Rezago Educativo
rigobertomac27 de Abril de 2014
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Hacia una reforma
del Sistema Educativo Nacional
José Narro Robles
y David Moctezuma Navarro*
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Presentación
Los documentos que aquí se presentan constituyen en su conjunto una propuesta de reforma del Sistema Educativo Nacional. El libro busca aportar razones, elementos de análisis, ejemplos de otros países, objetivos, metas y acciones para emprender la urgente transformación de la educación mexicana.
Cada capítulo aborda temas específicos que deben ser considerados en una reforma de gran alcance. El país la necesita. Los ensayos son una muestra del conocimiento y la experiencia de académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), y se ven enriquecidos por la pluralidad que caracteriza a esta casa de estudios.
En este escrito inicial se dan a conocer las posiciones que el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México ha venido expresando en diversos foros, posiciones que no necesariamente son compartidas por todos los autores de los textos. De hecho, se utilizan contenidos que han sido publicados previamente.
El grupo de académicos que participamos en este trabajo sabemos que la reforma de la educación es uno de los temas más sensibles y polémicos de la sociedad mexicana; siempre lo ha sido, al menos desde la época de la Reforma. Por ello, los materiales que aquí se presentan no pretenden constituirse en una propuesta que polarice opiniones, sino que se busca aportar los elementos centrales para iniciar un gran debate nacional sobre el tema. Esperamos que sean el punto de partida de ese gran debate nacional.
Introducción
México requiere una reforma integral de su sistema educativo. Esta no es una tarea que se logre en el corto plazo y ver los resultados puede tardar todavía más. Abatir la pobreza, reducir los niveles de desigualdad, romper con los mecanismos que perpetúan estas condiciones en los grupos y las familias de menores ingresos y excluidas de los derechos sociales, lograr una más rápida integración del país en la socie*
José Narro Robles, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México; David Moctezuma Navarro, Coordinación de Estudios Especiales del Rector, unam.
P l a n d e d i e z a ñ o s p a r a d e s a r r o l l a r e l S i s t e m a E d u c a t i v o N a c i o n a l
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dad y la economía del conocimiento, incrementar
la competitividad. Estos serían los resultados
de la reforma educativa en gran escala.
Para lograr eso, es necesario que en el
próximo decenio todos los niños y jóvenes de
México tengan acceso a la educación, a una formación
de calidad que incluya el manejo de las
tecnologías y los lenguajes del mundo de hoy;
que los profesores estén bien capacitados y su
labor sea reconocida; que las instituciones educativas
en todo el país cuenten con la infraestructura
y el equipamiento necesarios para tener
una formación integral que incluya la práctica
deportiva, las actividades culturales; que se
logre la cobertura universal en el bachillerato;
que se duplique, por lo menos, la cobertura en
educación superior; que se duplique la graduación
de doctores.
En este ensayo hay argumentos y datos
que evidencian la urgencia de esta reforma, de
esta transformación de nuestro sistema educativo.
Los planteamientos en favor van desde la
situación del país como resultado de las políticas
económicas y sociales aplicadas en las últimas
décadas, hasta los datos concretos que
demuestran las desigualdades en el acceso a la
educación.
La necesidad de un nuevo modelo
para el desarrollo nacional
México vive estancado desde hace varios lustros,
ni avanza en lo económico ni resuelve
su problemática social. Por ello, no hay duda,
México requiere un cambio de rumbo. México
necesita un viraje sustantivo en el camino por
el que se le ha conducido durante las últimas
décadas.
Es hora de reconocer que nuestros grandes
problemas nacionales, los actuales y los
históricos, no tienen solución si seguimos por
el mismo camino, si no se realizan reformas de
fondo, si no se diseñan políticas alternativas,
si no se imagina y realiza un nuevo proyecto
para el desarrollo nacional.
Es hora de tenernos confianza, de soñar
y de pensar en grande para perfilar a la nación
en contextos mundiales nuevos y más competitivos.
De pensar con grandeza para arrojar
los lastres que nos frenan y para anticipar los
nuevos desafíos.
