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Reinado de Felipe "el hermoso"


Enviado por   •  9 de Octubre de 2016  •  Reseñas  •  726 Palabras (3 Páginas)  •  261 Visitas

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EL REINADO DE FELIPE EL HERMOSO

La catástrofe y la muerte de Federico II, concluyeron la lucha secular entre el papado y el imperio, El poder universal que ejerce la iglesia resulta incontestable.
El emperador  de Bizancio, se declaraba dispuesto a reconocer la primacía de Roma, y Gregorio X, hizo proclamar, el fin del cisma que dividía a la cristiandad desde hace 3 siglos. Esto fue el triunfo y el sueño. La iglesia griega estaba harto profundamente enraizada en el sentimiento religioso y en las tradiciones nacionales de los cristianos de Oriente, para conseguir en someterse al yugo de los latinos.
El papado sólo llegó a su apogeo para ver fracasar sus grandiosos planes de atraer a los griegos de la unidad y de reconquistar el sepulcro cristo.
La lucha contra el emperador había llegado a su fin. La creación del colegio de cardenales había puesto fin a esas prácticas y asegurando la libertad de elección, poniéndola al abrigo de los desórdenes callejeros.

Francia carece de esa gran fuerza que comunica a la Inglaterra de las postimerias  de la Edad Media un carácter ya tan moderno. Posee el incomparable prestigio de su re, todo lo que se ah conseguido se debe a la realeza. Ésta la liberó del particularismo feudal, la defendió contra el enemigo de fuera, protegió sus ciudades y le suministro instituciones financieras y administrativas que protegieron al pueblo contra la violencia y la exacción. Francia encontró la protección del Rey.
Felipe (IV) el Hermoso, tría al subir al trono una nueva aportación al reino, continúa la tradición de sus antecesores. Los reyes gobiernan en su corte, y todos los miembros de su círculo habitual conocen los asuntos y propósitos de la realeza. No ocurre lo mismo con Felipe, bajo su reinado las actitudes reservadas substituyen a la antigua familiaridad palaciega.  Felipe es la mejor prueba de las novedades que con él se introducen en el ejercicio del poder monárquico. El rey es tan fuerte que puede permitirse el lujo de confiar en los asuntos más importantes a unos hombres obscuros y al mismo tiempo garantizándole de su fortuna escaza y de la esperanza de aumentarla sirviéndole con fidelidad. Todos los hombres llamados al gobierno, encargados de misiones diplomáticas o empleados en le manejo de la hacienda pública por Felipe, poseen toda su confianza y son los únicos iniciados en sus propósitos.

La política de Felipe se caracteriza por la violencia fría y la absoluta falta de escrúpulos. La consideración exclusiva de los intereses de la corona substituye al ideal de la justicia y de la caridad. Al aumento constante de su fuerza, el poder ah llegado a no tolerar obstáculos y justificar los medios que emplea para el cumplimiento de los fines que se propone.


Los acontecimientos originaron la crisis que iba dar un golpe de muerte a ese poder arbitral, el papado se arrogaba sobre los príncipes y los pueblos, por el hecho que pertenecían a la iglesia.
A punto de enfrentarse Felipe y Eduardo I habían rivalizado en preparativos militares, y como consecuencia en gastos, habían abrumado de impuestos los bienes de la iglesia.
El conflicto que empezaba, los reyes que violaban la tradición.
Felipe el Hermoso continuo todavía algunos años amedrentando al papa. Después de haberle arrancado en 1312 la condenación de los templarios, cuyas riquezas codiciaba. En teoría las presiones del papado permanecían intactas.
En política solo debe ser considerado el resultado práctico, y éste ha sido más decisivo y sobre todo más rápido. En el choque de la iglesia con el Estado Nacional este había demostrado ser el más fuerte. El papado vacilaba sobre las ruinas de del poder imperial que había abatido.
El siglo XIII contempló a la vez su más alto poder y su caída. El alto ideal que había concebido durante una época de civilización agrícola y de régimen feudal no correspondía ya a las realidades sociales. La fe continuaba siendo viva ya tan general como antaño. Pero los hombres no veían ya en la Cruzada más que una quimera irrealizable, porque los progresos del comercio y la vida urbana habían modificado profundamente las costumbres y el modo de vivir. Durante el breve intervalo del reinado de San Luis, la política cristiana pudo realizarse. Constituye también el más hermoso momento del siglo XIII, una calma en esa tempestad continua en que las fuerzas tumultuosas de la vida arrastran a la humanidad.

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