Reseña obra de Francisco Encina

Reseña de la obra de Francisco Encina.

En el texto presente el profesor Santiago Lorenzo analiza la obra y vida de Encina en torno a sus métodos historiográficos, el cual introdujo notables contribuciones e innovaciones en torno a un método intuitivo y psicológico del análisis Histórico como una estrategia para una representación acertada de la Historia, distanciándose de los Historiadores decimonónicos.

Desde pequeño Encina fue educado y de una familia pudiente que le permitía llegar a un mayor nivel intelectual, leyendo a variados intelectuales de la modernidad europea como Hobbes, Kant o Hegel. Fue egresado del Liceo de Talca como un distinguido alumno en humanidades, posteriormente se desempeñó como abogado por un corto período pero se decidió posteriormente por dedicarse a la agricultura obteniendo ahí gran fortuna y vitalidad. Asimismo tuvo participación política como diputado diputado a los 32 años en donde tenía gran interés en asuntos económicos. En su estancia en la Universidad de Chile se cultivó constantemente con hombres de renombre como Barros Arana, creciendo su interés por la Historia y suponiéndose que continuarían trabajando la Historia General de Chile. Si bien era un intelectual que escribió hasta entonces libros en temas como la economía y literatura, en ningún momento se atisbaba su futuro como historiador. Sin dudas tuvo un preparación premeditada para ello y su experiencia profunda en el campo chileno condicionaba una manera particular de ver la Historia en Encina, como propietario era su mayor inspiración e interés este trasfondo campesino.

Es en su obra principal, “La Historia de Chile” donde Encina consumó toda su visión e interpretación de la Historia, rodeándola de un aspecto moral y nacionalista, como su admiración de la naturaleza chilena. La gente que lo conoció lo consideraba de gran inteligencia y amigable, tuvo Encina una gran fecundidad intelectual en su edad ya madura empezando a escribir su Historia de Chile a los 60 años. Un notable aporte de su obra es realizar una crítica hacia los historiadores decimonónicos, dando cuenta que  se dedicaban a amontonar documentos sin mayor entendimiento del suceder, y que fueron sesgados por sus pasiones políticas, tales como Vicuña Mackenna e Isidoro Errázuriz, también criticando a la Historia Filosófica de Lastarria, por lo que tiene una objeción general a la forma de hacer Historia del Siglo XIX. Le parecía a Encina que ni la fría investigación de la Historia narrativa, ni la ilusión política/religiosa de la Historia filosófica lograban una representación equilibrada de la Historia, en cambio Encima tenía gran interés en la psique de los sujetos Históricos, en sus pensamientos, aspiraciones, sentimientos etcétera, en el fondo el Historiador para Encina tenía que ser capaz de comprender las mentes de los sujetos en la Historia, teniendo importancia la intuición e imaginación. A diferencia de Arana no se propone a relatar todos los hechos, sino a seleccionar concienzudamente los considerados más representativos y realizar un análisis en torno a momentos de vivacidad en los sujetos sociales y sus acciones en la Nación, haciendo una consonancia entre las mentalidades del pasado y las inquietudes del presente.

La raza, la nación es para Encina un aspecto fundamental que condiciona la Historia y las formas de pensar y actuar.  También da importancia al espacio, presentando al territorio chileno como “difícil de aprovechar”, especialmente por “razas débiles”. Es muy cuidadoso al tratar la Independencia y sus actores, analizándolos de manera más humana con defectos y virtudes, a diferencia de la visión idealista de alguien como Vicuña Mackenna. Presenta Encina a Portales como una figura fundamental que establece una moral y un alma nacional profunda. Las luchas por la libertar de los años 1820s por los pipiolos, nuestro Historiador las interpreta como una inmadurez total que deforma la libertad con bases poco sólidas, a diferencia que los decimonónicos las veían como luchas por la libertad auténtica. Debido a todo ello es de carácter antiliberal y ciertamente xenofóbico, debido a que ve el siglo XIX no como avances de libertad de comercio, sino una subordinación y dependencia respecto del extranjero. En suma, Encina es un nacionalista acérrimo que considera a Portales como la piedra fundamental de esta consolidación e independencia del Estado en forma, logrando un crecimiento espiritual y material de la nación, en la batalla de Yungay se consuman todos estos valores, el americanismo de sujetos como Mackenna era nocivo para Encina, ejemplo de ello fue que por apoyar a Perú, Chile salió perjudicado en una guerra pequeña contra España. Por lo tanto, en la segunda parte del siglo XIX hay un debilitamiento del sentimiento nacionalista, y por ende Chile es dominado por la influencia de “razas más fuertes” del extranjero, perjudicando su identidad y vitalidad nacional. Es por esta decadencia del nacionalismo fundado por Portales, que Chile entraría en crisis según Encina y llegaría a la guerra civil a finales de Siglo.

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