Nuestros grandes rezagos, nuestros lacerantes
contrastes y nuestras profundas desigualdades
económicas y sociales no tendrán solución
si no adoptamos nuevos enfoques y
perspectivas que rompan con las inercias que
nos frenan.
No es empecinándonos en caminos sin
futuro como lograremos proyectar al país en
el horizonte de los cambios que el mundo
entero está viviendo. Menos aún para enfrentar
los desafíos que ya nos están rebasando,
como los retos alimentarios, los problemas
energéticos que pronto pueden ser críticos,
las nuevas y costosas patologías que acompañan
al proceso de envejecimiento poblacional,
los problemas derivados de las aglomeraciones
urbanas, el continuo deterioro del medio
ambiente, el gran problema del abastecimiento
de agua, el crecimiento de las adicciones
entre nuestros jóvenes, los retos al Estado
por parte de grupos delictivos, entre otros
temas.
Es hora de admitir que desde hace varias
décadas México no avanza. Algo tenemos que
hacer para dejar de transitar por caminos que no
conducen a un sitio mejor. Algo tenemos que
hacer para replantear los esquemas que nos
H a c i a u n a r e f o r m a d e l S i s t e m a E d u c a t i v o N a c i o n a l
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impiden dar el gran salto del México económicamente
estancado y socialmente desigual a
uno más productivo y competitivo en el plano
mundial, pero con solidaridad y justicia social.
Es hora de reconocer que el modelo económico
que hemos seguido no ha funcionado
y que se requiere cambiarlo. La prioridad no
puede seguir siendo el mantenimiento de los
equilibrios macroeconómicos. El control de las
variables macroeconómicas y el déficit público
no pueden ser más importantes que el bienestar
colectivo y que el propio crecimiento de la
economía. No pueden importar más los equilibrios
fiscales que los desequilibrios sociales.
Tenemos que volver a crecer de manera
suficiente, porque el crecimiento económico es
una condición necesaria para mejorar los niveles
de vida del pueblo mexicano. El fin último
de una economía sana no puede ser otro que
mejorar los niveles de vida generales. La agenda
de México para el resto del siglo xxi debe
partir de este reconocimiento.
Los nuevos cursos de desarrollo deben
poner en el centro de su eje el crecimiento económico
con desarrollo social. Tenemos que reconocer
que ningún proyecto económico vale
la pena si no sirve para mejorar las condiciones
de vida de la gente y el actual no lo está haciendo.
No hay, entonces, por qué aferrarse a él.
Requerimos nuevos diseños para impulsar
un verdadero desarrollo económico, pero
también para reforzar las instituciones sociales,
para avanzar en la democracia, para fortalecer
el federalismo y el equilibrio de los poderes y
para la construcción de un verdadero Estado
de derecho donde la ley establezca su imperio
pero, sobre todo, requerimos revalorar el papel
de la política social.
México tiene que romper las inercias que
impiden un desarrollo más acelerado. O cambiamos
o permaneceremos a la zaga. Requerimos
variar el rumbo. Para ello es necesario fomentar
una cualidad esencial, tanto entre los individuos
como en la sociedad misma: la creatividad.
Necesitamos creatividad para aportar soluciones
novedosas y más eficaces a los graves problemas
que padece el país, para salirnos de dogmas y
recetas económicas que hemos estado aplicando
empecinadamente durante varias décadas y
que no han dado los resultados esperados.
Necesitamos reencontrar el camino hacia
el desarrollo, la seguridad y la igualdad. Es hora
de aceptar que la búsqueda de la igualdad no es
un obstáculo para el avance económico. Requerimos
reformular nuestras estrategias nacionales
de desarrollo económico, social, científico
y cultural, para insertarnos competitivamente
en el mundo de hoy, para lograr una real igualdad
de derechos, oportunidades y mejores niveles
de bienestar.
En el centro de este nuevo modelo de
desarrollo económico deberá estar la educación.
Sólo la educación para todos, con la mayor cobertura
y calidad, podrá transformar de fondo
a nuestra sociedad.
El México que queremos
Necesitamos formular nuevas utopías para la
evolución de México. Tenemos que atrevernos
a pensar en grande como lo hicieron algunas
de las generaciones que nos antecedieron.
Tenemos
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