en directo apoyo de su líder, una ruptura de forma y de fondo con la república que hab ía estado vigente hasta 1930. Esta frontal oposición a lo establecido revivió en los años en que el movimiento quedó marginado de la vida política argentina (1955

- 1973), aunque ya bajo formas más próximas a las de los clásicos movimientos insurreccionales marxistas.

E l

tercerismo tercerismo tercerismo tercerismo , como posición ideológica, representó una confusa amalgama de posiciones contrapuestas. A pesar de esta imprecisión fundamental, o quizás tal vez gracias a ella, el peronismo

como el populismo en general

- logró concitar el apo yo de amplios sectores populares y aún de una fracción no desdeñable de la intelectualidad. En un contexto en el que capitalismo y socialismo se enfrentaban de plano en un combate ideológico incesante, y donde las dos grandes potencias del mundo estaban co mprometidas en la Guerra Fría, el mensaje populista trató de navegar entre las aguas de los sistemas contrapuestos, elaborando fórmulas que, si bien carecían casi siempre de un contenido preciso o aún de viabilidad práctica, resultaban impactantes y capace s de movilizar los sentimientos y las energías latentes en amplios sectores de la población. Perón se llamó a sí mismo "justicialista", apelando a un nuevo término con el que reclamaba la originalidad de no ser ni capitalista ni socialista, mientras enfati zaba

como eje de su prédica

- el vago concepto de "justicia social".

A pesar de las indudables semejanzas de algunas de sus políticas con el socialismo, el peronismo trató de poner distancia con las propuestas fundamentales del marxismo: no propició l a lucha de clases, aunque la admitió en parte como recurso instrumental, y no se reivindicó como expresión política del proletariado sino apenas de unos "descamisados" que, en definitiva, nunca se perfilaron conceptualmente con nitidez. Abogó por una econo mía mixta, sobre la base de una propiedad privada restringida,

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