Rezago Educativo

Esta situación, planteada de esta manera, pudiese ser explicada a partir de las transferencia de valor y expropiación de recursos de los que menos tiene, en beneficio de las clases medias y de los poderosas a través del pago de impuestos. Pero independientemente entrar en una discusión de fondo con este autor (Milton Friedman), es necesario recobrar el concepto de gratuidad en la historia de la educación en México.

Mientras que en Europa se desarrolla la educación bajo los principios de libre, gratuita y obligatoria, señala Meneses en su obra “Tendencias Educativas Oficiales en México” que en el caso de México, “La educación mexicana se convierte, después de consumada la independencia del país (1821) en fiel trasunto de la europea. Primero, la enseñanza se liberta del monopolio clerical. Luego adquiere notas de gratuita, obligatoria y uniforme y, finalmente, es declarada nacional, integral y laica.”. Señalan aportaciones de Campomanes y Jovellanos –ministros reales- moderadas las del segundo, que propone(n) “…cultivar las ciencias naturales, razón del progreso de otros pueblos…”, seguir un método, uniformar la enseñanza de las matemáticas, método fundado “…en el ejercicio de la razón, y no de la autoridad y la memoria”, señala que la “instrucción debería ser libre, abierta y gratuita,” (Tratado teórico práctico de la enseñanza con aplicación a las escuelas y colegios de niños).

Derivada de la Constitución de Cádiz, señalan los autores, el Comité de las Cortez que incluía a 3 mexicanos, tuvo la encomienda de preparar el Reglamento General de Instrucción Pública que aunque no se aplicó, reiteran los que eso escriben, incluía principios generales entre los que destacan: que toda la educación creada por el Estado “sería pública y uniforme”, utilizaría el mismo método y los mismos libros en todas las escuelas, sería gratuita y se abstendría de enseñar principios contrarios a la monarquía y a la iglesia católica.

La educación se dividiría en primera, segunda y tercer enseñanza. El Proyecto sobre arreglo de la Instrucción Pública (Bustamante, 1832), responsabilidad de Valentín Olaguibel Sepúlveda, diputado, señala que “…la enseñanza costeada por los fondos públicos será pública, gratuita y uniforme”, artículo 1, y que comentario al margen de la nota, “la enseñanza privada será libre” pero supervisada por las autoridades con la finalidad de evitar “se enseñen doctrinas contrarias a la religión católica.

El proyecto establece que en cada iglesia habría de fundarse una escuela gratuita. Un dictamen de la comisión de instrucción pública (1835) establece “…las bases siguientes: la instrucción sería gratuita, pública y uniforme, se incluiría la primaria y el gobierno crearía una Dirección de Instrucción Pública”. Mientras que Meneses

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