Siete pecados capitales del mal historiador
Alx_SilResumen15 de Octubre de 2018
828 Palabras (4 Páginas)1.183 Visitas
SIETE PECADOS CAPITALES DEL MAL HISTORIADOR
Carlos Antonio Aguirre Rojas en su obra “Anti-manual del mal historiador” nos plantea una crítica sobre la manera en que se hace historia en nuestro país explicando el porque de que la forma de hacer historia en México, en comparación a otros países, es decadente. Pero más, específicamente, en el capítulo numero dos el cual lleva por titulo “Los siete pecados capitales del mal historiador” nos expone una serie de errores que el historiador en cuestión debe evitar para llevar a cabo una buena práctica de su trabajo.
Empecemos por el primero de ellos el cual es el positivismo, Aguirre Rojas nos plantea que este primer pecado limita la historia provocando una anulación de conocimiento, puesto que lo que el positivismo incita al historiador a ser no más que una enciclopedia humana con datos incuestionables ya que, a pesar de que el trabajo del historiador es la investigación y recopilación de datos, esta, no permite que haya un proceso de interpretación y por lo tanto no deja que haya una explicación de estos datos más a fondo. El segundo pecado es el anacronismo, si bien es necesario indagar en una investigación más allá del tema a tratar y no limitarnos solamente a los hechos ya comprobados, también es necesario entender que siempre habrá un cambio histórico a través del tiempo ya sea de carácter ideológico, social, militar, académico, económico, psicológico, etc., por ejemplo, si nos ponemos a leer algún manuscrito antiguo encontraremos detalles que, a nuestra forma actual de percibir el mundo, estos nos parecerían una barbaridad pero que para la época de la que proviene era algo normal, ya que a lo largo de nuestra historia estos aspectos se han venido transformando, el error del anacronismo no nos permitirá entender esto provocando que el trabajo del historiador se vuelva lineal dando saltos de fecha en fecha y de suceso en suceso sin llegar a una comprensión total de la investigación que se ha llevado a cabo.
Y hablando de tiempo llegamos al tercer pecado capital del historiador el cual es su noción del tiempo, ya que el historiador debe saber que no puede manejar el tiempo físico si no el tiempo histórico, el historiador debe aprende a identificar las múltiples temporalidades de todos los fenómenos históricos que este va a investigar, es decir, por dar un sencillo ejemplo, no es lo mismo una semana en la vida de un hombre el cual su situación va en declive que aquel que su vida va mejorando día tras día, es decir en el tiempo físico sigue siendo una semana, siete días, pero para cada uno de ellos la desgracia y la dicha tienen un origen que va más allá de esa semana, el pecado aquí sería enfocar la investigación solamente en esa semana y no indagar más en lo que dio origen a los problemas suscitados en esos siete días. El cuarto pecado es la idea limitada del progreso, este conectado directamente al tiempo físico, ya que este pecado hace creer que todo va mejorando mientras pasa el tiempo, sin tomar en cuenta los altos y bajos en la línea temporal del hombre, ni dar cuenta a todas es veces que la humanidad a tenido que tomar otros rumbos para tener un real progreso e ignorando a su ves lo que estas desviaciones han provocado en la historia de este.
El quinto pecado es ni más ni menos que la actitud acrítica que el mal historiador llega a tomar, sin dar una opinión, sin interpretar por si mismo los datos que este puede llegar a recopilar provocando que la historia se vuelva una actividad pasiva para el historiados, sin indagar más allá de lo que está escrito sin cuestionar los documentos que este tiene que analizar, haciendo pasar por correcto lo que esta escrito en estos y tomándolos como legítimos. El sexto pecado es la creencia de tener una objetividad y la neutralidad absoluta sin juzgar y sin involucrarse en con su objeto de estudio, sin embargo, esto es casi imposible ya que una de las tareas que tiene el historiador es precisamente involucrarse en lo que se está investigando, más, sin embargo, si se puede hacer una historia científicamente objetiva al no tratar de legitimar información que sea a fin a la forma de pensar del historiador, asumiendo sin problema alguno a la inclinación del trabajo que ese haya realizado. Finalmente, el séptimo es el del postmodernismo, esto haciendo que el historiador vuelva la historia narrativa o discursiva provocando, a su vez, que esta pierda el título de ciencia que, a la historia, a lo largo del tiempo, le ha costado ganarse, ya que el historiador también puede comparar y criticar las diferentes interpretaciones que otros le han dado a algún hecho o personaje actualizando cada ves las investigaciones, por lo cual el reducir el estudio histórico solo a una dimensión narrativa es un error terrible que un historiador puede cometer.
...