Felipe Gay

Problema residual. La revelación de los convenios para construir la planta de tratamiento de aguas residuales tensaron las relaciones entre autoridades y minera. Cerro Verde necesita los desagües para sus nuevas operaciones. Asumirá la mayoría de gastos, pero los alcaldes le piden que financie todo.

Juan Carlos Soto

Es la tercera productora de cobre del país. Sociedad Minera Cerro Verde (SMCV) explota a tajo abierto ese mineral y molibdeno a 30 kilómetros de la Ciudad Blanca. Arequipa ha tenido un vínculo de amor y odio con esta empresa minera dominada mayoritariamente por la norteamericana Freeport-McMoRan Copper & Gold. Las relaciones se tensaron cuando se elevó la cotización de los minerales y aumentaron las ganancias de las mineras en el país. Contra ella se lanzan acusaciones de que contamina el medio ambiente y que paga menos impuestos por los contratos de estabilidad tributaria, beneficio que permite reinvertir utilidades y tributar menos al fisco.

En el inicio del segundo gobierno aprista (2006-2011) estalló un conflicto social. El incendio se apagó con una mesa de diálogo. Ahí Cerro Verde se comprometió a construir una planta de agua potable para suplir las necesidades de los nuevos asentamientos humanos de la ciudad que carecen del servicio. La obra se entregó el año pasado, la inversión se estimó en S/. 259 millones. Con el aporte voluntario- 2.5% de las utilidades- se concretaron decenas de proyectos financiados con más de S/. 300 millones. Intercambios viales, relleno sanitario, puentes y otros trabajos de menor trascendencia lucen pintados de naranja y vivos verde, colores institucionales de la transnacional. Los arequipeños ironizan con su poder fáctico. Le llaman “el verdadero alcalde de Arequipa”.

SMCV plantea ampliar sus operaciones. Eso significa triplicar la producción de 120 mil a 350 mil toneladas de cobre al día. Se trata de una inversión de US$ 4,400 millones. El procesamiento del mineral en esas cantidades demanda un metro cúbico más de agua. Sus operaciones actuales consumen una cantidad similar que lo toman del Chili, el principal río de la ciudad, saturado por las demandas de varios usuarios: agro, energía, uso poblacional, etc. En 2011, la mina planteó construir la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR), que estará ubicada dentro de la concesión minera (Enlozada). En esa infraestructura se tratarán todos los desagües de la ciudad y el recurso recuperado lo destinarán a la operación minera. Esta solución pondría fin a un dolor de cabeza de los arequipeños de hace tres décadas: la descontaminación de su río, cuyas aguas irrigan sembríos que consumen en sus mesas. Además hay un incremento de enfermedades gastrointestinales por el consumo de alimentos contaminados, según estadísticas oficiales de Salud.

Cerro Verde asumirá el sistema de tratamiento,

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